Ecología y Contaminación

Propone CE limitar uso de biocombustibles producidos con alimentos

2012-10-17

La propuesta responde a las críticas formuladas contra ese tipo de carburantes por su...

Bruselas, (Notimex).- La Comisión Europea (CE) sugirió hoy a los gobiernos de la Unión Europea limitar el consumo de los biocombustibles fabricados a partir de cultivos alimentarios a un 5.0 por ciento en su sector del transportes.

La propuesta responde a las críticas formuladas contra ese tipo de carburantes por su responsabilidad en el aumento de los precios de los alimentos y de la deforestación.

Bruselas también se basa en estudios que indican que, si se tiene en cuenta el cambio indirecto del uso de la tierra -cuando la producción de biocombustible hace que la producción de alimentos o piensos se desplace a tierras como las superficies forestales-, algunos biocombustibles "ocasionan tantas emisiones de gases de efecto invernadero como los combustibles fósiles a los que sustituyen".

"Para que los biocombustibles contribuyan a combatir el cambio climático, debemos utilizar los que son realmente sostenibles. Tenemos que invertir en aquellos que reduzcan realmente las emisiones y no compitan con la producción de alimentos", sostuvo en rueda de prensa la comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard.

Para alcanzar la meta europea de aumentar hasta un 10 por ciento de aquí a 2020 la cuota de renovables en el sector del transporte, Bruselas ahora quiere apostar por los biocombustibles de segunda generación, producidos a partir de residuos, algas o paja.

"Esta propuesta fomentará la producción de biocombustibles más avanzados que los actuales. En el futuro, los biocombustibles emitirán muchos menos gases de efecto invernadero, crearán puestos de trabajo y reducirán la factura de los combustibles que importamos", señaló, por su parte, el responsable de Energía en la CE, Günther Oettinger.

El plan presentado este miércoles también prevé suprimir, a partir de 2020, todos los subsidios a la producción de biocombustibles producidos a partir de cultivos para la alimentación o piensos, como el maíz, la colza, la palma y la caña de azúcar.

Por otra parte, promovería subsidios a la producción de biocombustibles que supongan ninguna o pocas emisiones por cambio indirecto del uso del suelo, así como para los biocombustibles de segunda y tercera generación.

El cambio indirecto del uso del suelo también pasaría a ser considerado en el cálculo de las emisiones de gases de efecto invernadero de los biocombustibles.

Al mismo tiempo, se elevaría hasta 60 por ciento el umbral mínimo de reducción de emisiones de esos gases exigido a las nuevas instalaciones de producción de combustibles biológicos.

En la actualidad, la Unión Europea solo permite el uso en su territorio de ese tipo de carburantes que reduzcan en, como mínimo, un 35 por ciento las emisiones de gases contaminantes respecto a los combustibles fósiles, una exigencia que en 2017 pasará a ser de un 50 por ciento.

La legislación europea también prohibe la conversión directa de bosques, humedales y zonas de gran diversidad biológica para la producción de biocombustibles.



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