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El regreso de las Leónidas

2006-11-17

El encuentro de la Tierra con el polvo de cometas será breve, según Cooke...

ciencia@nasa

Este domingo 19 de noviembre, no se pierda la siempre esperada lluvia de meteoros Leónidas.

El domingo 19 de noviembre, la Tierra pasará a través de nubes de despojos polvorosos del cometa 55P/Tempel-Tuttle. El resultado: una lluvia de meteoros Leónidas.

"Esperamos una tormenta de más de 100 Leónidas por hora", dice Bill Cooke, director de la Oficina de Medio Ambiente sobre Meteoritos, de la NASA, en Huntsville, AL.

Esta afirmación palidece al compararla con las tormentas de Leónidas que tuvieron lugar en los años 2001 y 2002, cuando los observadores del cielo vieron miles de meteoros.

Aún así, cien por hora es una cantidad que transformaría a las Leónidas en una de las mejores lluvias de 2006.

Derecha: Un meteoro Leónidas atraviesa la Nebulosa de Orión en 2001. Crédito de la Fotografía: Mark Brown de Alabama.

El problema es que, para verlas, es necesario estar en el lugar justo, en el momento preciso.

El encuentro de la Tierra con el polvo de cometas será breve, según Cooke "probablemente no durará más de algunas pocas horas". Los encargados de realizar los pronósticos difieren respecto del momento en el cual se producirá la tormenta. Las estimaciones varían entre 0445 UT (horario del Meridiano de Greenwich) y 0630 UT, del 19 de noviembre (desde las 11:45 p.m. del 18 de noviembre hasta la 1:30 a.m. EST. del 19 de noviembre). "El tiempo favorece a Europa occidental, África, Brasil y a los sectores orientales de América del Norte": ver mapa celeste.

Cooke insta a los observadores para que busquen los cielos más oscuros posibles. "Estas Leónidas serán pálidas". ¿Por qué? "Las nubes contienen granos muy pequeños de polvo de cometa. Los granos pequeños forman meteoros pálidos, es así de simple".

La región de la órbita terrestre de mediados de noviembre está cubierta de partículas polvorosas del Cometa Tempel-Tuttle. Cada vez que el cometa visita el interior del sistema solar (una vez cada 33 años) libera una nueva nube de polvo, guijarros y roca. Esto origina una especie de "campo minado", que la Tierra atraviesa cada mes de noviembre.

No todas las nubes de partículas polvorosas se parecen. Por ejemplo: "Una nube de Leónidas con la que impactamos en 1998 estaba repleta de partículas del tamaño de rocas que se transformaron en bolas de fuego brillantes cuando impactaron con la atmósfera, recuerda Cooke. La nube con la que impactaremos este año es exactamente lo contrario. La mayor parte de ella está compuesta por polvo fino".

Derecha: Un campo minado de nubes de partículas polvorosas de Leónidas. Las nubes cruzan el terreno en ángulos casi rectos, por lo tanto, se parecen a nubes bidimensionales más que a filamentos tridimensionales. Crédito: J. Vaubaillon. 

Las nubes de partículas polvorosas están segregadas, las de polvo versus las de rocas, por la fuerza de la luz solar. Por ejemplo, la nube que está ubicada directamente frente a nosotros: "Fue liberada del cometa en 1933", dice Cooke. "Al principio, las partículas polvorosas eran una mezcla de varios tamaños". Sin embargo, con el correr de los años, las partículas más pequeñas se separaron de las más grandes. La presión de la radiación (la delicada presión de la luz solar misma) empujó el polvo liviano, que colisionó con la Tierra. Los fragmentos más pesados, del tamaño de rocas, resistieron la presión y quedaron atrás.

Tal vez en un futuro encontremos las partículas más grandes del año 1933 y recibamos una tormenta provocada por las bolas de fuego que se retrasaron. ¿Cómo llegarían hasta acá? "Impulsadas por Júpiter", sugiere Cooke. La gravedad de Júpiter es suficientemente fuerte como para alterar el curso de los fragmentos más pesados. De hecho, al guiar las partículas polvorosas hacia nosotros, Júpiter es indirectamente responsable de muchas manifestaciones brillantes de Leónidas que tuvieron lugar en el pasado.

Pero estamos en el año 2006. Por lo tanto, prepárese para una tormenta de débiles Leónidas.

Información Adicional: No crea todo lo que lee. Aunque los encargados de los pronósticos sobre meteoros han hecho un gran trabajo prediciendo tormentas de Leónidas en años recientes, algunas veces "en minutos", podrían equivocarse en 2006. La tormenta podría ocurrir en un momento inesperado o podría ser mejor de lo que se espera. Cooke insta a los entusiastas de todas partes para que estén atentos a los meteoros Leónidas en las noches del 17 al 19 de noviembre. "El mejor momento para observar, afirma, es justo antes del amanecer local cuando la constelación de Leo está en lo alto del cielo".



AAG

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