Internacional - Política

Conservadores y laboristas intentan sobreponerse al "efecto Clegg"

2010-04-17

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Londres, (EFE).- Los dos grandes partidos políticos británicos, el Laborista y el Conservador, intentaron hoy sobreponerse al golpe que supuso la incontestable victoria del líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, en el primer debate televisado de la campaña ante las elecciones del próximo 6 de mayo.

El "efecto Clegg", en la primera ocasión en la que los líderes políticos británicos se sometían al veredicto de un debate seguido por 9,9 millones de personas, ha dado un vuelco a la campaña que no esperaban ni laboristas ni conservadores, que han quedado con el pie cambiado y ya piensan en una nueva estrategia.

La primera consecuencia del debate es que los liberal demócratas son ya los segundos en intención de voto, por detrás de los conservadores y por delante de los laboristas.

Según una encuesta de YouGov para el diario "The Sun", si las elecciones se celebraran hoy el Partido Conservador de David Cameron tendría un 33% de los votos, el Partido Liberal Demócrata un 30% y el Partido Laborista del primer ministro, Gordon Brown, un 28%, lo que deja muy abiertas las elecciones a falta de tres semanas.

La intervención de Clegg en el debate del pasado jueves ha supuesto un gran espaldarazo para su partido, cuya intención de voto subió 8 puntos, en detrimento de los conservadores, que han perdido cuatro puntos y de los laboristas, que han perdido tres.

La situación de los laboristas del primer ministro, Gordon Brown, es insólita, porque hasta ahora nunca un partido en el Gobierno había caído al tercer puesto en la intención de voto recogida por las empresas demoscópicas durante una campaña electoral.

"De repente estamos en aguas desconocidas. La irrupción de los liberal demócratas deja muy abiertas estas elecciones. Cuando las cenizas volcánicas de este debate se hayan asentado, lo interesante será ver quién sale peor parado, los laboristas o los 'tories'", manifestó el presidente de YouGov, Peter Kellner.

La inesperada fortaleza de los liberal demócratas ha desatado las alarmas en los cuarteles de campaña de conservadores y laboristas, por mucho que digan públicamente que sigue siendo una carrera de "dos caballos", en palabras del primer ministro, Gordon Brown.

Especialmente preocupante es la situación para los "tories", que llegaron a tener una ventaja de 15 puntos sobre los laboristas a principios de año y que serán los principales perjudicados si el partido de Nick Clegg confirma estos datos en las urnas.

Si los liberal demócratas superan el 25 por ciento del voto, es casi seguro que no habrá una fuerza mayoritaria en el Parlamento británico (algo que no sucede desde 1974) y los conservadores, incluso siendo la fuerza más votada, tendrían difícil gobernar.

Un alianza entre conservadores y liberal demócratas es tan factible como mezclar agua y aceite, y la posibilidad de lo que en este país se conoce como un "hung Parliament" (un Parlamento colgado o sin mayoría) podría favorecer a los laboristas.

Las matemáticas electorales británicas, en cuyas 650 circunscripciones el ganador sólo necesita un voto más que el resto de candidatos para ganar todo el territorio para su partido, abrirían incluso la posibilidad de que los laboristas siguieran en el poder cinco años más siendo la tercera fuerza más votada.

Con un reparto de votos como el del sondeo del "Sun", los laboristas podrían ser la fuerza con mayor número de parlamentarios pese a tener un porcentaje menor en el voto, ya que en sus plazas fuertes se imponen a los otros partidos con una diferencia menor que la de "tories" y liberal demócratas en sus feudos más sólidos.

O lo que es lo mismo, cuando ganan, el partido de Cameron y el partido de Clegg, lo hacen con más claridad, pero en menos sitios.

En estos momentos se trata de meras conjeturas, porque faltan 20 días para las elecciones y dos debates más, y a buen seguro que a partir de ahora Clegg no lo va a tener tan fácil a la hora de presentarse como la opción diferente y no contaminada por el poder.

Cameron, visto ahora como el gran perdedor del debate, insistió hoy ante sus votantes en que "hay que seguir luchando" y, sin mencionar en ningún momento a Clegg, pidió a los británicos que den una mayoría clara a su partido para solucionar los problemas.

"¿Va a hacer ese trabajo un Parlamento sin mayoría?. Un Parlamento así sólo tendrá a un grupo de políticos peleándose, no decidiendo, luchando por sus intereses y no los vuestros", dijo.

Brown, que en un par de ocasiones durante el debate ya manifestó que compartía puntos de vista con Clegg sabedor de que una alianza laborista-liberal-demócrata es posible, optó por obviar el hecho de que han sido relegados a la tercera plaza en las preferencias de los votantes y afirmó que el sondeo indica la debilidad de Cameron.

En cuanto al hombre que ha logrado el mayor cambio del panorama político del Reino Unido desde la II Guerra Mundial, dedicó las últimas horas a asimilar con cautela su victoria y a prepararse para el gran escrutinio al que será sometido a partir de ahora.

"Nadie tiene la respuesta perfecta a los problemas", dijo el líder liberal demócrata, quien destacó que lo importante es que "hay mucha gente que está empezando, solo empezando, a creer que por una vez podemos hacer las cosas de manera diferente".



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