Para Reflexionar en Serio

Confiar en el perdón de Dios

2013-02-04

El amor de Dios Padre jamás decae. Dios no se cansa de nosotros, es amor que dona hasta el...

Autor: María Fernanda Bernasconi

Durante la audiencia general del último miércoles de enero, Benedicto XVI prosiguió sus reflexiones sobre el Credo, recordando que en su catequesis anterior se había detenido a considerar las palabras iniciales de la profesión de fe: "Creo en Dios". Y explicó que el Credo especifica que Dios es el Padre omnipotente, el Creador del cielo y de la tierra, por lo que en esta ocasión, el Papa reflexionó con los miles de fieles reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano sobre la primera y fundamental definición del Creador, que es Padre. Un Padre bueno, que nos ha elegido y bendecido antes de la creación del mundo. Un Padre que no abandona, sino que nos sostiene, ayuda y salva con una fidelidad que sobrepasa infinitamente la de los hombres, para abrirse a dimensiones de eternidad.

En su catequesis general en italiano el Papa explicó que – como revela Jesús – Dios es el Padre que nutre a las aves del cielo sin que ellas deban sembrar y cosechar, y reviste de colores maravillosos a las flores de los campos, con vestidos más bellos que los del rey Salomón (Cfr. Mt 6,26-32; Lc 12, 24-28); y nosotros – añade Jesús – ¡valemos mucho más que las flores y las aves del cielo! Dios es un Padre bueno que acoge y abraza al hijo perdido y arrepentido (Cfr. Lc 15,11ss), da gratuitamente a quienes piden (Cfr. Mt 18,19; Mc 11,24; Jn 16, 23) y ofrece el pan del cielo y el agua viva que hace vivir eternamente (Cfr. Jn 6, 32.51.58).

El amor de Dios Padre jamás decae. Dios no se cansa de nosotros, es amor que dona hasta el extremo, hasta el sacrificio del Hijo. La fe nos da esta certeza, que se convierte en una roca segura en la construcción de nuestra vida.

Nosotros, dijo también Benedicto XVI, podemos afrontar todos los momentos de dificultades y de peligro, la experiencia de la oscuridad de la crisis y del tiempo del dolor, sostenidos por la confianza en que Dios no nos deja solos y está siempre cerca, para salvarnos y conducirnos a la vida.

Al resumir estos conceptos en nuestro idioma, el Santo Padre dijo:

Queridos hermanos y hermanas:

Quisiera hablar hoy sobre la primera y fundamental definición que el Credo nos presenta de Dios: Él es Padre omnipotente.

La revelación bíblica nos ayuda a comprender esta expresión. Dios es Padre porque nos ha elegido y bendecido antes de la creación del mundo; nos ha hecho realmente sus hijos en Jesús; porque acompaña nuestra existencia, dándonos su Palabra, sus enseñanzas, su gracia y su Espíritu, y porque podemos confiar en su perdón cuando nos equivocamos de camino. Él es un Padre bueno, que no abandona, sino que sostiene, ayuda y salva con una fidelidad que sobrepasa infinitamente la de los hombres. Nos ha dado a su Hijo para que seamos hijos suyos y nos ofrece el Espíritu Santo para que podamos llamarle, en verdad, «Abbá, Padre».

Su grandeza como Padre omnipotente se manifiesta plenamente sobre la cruz gloriosa de su Hijo. No es una fuerza arbitraria que cambia los acontecimientos o anula el dolor, sino que se expresa en la misericordia, en el perdón, en la incansable llamada a la conversión y en una actitud de paciencia, mansedumbre y amor.

Saludo a los fieles de lengua española provenientes de España, México, Chile y demás países latinoamericanos. Invito a todos a ser constantes en la fe, dando testimonio de Cristo, y a vivir en plenitud el Credo, abandonándonos confiadamente a Dios Padre y a su misericordia omnipotente, que salva.

Muchas gracias.



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