Esperanzas vanas y sueños rotos en el 30 aniversario independencia de Zimabue

Harare, (EFE).- Zimbabue cumple mañana el trigésimo aniversario de su independencia en medio de una evidente inestabilidad política y económica y el país se pregunta hoy qué fue de todas aquellas esperanzas y promesas que sucedieron a la colonización.

Fue el 18 de abril de 1980 cuando se arrió la bandera británica en el estadio Rufaro de Harare, con la presencia del Príncipe Carlos, y se izó en su lugar el pabellón negro, rojo, amarillo y verde de la República de Zimbabue en medio de las llamadas a la reconciliación racial por parte del primer ministro, Robert Mugabe.

Muchas cosas han sucedido desde entonces, no pocas de ellas polémicas, fundamentalmente en la última década, en un país que hasta comienzos del siglo XXI estaba considerado como el "Granero de África" por la riqueza de su producción agrícola.

Sin embargo, una caótica reforma agraria por la cual las granjas comerciales en manos de zimbabuenses blancos fueron expropiadas y entregadas a los negros destruyó ese sector y tuvo un grave impacto en el resto de la economía.

Esta decisión política, unida a las crecientes denuncias de violación de sus derechos por parte de los detractores de Mugabe han sumido a Zimbabue en los últimos años en un notable caos económico y político.

De hecho, el año pasado, Mugabe se vio forzado a formar Gobierno con el ex líder de la oposición Morgan Tsvangirai, actualmente primer ministro, y todo hace prever que la inestabilidad de la coalición desembocará en elecciones generales a principios del año que viene.

Según Wisdom Mgagara, portavoz del Sindicato Nacional de Estudiantes de Zimbabue, las luchas de poder están dilapidando en Zimbabue los réditos derivados de la independencia.

"Hoy, treinta años después de la independencia, el libertador se ha convertido en el opresor, utilizando tácticas propias del periodo colonial", asegura Mgagara, quien explica que actualmente hay más estudiantes a los que les está vedada la educación universitaria que en tiempos del Gobierno de la minoría blanca.

La organización "Mujeres de Zimbabue en pie" (WOZA, siglas en inglés) se manifestó esta semana en contra de la subida de las tarifas eléctricas y cuatro de ellas pasan este fin de semana entre rejas.

Por otra parte, los zimbabuenses tratan de adaptarse a un sistema económico en el que conviven diferentes monedas y que sustituyó el año pasado al dólar local, pero el Estado es recurrentemente señalado por imponer tarifas por encima de las posibilidades de la gente, hundiéndola en la pobreza.

"La mayoría de la gente común todavía no disfruta de los frutos de la libertad", dijo WOZA en un comunicado. "Las promesas de la guerra de liberación no se han cumplido",añade.

La inquietud se apodera de no pocos analistas que asisten con preocupación a la determinación con que la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue (ZANU, siglas en inglés) de Mugabe se empeña en nacionalizar las compañías extranjeras valoradas en más de 500,000 dólares estadounidenses.

Aunque el Consejo de Ministros anunció esta semana que este programa había sido suspendido, los medios controlados por el partido de Mugabe insisten en que la iniciativa sigue adelante.

Mañana, Mugabe, que en años anteriores ha utilizado el aniversario de la independencia para lanzar incendiarios discursos contra sus oponentes, encenderá de nuevo la llama de la independencia en el Estadio Nacional, remodelado recientemente por una compañía china.

Previendo lo que se avecina, el Movimiento para el Cambio Democrático (MDC, siglas en inglés) ha advertido esta semana que esta fecha no debería ser utilizada para insultar a "los zimbabuenses que pertenecen a diferentes opciones políticas".

"Debemos comprometernos a recuperar los ideales perdidos de nuestra batalla de liberación y el verdadero significado de la independencia", recomendó el MCD.

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