Muy Interesante

¿Aún está Viva la Luna?

2006-12-18

ciencia@nasa

Algunas observaciones parecen indicar que el vulcanismo no está del todo extinto en nuestro satélite
 
La creencia popular es que la Luna está muerta. Pero las creencias populares pueden estar equivocadas.

En la edición del 9 de noviembre de 2006 de la revista Nature, un equipo de científicos dirigido por el profesor Peter Schultz, de la Universidad de Brown, presentó evidencia de que existe actividad geológica reciente en la Luna. Aunque se supone que el vulcanismo lunar desapareció hace miles de millones de años, hay al menos un lugar en la Luna donde la salida de gases puede haber ocurrido en los últimos 10 millones de años, y puede que aún este ocurriendo (Schultz, Staid and Pieters, Nature, 444, 184).

Ese lugar es una formación geológica de extraño aspecto llamada "Ina", en Lacus Felicitatis, un lago de lava solidificada y antigua, localizado en las coordenadas lunares 19° N, 5° E. ‘Ina fue descubierto por astronautas del Apolo', explica Schultz. Como se ve en la primera imagen, "tiene la forma de una letra D de dos kilómetros de anchura".

Tres hechos sugieren que recientemente ha habido actividad geológica en Ina:

Ina tiene, misteriosamente, bordes muy definidos. "Algo con unos bordes de forma tan precisa no puede durar mucho tiempo. Sería destruído en unos 50 millones de años", declara Schultz. Lo que en la Luna causa la destrucción de cualquier borde definido es la lluvia constante de pequeños meteoritos que, con el tiempo, desgasta las montañas y los cráteres hasta convertirlos en montículos. La forma tan definida de Ina sugiere que es muy joven.

Ina tiene pocos cráteres. Mientras que los meteoritos pequeños erosionan el terreno hasta suavizarlo, los grandes y los asteroides hacen cráteres. Cuanto más antigua es una superficie, más cráteres tiene. "Ina está casi libre de cráteres", explica Schultz. "Hemos encontrado sólo dos cráteres de impacto claros, que tengan más de 30 metros, en los 8 kilómetros cuadrados de la estructura". De nuevo, parece que Ina es una formación reciente.

Ina es brillante y de color extraño. Las rocas y el polvo de la superficie lunar se hacen más oscuros con el tiempo. El clima espacial es el responsable de ese oscurecimiento: una lluvia continua de rayos cósmicos, radiación solar y meteoritos cae sobre la Luna y oscurece el suelo (los mecanismos son demasiado detallados para discutirlos aquí, pero el efecto está generalmente aceptado). Ina, sin embargo, es brillante, como si el polvo de su superficie hubiera sido depositado recientemente. Todavía más, los colores de Ina, medidos con el espectrofotómetro del satélite Clementine, son parecidos a los colores de los cráteres más jóvenes de la Luna. Sin embargo, Ina no es un cráter de impacto.

Derecha: Una foto compuesta, en color simulado de Ina y un cráter reciente cercano. El color azul indica basaltos de titanio expuestos hace poco y el verde denota suelos jóvenes, relativamente inalterados.

Todo apunta a que haya habido una salida de gases: "Creemos que ha ocurrido una rápida salida de gases, que ha eliminado los depósitos superficiales y ha expuesto materiales menos alterados por los elementos", explica Schultz. Esto no es necesariamente un signo de vulcanismo. "El aspecto de la superficie de Ina no indica que haya habido una salida explosiva de magma, lo cual hubiera creado depósitos de material expulsado alrededor de un cráter central". Más bien parece que los gases pueden haber estado atrapados bajo tierra por millones o miles de millones de años y han sido liberados por un terremoto lunar reciente, por ejemplo. Esta interpretación es atractiva porque Ina se localiza en la intersección de dos valles lineales o fisuras, como muchas áreas geológicamente activas de la Tierra.

"A lo largo de los años", añade, "los astrónomos aficionados han informado sobre la observación de nubes de polvo o destellos de luz en la superficie de la Luna". Aunque muchos astrónomos profesionales han insistido en que la Luna es inactiva, las observaciones de los aficionados han mantenido abierta una cierta duda. Schultz piensa que es el momento de estudiar el asunto en serio: "Una campaña de observación coordinada, que incluyera tanto astrónomos profesionales como aficionados, sería una manera de encontrar evidencias adicionales de que existe actividad geológica. Una salida abrupta de gas no sería visible por más de un segundo, aproximadamente, pero la nube de polvo levantada podría permanecer suspendida por 30 segundos. Con los sistemas modernos de alerta, eso es suficiente para poner un telescopio profesional en la posición apropiada para ver lo que está ocurriendo".

Pueden existir muchas formaciones geológicas que deben monitorizarse. Los investigadores han identificado al menos cuatro formaciones parecidas a Ina, asociadas al mismo sistema de fisuras, y otras en sistemas de fisuras cercanos.

¿Podrían estos gases ser útiles para los exploradores lunares del futuro? Schultz piensa que sí. "CO2 e incluso H2O podrían estar saliendo por esas chimeneas. Pero primero", advierte, "tenemos que descubrir si estas erupciones de gas son reales y de qué clase de gas están compuestas". Esto hace que Ina sea un sitio intrigante para realizar futuras exploraciones con robots o con humanos.



AAG

Notas Relacionadas

No hay notas relacionadas ...



Ver publicaciones anteriores de esta Columna