Religión

Voces de la África católica: Modernizar la Iglesia es un error

2013-03-08

La fe aquí tiene una fuerza y una exuberancia que recuerda a algunos de los primeros...

LUWERO, Uganda (Reuters) - A lo largo del último siglo, la Iglesia católica ha vivido su mayor crecimiento en una de las regiones que el resto de católicos menos conocen. El África subsahariana suponía sólo un 1 por ciento de la población católica del mundo en 1910. En 2010, había saltado a un 16 por ciento.

La fe aquí tiene una fuerza y una exuberancia que recuerda a algunos de los primeros cristianos. "Estas personas están viviendo una experiencia del tipo del Nuevo Testamento", dijo el teólogo estadounidense George Weigel.

También son muy conservadores. Las entrevistas realizadas en Luwero, una población en el centro de Uganda, recabaron unos patrones morales tan estrictos que sorprenderían a los católicos occidentales, además de revelar que están muy preocupados por la pobreza y la justicia.

"La modernización ha consentido un poco a los católicos y piensan que pueden hacer lo que quieran", dijo Joseph Lwevuze, de 58 años, que cultiva piñas y café entre otros productos en una población cercana y enseña catecismo en su iglesia local.

"La homosexualidad es un asunto de la globalización", dijo para ilustrar su punto de vista. "Es un virus, si puedo usar el lenguaje informático de hoy. Un virus informático que se está extendiendo. Ni los animales no lo hacen", agregó.

Las demandas de Europa o Estados Unidos de reformar algunas posturas de la Iglesia se topan con una férrea oposición aquí. "El nuevo papa necesita mantener e incluso endurecer la enseñanza tradicional de la Iglesia", dijo el fabricante de ladrillos Frederick Lule, de 25 años, que brega para alimentar a su familia y dos hijos pero cumple la prohibición católica hacia los métodos artificiales de control de la natalidad y el aborto.

"Creo que esas píldoras que dan a las mujeres traen enfermedades", dijo Joanina Nansubuga, una madre de siete hijos de 35 años, una de las pocas personas que no se opone a la idea de sacerdotes casados.

"Si permites que los sacerdotes se casen, entonces la Iglesia católica empezará a derrumbarse", objetó Edward Sindamanya, de 64 años, que caminó desde su aldea a la catedral Nuestra Señora Reina de la Paz para pagar un donativo y rezar el rosario. "También he oído que las mujeres quieren ser ordenadas sacerdotes. Eso no puede ser".

Lo que estos católicos quieren más que nada es que el próximo papa ayude más a luchar contra la pobreza y dar mejor acceso a la educación y la salud.

"El evangelio debería ser puesto en práctica de forma que exista igualdad de oportunidades para el agricultor africano para vender café a Europa y obtener mejores precios", dijo el reverendo Gerald Wamala, de 36 años, un cura local y responsable del programa de SIDA de dicha iglesia. "Sería fantástico que el nuevo papa hablara a favor de la igualdad en el comercio internacional".



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