Internacional - Población

Chiíes de Pakistán acaban protesta tras despido de ministro de Baluchistán

2013-01-13

Ashraf dijo a líderes de la comunidad chií Hazara que el Gobierno federal...

Por Gul Yousufzai, Reuters

QUETTA, Pakistán (Reuters) - Los musulmanes chiíes que protestaban por uno de los más sangrientos ataques sectarios en Pakistán terminaron con su manifestación de tres días el lunes por la mañana después de que el primer ministro, Raja Pervez Ashraf, los visitó y accedió a algunas de sus demandas.

Las protestas, que se extendieron a otras ciudades de Pakistán, fueron provocadas por dos ataques bomba el jueves contra la etnia chií Hazara en Quetta, la capital de la provincia de Baluchistán. Los ataques, reinvindicados por el grupo militante Lashkar-e-Jhangvi, acabaron con la vida de al menos 96 personas.

Ashraf dijo a líderes de la comunidad chií Hazara que el Gobierno federal despidió al ministro jefe de la provincia de Baluchistán, que era una de las principales exigencias de los manifestantes.

Los asesinatos sectarios han aumentado en Pakistán, pese a que las muertes por otros hechos de violencia militante han bajado.

El grupo Lashkar-e-Jhangvi, cuyas raíces se encuentran en la provincia central de Punjab, quiere expulsar a los chiíes de Pakistán, donde componen alrededor de un 20 por ciento de la población de 180 millones de habitantes. Human Rights Watch afirma que más de 400 chiíes murieron el año pasado.

"Queremos garantías de que los asesinos serán arrestados de modo que nuestros niños más pequeños no mueran también", dijo Sakina Bibi, de 56 años, quien estaba sentada junto a los féretros de dos de sus hijos.

"Eran todo para mí. Sentarse aquí no los traerá de vuelta, pero es nuestro derecho protestar", agregó entre lágrimas.

La tradición islámica exige que los muertos sean sepultados lo antes posible. Dejar a los cuerpos de seres queridos sobre la tierra por tanto tiempo es una expresión de pena y dolor tan potente que muchas personas en otras ciudades realizaron protestas y vigilias en solidaridad.

"Si permanecemos en silencio ahora, la comunidad chií completa va a ser borrada en Pakistán y las agencias de seguridad no dirán nada", dijo Ali Muhammad, de 55 años.

CRITICAS AL GOBIERNO

En la ciudad oriental de Lahore, miles de personas se reunieron afuera de la mansión del gobernador y prometieron permanecer ahí en solidaridad con los manifestantes de Quetta.

En la capital provincial de Peshawar, cerca de 600 personas pasaron la noche afuera de la casa del gobernador. Pequeñas protestas también se registraron en otras 11 ciudades en todo el país, incluyendo la capital, Islamabad.

Dos ministros y otros tres altos funcionarios escribieron al presidente y al primer ministro, recomendando que el ministro jefe para la provincia de Baluchistán sea despedido.

El jefe de la policía y los Cuerpos Fronterizos, de carácter paramilitar y que tienen la principal responsabilidad por la seguridad en la provincia, también deberían ser reemplazados, afirmó el ministro de derechos humanos Mustafa Khokhar.

"El Gobierno ha fallado miserablemente en proteger los derechos de sus ciudadanos", aseguró.



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