Internacional - Finanzas

Brasil quiere aumentar su poder en el FMI a través de la ayuda a Europa

2011-11-08

No se hizo en el G20

Héctor Velasco, AFP

BRASILIA - Brasil quiere aumentar su participación en el FMI en plena crisis económica en Europa, con lo que podrá ayudar al Viejo Continente sin asumir el riesgo de una asistencia directa y, de paso, convertirse en un actor de peso en el organismo, según analistas.

El gobierno de Dilma Rousseff planteó elevar sus cuotas en el Fondo Monetario Internacional (FMI) en una estrategia coordinada con el bloque de países emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) para apoyar a los países europeos, aunque el plan no fue concretado en la reciente cumbre del G20 en Cannes, Francia.

No se hizo en el G20 "una propuesta concreta en números" pero "no quiere decir que eso no suceda en un futuro", dijo el martes el ministro de Hacienda, Guido Mantega.

El funcionario negó así la información del diario Valor Económico, de que Brasil ofreció en el G20 reforzar al FMI con 10,000 millones de dólares para ayudar a Europa.

Los analistas creen que Brasil, la mayor economía de América Latina, está muy interesado en canalizar su asistencia a través del Fondo para aumentar su poder en la organización y evitar una inversión riesgosa de sus reservas internacionales, que alcanzan los 360,000 millones de dólares.

"Usar el canal del Fondo le da a Brasil una seguridad financiera mayor y un impacto geopolítico mucho más amplio, que es consistente con la estrategia brasileña de reafirmarse como una potencia global", dijo a la AFP Carlos Langoni, ex director del Banco Central.

"En el Fondo hay una necesidad de capitalización (...) y Brasil ve en eso la oportunidad de fomentar su poder e influencia, que todavía es muy limitado y que no corresponde al crecimiento y a la extensión" de su economía, agregó Langoni, director del Centro de Economía Mundial de la Fundación Getulio Vargas.

En su opinión, "nunca sería posible, legalmente, para el Banco Central de Brasil utilizar sus reservas internacionales para comprar, por ejemplo, títulos de Italia o España, para no mencionar Grecia, Portugal o Irlanda", dijo el experto.

Hace un año, Brasil y las demás potencias emergentes lograron que el FMI aprobara una reforma para ampliar su participación. El país sudamericano aspira a aumentar sus contribuciones y ubicarse entre los 10 países con mayor poder de decisión.

Al "no apoyar directamente al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), sino a Europa por medio del FMI, los BRICS quieren aumentar su influencia y garantizar que los países de renta media puedan acceder al Fondo si lo necesitan", dijo Giorgio Romano, experto en organismos multilaterales de la Universidad Federal Santo André de Sao Paulo.

En octubre, Rousseff dijo que si bien Brasil busca elevar sus contribuciones al Fondo, no comparte las recetas que formula ese organismo para los países en problemas.

"Jamás aceptaremos, como participantes del Fondo Monetario, que ciertos criterios que nos impusieron sean impuestos a otros países", enfatizó Rousseff, recordando la crisis que en la década del '90 llevó a América Latina a recurrir a esa entidad bajo estrictas condiciones.

En 2005, Brasil pagó de forma anticipada su deuda con el FMI, por la cual debió aceptar severos planes de ajuste y un monitoreo periódico de sus finanzas.

"En el aspecto político la intención de Brasil es muy interesante, porque pasaría a ser acreedor del FMI. La historia siempre fue al revés, y ahora muestra que Brasil socorre al Fondo", señaló Claudemir Galvani, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Católica de Sao Paulo.

Brasil se convirtió en acreedor del FMI por primera vez en 2009, en medio de una crisis económica internacional, cuando le prestó 10,000 millones de dólares provenientes de sus reservas a cambio de más derechos de voto en la institución.



gilberto
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