Internacional - Economía

Una maraña diplomática dificulta una solicitud de rescate de España

2012-10-17

En debate están los obstáculos que Madrid tiene que superar para que el BCE...

Por MARCUS WALKER en Berlín e ILAN BRAT y DAVID ROMÁN en Madrid, WSJ

Una potencial solicitud de ayuda financiera por parte de España se está topando con la maraña diplomática en las capitales de la eurozona, pese a la voluntad de Madrid de seguir adelante con ella.

Un día después de que un alto funcionario español dijera a los periodistas que los temores alemanes estaban impidiendo que España pidiera ayuda, fuentes alemanas insistieron en que España no había dado a entender que desee dicha ayuda. Por su parte, Italia siguió instando a España a pedir ayuda con la esperanza de que este paso alivie la presión del mercado sobre sus propios bonos. Alemania teme que una solicitud pudiera tener el efecto contrario, alimentando los temores de los inversionistas a que Italia sea el siguiente en la lista de solicitantes de un rescate.

El martes, Moody's Investors Service dio un respiro a Madrid al mantener la calificación de la deuda soberana del país en grado de inversión al término de su revisión del rating, pese a que algunos temían una rebaja hasta el nivel de bono basura. Algo así habría dificultado mucho a España recuperar la confianza de los inversionistas extranjeros y podría haber obligado al país a acelerar sus planes de rescate.

En debate están los obstáculos que Madrid tiene que superar para que el BCE intervenga en el mercado de deuda española con el fin de reducir los costos de financiación del país. El BCE ha dado a entender que comprará deuda española sólo si Madrid acude primero al fondo de rescate de los gobiernos de la eurozona para solicitar una línea de crédito.

Para obtener la línea de crédito, España tendría que firmar un memorando en el que se establecerían los cambios económicos y los objetivos presupuestarios y necesitaría el consentimiento de Alemania y de otros países de la eurozona. El BCE y Alemania probablemente también insistirán en que el Fondo Monetario Internacional ayude a diseñar el programa para garantizar que los cambios de política de España sean rigurosos.

El gobierno de España, temiendo que todo el proceso le haga quedar mal y le suponga un revés político, lleva semanas posponiendo responder a la pregunta de si solicitará ayuda. Funcionarios de Italia, Francia, la Comisión Europea y el FMI están presionando a España para que tome la decisión antes de que se evapore la actual calma que registran los mercados financieros europeos.

Varios funcionarios españoles apuntaron el lunes y el martes que Madrid está ahora más dispuesta a solicitar la línea de crédito. Un motivo para el cambio, señalaron los funcionarios, es que el país ya no teme que las autoridades europeas y el FMI impongan mucha más austeridad fiscal a España como requisito previo para la ayuda. Muchos funcionarios del FMI y Europa coinciden ahora en que un excesivo celo en los recortes presupuestarios aumenta las recesiones más de lo que fortalece las cuentas de los países.

Las crecientes esperanzas de los mercados de que España solicitaría una línea de crédito y obtendría apoyo del BCE ayudaron a España a emitir nueva deuda el martes. El país vendió cerca de 4.900 millones de euros en valores del Tesoro, más de lo previsto, a tipos de interés más bajos de los ofrecidos hace un mes. España, que debe pagar unos 20.000 millones de euros en bonos con vencimiento a finales de octubre, también planea vender hasta 4.500 millones de euros en bonos nuevos el jueves.

La amenaza de rebajas está ejerciendo presión sobre España para que pida ayuda a Europa. Las dos empresas de calificación crediticia más grandes, Moody's and Standard & Poor's Corp., tienen ya la deuda soberana española tan sólo un escalón por encima del bono basura. Si se produjeran nuevas rebajas, a España podría resultarle muy difícil volver a atraer a los inversionistas extranjeros que han huido de su mercado de renta fija desde 2011.

Pero los funcionarios españoles señalan que quieren estar seguros de que otros países de la eurozona aceptarán la solicitud de ayuda antes de que la pongan sobre la mesa, porque un "no" podría provocar más inestabilidad en los mercados. Alemania está poniendo trabas, según los funcionarios españoles.

Los ayudantes de la canciller alemana, Angela Merkel, han admitido en las últimas semanas que preferirían que España no pidiera ayuda. Entre los temores de la canciller, según fuentes conocedoras de su opinión, está el que una solicitud de ayuda, una intervención del BCE, quizá no haría sino estabilizar los mercados durante unos cuantos meses. Después de eso, España podría necesitar un rescate mayor y los mercados podrían poner la mira en Italia.

Pero el primer ministro italiano, Mario Monti, dijo a los periodistas la semana pasada que no comparte los temores alemanes. Algunos piensan que "los especuladores actuarán como una manada de lobos con el próximo objetivo" si España recibe una línea de crédito y el apoyo del BCE, dijo Monti. "Pero creo que una vez que se entiende que el mecanismo existe y funciona, la especulación será menos agresiva", añadió.

El otro temor de Merkel en cuanto a una solicitud de ayuda por parte de España tiene más que ver con la política interna: tendría que enfrentarse probablemente a la rebelión de los diputados sin cargo de responsabilidad en el Parlamento alemán, el Bundestag, donde los legisladores que temen un rescate tendrían que aceptar la línea de crédito para España.

Merkel también podría tener que pedir al Parlamento una financiación más generosa para la maltrecha Grecia en las próximas semanas, así como un rescate para Chipre. Los funcionarios alemanes quieren incluir todos estos temas en una sola votación parlamentaria.

Fuentes alemanas dijeron el martes que no ven indicios de que España esté más cerca de pedir ayuda. El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, tranquilizó a Merkel en una conversación telefónica diciéndole que España no va a hacer la petición, según fuentes conocedoras de la situación.

Probablemente, Merkel tendrá menos problemas en el Bundestag si logra también demostrar que su país está imponiendo una disciplina presupuestaria más estricta a otros países del euro. El ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble, dijo el lunes a los periodistas que Alemania desea que los funcionarios en Bruselas tengan poderes de veto de los planes fiscales y de gasto nacionales. Otros miembros del euro, como Francia, se muestran reacios a ceder tanta soberanía sobre sus presupuestos.



ROW

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