Ecología

Creación artística y preservación ambiental

2011-07-25

En julio de 1997 el maestro Morales y el también pintor y mecenas Francisco Toledo plantaron...

Iván Restrepo, La Jornada

En enero pasado se cumplieron 10 años de la muerte del pintor y mecenas Rodolfo Morales. Del artista nacido en 1925 en Ocotlán, Oaxaca, su paisano Rufino Tamayo dijo que era "ese soplo de aire limpio que nos ha de devolver nuestra alegría de vivir... Su pintura, como es fácil comprobar, no está hecha tan sólo con la mente, sino principalmente con el corazón". Luego de vivir varios años en la ciudad de México, en 1985 decidió radicar permanentemente en su pueblo natal, en una casona del siglo XVII que convirtió en lugar obligado de visita para amigos, artistas, escritores, críticos de arte, coleccionistas, estudiantes y habitantes de Ocotlán y pueblos cercanos. En esa casona Morales dio forma a la fundación que hoy lleva su nombre, dedicada a divulgar la cultura, apoyar la creación artística y luchar contra la destrucción ambiental de su región. Igualmente, a devolver su esplendor a varios sitios coloniales. Así lo hizo en Ocotlán, Santa Ana Zegachi, San Pedro Taviche, San Baltazar Chichicapan, San Felipe Apóstol y San Jacinto. En la ciudad de Oaxaca restauró tres casonas, una de las cuales es sede de la fundación.

Otro de sus proyectos predilectos fue la reforestación. Como parte de ella en 1996 inauguró en la comunidad de Tocuela el primer vivero con especies nativas del estado de Oaxaca que, además, tuvieran vinculación con las actividades productivas o artesanales. Fue así como la fundación estableció convenios de colaboración con diferentes comunidades, entre ellas San Martín Tilcajete, ubicada a 25 kilómetros de la ciudad de Oaxaca. Aquí utilizan desde hace tiempo el copal para tallar figuras de madera. Lo que inicialmente eran juguetes y objetos para disfrute familiar hoy son piezas de gran demanda y aprecio en todo el mundo, que la gente conoce con el nombre de alebrijes. En Santa Cecilia Jalietza usan el yagalán, la jacaranda y el naranjo para fabricar peines, abrecartas y utensilios de cocina. En Miahuatlán, el timbre para curtir cuero, y en San Pedro Cajonos, la mora para alimentar a los gusanos de seda y así apoyar la sericicultura.

En julio de 1997 el maestro Morales y el también pintor y mecenas Francisco Toledo plantaron los primeros arbolitos de copal en un predio de 60 hectáreas proporcionado por la comunidad de San Martín Tilcajete. Los acompañaron las autoridades del lugar y unas 30 personas. La semana pasada, en cambio, a la siembra asistieron más de 300 habitantes, especialmente jóvenes y mujeres, las autoridades municipal, ejidal y comunal del municipio y las de poblados vecinos, como Arrazola Xoxo, que también se dedica a elaborar alebrijes, y San Jacinto. El evento estuvo animado por la banda tradicional del pueblo. Desde el principio hubo apoyo del ingeniero Félix Piñeiro (responsable del sector forestal en la entidad) y de la fundación Alfredo Harp. El predio, antes sin vegetación, erosionado, cuenta ahora con miles de árboles de copal de diverso tamaño. Es la única plantación en su tipo.

Ya cada julio en la región donde se localizan las poblaciones antes mencionadas se celebra la fiesta del copal. Los artesanos, los centros educativos, la autoridad municipal, la estatal forestal, y las de bienes ejidales y comunales han hecho suya la tarea de producir, plantar y cuidar los árboles, evitando caer en el paternalismo. El maestro Morales siempre insistió en la necesidad de que los jóvenes de Ocotlán y áreas vecinas no migraran por falta de empleo y recursos; que conservaran sus inigualable y variada actividad artesanal y agrícola, y que para ello tuvieran la materia prima necesaria. En este caso, el árbol de copal, que estaba a punto de extinguirse en la región.

Oaxaca sobresale, entre otras cosas, por la inigualable biodiversidad que existe en sus bosques y selvas, por su diversidad cultural, artesanal y productiva; por su tradición comunal al lado de una desigualdad y pobreza extremas. Por todo ello es prioritario, urgente, apoyar los programas rurales que busquen el desarrollo sostenible. El ejemplo del copal se suma a muchos otros en marcha, fruto de la colaboración de las poblaciones, los especialistas, las organizaciones no gubernamentales y las instancias oficiales.



AGVR