Mujeres

Carolina Herrera y el arte de la blusa blanca

2011-03-08

 Marissa Patlingrao Cooley / Dow Jones, WSJ

"Es muy difícil describir, con una camisa, la personalidad de alguien, ¿no?", pregunta la diseñadora de modas Carolina Herrera en su estudio en Manhattan. La venezolana nunca ha sido alguien que le huya a los desafíos, así que recientemente se volcó precisamente a esa tarea, creando una colección de camisas blancas de algodón con los nombres de las mujeres de su familia.

Lejos de ser básicas, y tan diferentes como las musas que las inspiraron —sus hijas Mercedes y Patricia, sus nietas Atalanta, Olimpia y Oriana y su primera bisnieta, Isabel, de 2 meses— las seis son variaciones de la prenda que se ha transformado en un sinónimo del estilo personal de la diseñadora.

"La camisa blanca siempre ha sido parte de mi vida", dice Herrera cuyas blusas originales incluyeron la que hacía parte de su uniforme del colegio cuando era niña, la que usaba cuando montaba caballos o la camiseta polo que lucía cuando practicaba en la cancha de tenis.

"Hay infinidad de formas de lucir una camisa blanca. Puede lucir una en la noche con joyas y una falda o con pantalones y un cinturón. La puede lucir con shorts o encima de un traje de baño y siempre se ve fresca, muy viva y seductora al mismo tiempo", dijo.

No es sorpresa que Herrera sea muy meticulosa con el cuidado de sus blusas blancas, una tarea difícil si considera la facilidad con la que se manchan.

"Siempre deben ser lavadas a mano, de lo contrario se ponen un poco amarillentas y deben ser planchadas a la perfección. Incluso si son viejas, siempre deben verse nuevas", explica. Pero no importa cuán fastidioso sea, los accidentes ocurren, incluso a Herrera. "Alguien salpicó vino rojo sobre mi camisa, fue un gran accidente", recuerda riéndose. "Pero, ya sabe, el blanco es un color aburrido así que es bueno agregar algo rojo", agrega.



TRO

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