Cuentas Claras

Evaluación económico-social del sexenio

2012-11-26

Por sectores, ninguno se salva de ser el segundo peor. La tasa media de crecimiento anual del...

David Márquez Ayala, La Jornada

A partir de la crisis de 1995 (el PIB cayó -6.23%) y los impactos en el empleo de la apertura externa y el TLCAN (1994), la emigración de mexicanos hacia Estados Unidos y otros países fue de tal magnitud que hizo descender la tasa de crecimiento de la población de 2.3% anual en el sexenio 1989-94 a 1.2 en el sexenio 2001-06. En los últimos años, sin embargo, la ofensiva anti-inmigrantes por parte de nuestro vecino, socio y amigo ha sido tan eficaz que ha reducido la tasa neta de migración con México a prácticamente cero (se abatió el flujo y se expulsan tantos como entran), y es por ello que la tasa de crecimiento de la población recuperó sus niveles normales de ( 1.6% anual. Ante ello, la acción del gobierno que termina fue simplemente nula.

Crecimiento económico

De los cinco sexenios de neoliberalismo que cumple el país, el peor en términos de estancamiento económico fue el de la Madrid (1983-88), con un crecimiento medio anual del PIB de sólo 1.1%, y un decrecimiento del PIB per cápita de -0.9% al año en promedio. El segundo peor sexenio es el que termina; su crecimiento del PIB apenas ronda el 1.9% anual en promedio, y el del PIB per cápita el 0.4%, es decir, en virtual estancamiento.

Por sectores, ninguno se salva de ser el segundo peor. La tasa media de crecimiento anual del sector servicios es de 2.4% en el sexenio; de 1.2% en el sector industrial; y de 0.5% anual en el sector agropecuario, tasa esta última tan insuficiente e inferior al crecimiento demográfico que ha convertido a México en un país deficitario, gran importador de alimentos, y reo de las transnacionales agroalimentarias.

Empleo

Al tercer trimestre de 2006, la Población Económicamente Activa (PEA) era (en reclasificación de UNITÉ) de 49.4 millones de personas, de las cuales sólo el 33.2% tenían un empleo formal y el 13.8% estaban en el desempleo (abierto y pasivo). Al tercer trimestre de 2012, la PEA llega a 57.4 millones de personas; se mantiene el 33.1% de ella con empleo formal; casi la mitad (27.4 millones) el 47.7% de la PEA, subsisten en el agobio de la informalidad, la subocupación, la cuenta propia, o el trabajo sin remuneración, sin seguridad social ni prestaciones; y el desempleo alcanza ya a 8.7 millones (el 15.1% de la PEA). El saldo sexenal en la materia es pues, no sólo nulo sino negativo, y la generación de empleos formales (estables, productivos, con seguridad social y justamente remunerados) sigue siendo la prioridad número uno del país, la llave para la integración social, el crecimiento económico, y el equilibrio fiscal.

Distribución del ingreso

Desde que la Revolución se bajó del caballo en los años 40s del siglo pasado, el sino de una brutal desigualdad en la distribución social del ingreso y la riqueza tomó carta de naturalización en nuestro país. Nada parece haber cambiado en materia de inequidad distributiva entre el México de 1958 y el de 2010; el 10% más rico concentra casi el doble de ingreso que el 50% más pobre. Sin embargo la vida es sabia y los muy agraciados (por la fortuna) tienen existencias de telenovela (infernales) entre intrigas, guaruras, bunkers, herederos, traiciones,... y esa angustia constante de qué hacer con tanto dinero ¡ha de ser terrible!; claro que siempre quedan opciones sanadoras: abrir una fundación, comprar equipos de futbol, o vender todo a las transnacionales,... entre otras.

La pobreza

En el otro extremo - y como resultante de lo anterior - el gobierno saliente logró hacer repuntar los índices de pobreza, si bien no a los niveles sublimes de la crisis Salinas-Zedillo en 1994 - 96. Entre 2006 y 2010 (último año con datos del Coneval), sin embargo, este gobierno logró que las personas en pobreza alimentaria (extrema) aumentaran de 14.7 a 21.2 millones (el 18.8% de la población); que las personas en pobreza de capacidades (incluyendo además de los alimentos las carencias en salud y educación) pasaran de 22.1 a 30.0 millones (el 26.7%); y que las personas en pobreza de patrimonio (agregando las carencias en vivienda, vestido, calzado y transporte) aumentaran de 45.5 a 57.7 millones, el 51.3% de la población,... un logro notable sin duda.



EEM

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