Cuentas Claras

Las elecciones vecinales

2010-07-13

Entonces, las elecciones vecinales, que no obstante su importancia, por lo ya dicho, no han...

Miguel Ángel Velázquez, La Jornada

Tarde o temprano deberán celebrarse las elecciones vecinales en esta ciudad. Se las vea como se quiera, de todas formas esta tarea ciudadana se convierte en uno de los muchos instrumentos de control que requiere el poder para consolidarse, desde la legitimad que le confiere la voluntad popular.

De ninguna manera se le puede considerar un ejercicio de consecuencias menores. Por el contrario, sus resultados impactan en la población porque las decisiones que se toman, en este caso desde el Gobierno del Distrito Federal, pueden cambiar las formas tradicionales de convivencia, y sirven, además, como la red de protección con que cuenta el gobierno de la ciudad para, por ejemplo, los casos de los comicios federales.

Entonces, las elecciones vecinales, que no obstante su importancia, por lo ya dicho, no han permeado entre la población –apenas votó 9 por ciento de los empadronados en el último ejercicio–, pueden convertirse ahora en el freno o, cuando menos, en un filtro para moldear decisiones que hasta hoy se toman nada más en las cúpulas.

La herramienta cambió. La única vez que se realizó este ejercicio fue en 1999, y su resultado, como ya señalamos, fue decepcionante, tanto que desde entonces nadie se atrevió a repetirlo. Pero además, y esto debe quedar muy claro, la forma que se ideó para efectuar la tarea favorecía, sin duda, la gestación y el fortalecimiento de los grupos insertos dentro de los partidos políticos. En el caso del PRD la situación fue escandalosa.

Y es que las reglas del juego parecían diseñadas para eso, para dar fuerza a esos grupos que utilizaron la herramienta, más que como una correa de transmisión, como una fuente de sufragios que controlan a su gusto, y que usan a discreción, por ejemplo, en las elecciones para delegados. Tal vez uno de los casos más claros se dio el año pasado en la delegación Cuauhtémoc, donde la clientela y las redes de poder extraelectorales dieron el triunfo a uno de los soldados de René Bejarano, que sigue dominando esa demarcación.

La regla principal era que los capitalinos estaban divididos en algo a lo que se llamó "unidad territorial", parecida a la división de territorios entre la mafia. Así las cosas, el Distrito Federal se repartió entre las tribus, en el caso del PRD, y desde allí se operan, aún, lo mismo el acarreo que los puestos de representación partidista en esa organización política.

Dada esa circunstancia, las tribus se prepararon unas para el reparto y otras para expandir su territorio y el alcance de su poder. Era obvio y, por tanto, necesario realizar un cambio en esas reglas, y la Asamblea Legislativa se abocó a esa tarea. Es necesario explicar que para el gobierno de Marcelo Ebrard resultaba muy peligroso dejar en manos de cualquier corriente el control de la organización vecinal.

Las reglas cambiaron, como eso de los "comités vecinales" que se construían más por el capricho de los líderes, donde lo que regía era el número de personas acomodadas en los mismos. La división no se realizaba delimitada por colonias o delegaciones. El montón de ciudadanos era el que limitaba el "comité". El sistema era, además, de una anarquía irritante, confían los perredistas.

Por eso, ahora, las elecciones tendrán como eje de unidad la colonia. Con esa forma se piensa también hacer que los ciudadanos se interesen en el ejercicio. Así, los problemas serán comunes y la discusión de sus soluciones será entre los miembros de una comunidad bien identificada que supuestamente no permitiría que un líder con intereses sólo partidistas pueda penetrarla.

Nos dicen que la cartografía del DF, es decir, el mapa de la ciudad de México, está casi lista, y que en los primeros días de agosto se lanzará, como se tenía previsto, la convocatoria para la elección que deberá efectuarse el próximo 24 de octubre, si las tribus lo permiten. Ya veremos.

De pasadita

El domingo 4, el salón Revolución de la Secretaría de Gobernación se convirtió en uno de los centros cibernéticos más avanzados del país. Desde allí se vigilaron paso a paso los comicios. ¿Nada más?.

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