Internacional - Política

Más allá de la deuda, gran desafío de Grecia es cambiar de cultura política

2011-12-02

Por Álvaro Villalobos, AFP

ATENAS, (AFP) - Desde hace dos años, los sobresaltos de la crisis de la deuda dominan la vida política griega, pero más allá de los problemas económicos, el gran desafío del país es un cambio de mentalidad que entierre un sistema basado en el clientelismo, afirman analistas.

Desde el regreso de la democracia en 1974, los dos partidos hegemónicos, PASOK (socialista) y Nueva Democracia (derecha), consolidaron su poder con una práctica muy eficaz: servirse de sus diputados y cargos locales para dar trabajo en la administración a personas que inmediatamente se convertían en clientes políticos, inflando de paso el sector público.

Esa forma de ganarse apoyos parece tocar a su fin con una crisis de la deuda que ha estrangulado las cuentas del país. El movimiento local de los Indignados, que en mayo y junio acampó frente al Parlamento, manifestó claramente la necesidad de acabar con las prácticas clientelistas.

"No puede ser de otra manera. Aunque los partidos quieran darle trabajo a la gente, no pueden", dijo a la AFP el politólogo Thomas Gerakis.

Según Nikos Dimu, autor de varios ensayos políticos, "el problema aquí es cultural. Durante años la gente vio cómo el Estado crecía y daba empleo a media Grecia. La gente se acostumbró a recibir dinero del Estado y de Europa. La evasión fiscal no se veía como un delito, sino como un derecho. Hay que cambiar esta mentalidad".

"Los partidos políticos no pueden seguir" recurriendo al clientelismo, porque además "han cambiado los términos en los que se ejerce la política", apunta el politólogo Athanasios Theodorakis, alto funcionario en el ministerio de Relaciones Exteriores.

"La sociedad tiene otras exigencias. Los partidos políticos no pueden dirigirse a los jóvenes con viejas fórmulas. Lo que ahora se pide es una gestión racional de los recursos", añade.

"Lo bueno de esta crisis es que ahora la gente juzgará (a los partidos) según lo que hagan por el país y no según lo que hagan para su familia", coincide Sotiris Panutsopulos, de 32 años, militante de Nueva Democracia.

¿Serán capaces los partidos hegemónicos de obrar ese cambio?

Según Athanasios Theodorakis, Nueva Democracia y PASOK "ni quieren ni pueden, por su modo de organización y por su mentalidad", enfrentar ese reto. "Es posible que se vean superados por las circunstancias", añade.

En ese caso, la reconfiguración del sistema político no tardaría en llegar, con la aparición de nuevas líneas divisorias.

"La nueva división política está entre proeuropeos y antieuropeos", presentes en los dos grandes partidos, que podrían escindirse en nuevas formaciones siguiendo esa falla, comenta Nikos Sotiropulos, responsable de análisis político en las juventudes de Nueva Democracia.

Por el momento, "los sondeos parecen mostrar una tendencia hacia la izquierda", aunque no se ven emerger nuevas fuerzas políticas, dice Ilias Nikolakopulos, del instituto de encuestas Opinión.

"Cuando el clientelismo retrocede y no hay nada más que prometer, hay un efecto liberador sobre el electorado. Ese electorado va más bien hacia la izquierda", añade.

El ex ministro y rector de la Universidad Panteios de Atenas, Yorgos Contogeorgis, discrepa asegurando que "sólo ha habido una reducción marginal de los privilegios estatales, que en muchos casos siguen siendo igual de provocadores y destructivos para la sociedad".

Según Nikos Dimu, el cambio de la mentalidad dominante hasta ahora requerirá "una o dos generaciones". Ese cambio "comenzará con los jóvenes que ahora tienen entre 20 y 30 años, pero no serán ellos quienes lo culminen. No obstante, la semilla está ahí y veremos germinar una nueva mentalidad".



EEM

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