Internacional - Política

Medidas cambiarias pueden acelerar inflación Argentina

2011-11-08

Unos 10,000 millones de dólares se fugaron de Argentina desde agosto, según...

Guido Nejamkis, Reuters

BUENOS AIRES - Al endurecer recientemente los requerimientos para la compra de dólares en un intento por frenar una fuga de capitales sin provocar una brusca devaluación de la moneda, el Gobierno argentino hizo una apuesta que corre el riesgo de perder.

El principal riesgo, según analistas, es que las medidas puedan generar el efecto contrario al deseado: que los argentinos corran al mercado informal para adquirir dólares, elevando la presión inflacionaria y enfriando a una economía que registró un fuerte crecimiento en los últimos años.

Unos 10.000 millones de dólares se fugaron de Argentina desde agosto, según estimaciones privadas, debido al temor a una brusca devaluación del peso.

La moneda argentina se ha apreciado en términos reales en los últimos dos años, cuando su ritmo de depreciación se ubicó bien por debajo del incremento de los precios, que el Gobierno cifra en alrededor del 10 por ciento anual pero analistas privados estiman en torno al 25 por ciento.

La pérdida de unos 4.700 millones de dólares de reservas del Banco Central desde agosto para compensar la fuga de divisas llevó al Gobierno a poner un torniquete sobre el mercado de cambios, en el que desde la semana pasada es necesario un permiso del ente recaudador de impuestos para comprar dólares.

Previamente, para reforzar la oferta de divisas, la presidenta Cristina Fernández apeló a las heterodoxas recetas que han caracterizado su gestión, y obligó a mineras y petroleras a liquidar en Argentina el 100 por ciento de las divisas que generan sus exportaciones .

Además, el Gobierno dispuso que las aseguradoras traigan al país los fondos que tienen en el exterior y ordenó que los no residentes deben registrar en el mercado local el ingreso de capitales destinados a la compra de activos argentinos.

"Todos estos recursos no alcanzarían para abastecer a la demanda (de dólares) ni para solucionar el problema de base", dijo en un informe la consultora Economía & Regiones, que atribuye la fuga de capitales de Argentina a "las expectativas de devaluación que genera el atraso cambiario".

EL COLOR DEL DINERO

El peso cotiza en el mercado regulado en torno a 4,26 unidades por dólar. Pero, para los ahorristas se ha tornado difícil acceder a ese tipo de cambio debido a los controles oficiales.

Esta situación amplió la brecha con el llamado dólar "blue", un eufemismo para describir el mercado informal y donde la divisa estadounidense cotiza en torno a los 4,70 pesos.

Si el diferencial sigue ampliándose, economistas advierten que el dólar informal podría comenzar a ser utilizado como parámetro para la formación del precios en el país, aumentando las presiones inflacionarias.

"No se puede sostener mucho tiempo una inflación del 25 por ciento con un dólar que está planchado (...) La dinámica no es sostenible", dijo el presidente del estatal Banco Ciudad, Federico Sturzenegger.

La contracara del apetito por el dólar es el aumento de las tasas de interés que los bancos debieron realizar para hacer más atractivos los depósitos en pesos. Bancos privados pagaban el lunes casi un 20 por ciento anual para depósitos en pesos a un mes, unos 200 puntos básicos más que igual día de la semana pasada.

El alza en los rendimientos es un golpe a la actividad de una economía donde el crédito es escaso.

Sin embargo, algunos economistas consideran que el tipo de cambio en Argentina está en un nivel de equilibrio.

"Tenemos un tipo de cambio que, desde el punto de vista comercial, es competitivo. El problema que tenemos es la pulsión de la gente hacia la toma de posiciones en dólares", dijo a una radio el economista Héctor Valle, cercano a la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont.

La autoridad monetaria administra el tipo de cambio, permitiendo devaluaciones controladas para mantener la competitividad de las exportaciones y evitando cambios bruscos que aceleren la inflación.

Valle advirtió que "una alegre devaluación lo que significa es un impacto sobre los precios y significa la necesidad de que el Estado tenga que conseguir más pesos para pagar la deuda".

Las más recientes previsiones indican que Argentina se encuentra lejos de un escenario de crisis, pero el panorama económico ha empeorado debido a una expansión del gasto público que ha deteriorado el saldo presupuestario.

Barclays Capital recortó la semana pasada la previsión de expansión de la economía local a un 3,4 por ciento en el 2012, cuando el Gobierno espera un crecimiento del 5,1 por ciento.

No obstante, otras proyecciones son más optimistas, como la de la consultora local Analytica, que ratificó su previsión de una expansión del 7 por ciento para el PIB en el 2012.



gilberto