Internacional - Seguridad y Justicia

Costa Rica, el nuevo blanco de los narcotraficantes

2013-03-13

El año pasado, la policía antidrogas de Costa Rica incautó 15.5 toneladas de...

Por LESLIE JOSEPHS, WSJ

PEÑAS BLANCAS, Costa Rica— Los carteles mexicanos y colombianos ya han convertido algunas partes de Guatemala, Honduras y El Salvador en un importante corredor del narcotráfico, a la vez que impulsan las tasas de homicidio. Ahora están ingresando a Costa Rica, el país de América Central que se destaca por su economía y democracia.

Mientras que sus playas tropicales, frondosas selvas y su proximidad a Estados Unidos son puntos de atractivo para millones de turistas, la ubicación de Costa Rica también ha atraído a los traficantes que transportan cocaína desde países andinos hacia el norte.

"Nuestra geografía nos tiene prisioneros", dijo la presidenta Laura Chinchilla, en una entrevista.

El Departamento de Estado de EE.UU. dijo en un informe anual sobre narcóticos que publicó recientemente que Costa Rica afronta violencia relacionada al narcotráfico y un alto nivel de crimen debido a "falta de recursos y una burocracia complicada". El informe instaba a Costa Rica a promulgar leyes para abordar a los grupos criminales.

La frontera de Costa Rica con Nicaragua es un importante punto de tránsito del narcotráfico, señalan funcionarios.

El año pasado, la policía antidrogas de Costa Rica incautó 15,5 toneladas de cocaína —que valen más de US$2.000 millones en las calles de EE.UU.— más del doble que el año anterior, dijo hace poco el Ministerio de Seguridad Pública.

Alrededor de una quinta parte de estos embargos ocurrió en este bullicioso cruce fronterizo con Nicaragua. La destartalada comisaría de policía de Peñas Blancas, un frente destacado en la lucha contra el narcotráfico transfronterizo de Costa Rica, pone de relieve la batalla cuesta arriba que libra el país.

Aquí hay tres puntos de control en la frontera; dos para una larga fila de camiones que se extiende varios kilómetros en ambas direcciones y otro para las personas que cruzan a pie. Los conductores cuelgan hamacas en sus camiones para dormir siestas durante la espera para cruzar la frontera, que puede durar hasta medio día.

El punto de control para las miles de personas que cruzan la frontera a pie cada día es un desvencijado refugio de madera para la lluvia atendido por un único agente de policía sentado tras una mesa de picnic.

"Es muy rústico. Es viejo", dijo un funcionario de la policía antinarcóticos. "Hace que [el trabajo] sea más difícil. No tenemos suficientes equipos".

El cambio en los patrones del tráfico de drogas en las décadas del y 2000 debido al debilitamiento de los carteles colombianos y la guerra en México contra sus carteles de narcotraficantes están incitando a intensificar su actividad en América Central, un enclave de gobiernos en su mayoría pequeños y débiles.

Las redadas alcanzaron su punto máximo a finales de la década de 2000, cuando las autoridades costarricenses incautaron grandes cantidades de cocaína en barcos en la costa del Pacífico. El ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora, dijo que estas operaciones policiales obligaron a los carteles a buscar otras rutas y maneras para evitar ser detectados.

"La técnica consistía en transportar grandes cantidades [de cocaína]. Ahora utilizan pequeñas cantidades", dijo Zamora en una entrevista. Los cárteles "toman otras rutas donde hay menos policía. Siempre están tratando de encontrar una ruta alternativa".

Sin embargo, más de 80% de la cocaína de América del Sur que se trafica a EE.UU., el mayor consumidor mundial de la droga, pasó por Centroamérica, según el informe del Departamento de Estado. Eso es un cambio frente a la década de 1980, cuando la mayoría de la cocaína era enviada por el Caribe.

En su informe más reciente sobre el tema, la Casa Blanca incluyó a Costa Rica en su lista de puntos de tránsito o países productores de drogas ilícitas. Fue la tercera vez que este pequeño país se ganó esa distinción, que incluye 22 países, la mayoría de ellos en América.

Chinchilla, quien asumió la presidencia en mayo de 2010, forma parte de un número creciente de líderes regionales que piden un debate sobre la legalización de las drogas para ayudar a reducir la demanda y la violencia.

De momento, las autoridades estadounidenses rechazan cualquier discusión en esa dirección.

Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala son los más afectados por el narcotráfico. En general, según Naciones Unidas, América Central es la región del mundo que, sin estar en guerra, es más violenta. Honduras, por ejemplo, tiene una tasa de homicidios per cápita de 92, en comparación con alrededor de cinco por cada 100.000 habitantes en EE.UU.

Pero ahora, Costa Rica, un país relativamente pacífico y próspero en comparación con sus vecinos, está bajo asalto. Es una gran preocupación para un gobierno que se enorgullece de sus altas calificaciones de alfabetización y cuidado de la salud. Costa Rica abolió su ejército en 1948 y sus ciudadanos gozan de los beneficios de un gran gasto social.

Pero ahora se encuentra en apuros para igualar el poder y el sigilo de los carteles de narcotraficantes, incluyendo el cartel de Sinaloa en México, que es la mayor amenaza para Costa Rica, según las autoridades.

"Es más fácil pasar contrabando a través de América Central que tratar de introducirlo directamente a EE.UU." por avión o barco, dijo un alto funcionario del gobierno. "También pueden evitar ser detectados o investigados por la policía de EE.UU."

Junto con el aumento del flujo de drogas se ha registrado un alza en la violencia: entre 2005 y 2010, los homicidios en Costa Rica aumentaron 71%, a 518 muertes. Los asesinatos han disminuido ligeramente en los últimos dos años; en 2012 fueron 394.

Para ayudar a combatir el crimen violento, el año pasado Costa Rica aumentó su presupuesto policial en 11% frente al año anterior, a US$ 351,5 millones.

Desde el año 2009, Centroamérica ha recibido casi US$500 millones de EE.UU. gracias a una iniciativa de seguridad para luchar contra los traficantes de drogas.

Pero Costa Rica está buscando más ayuda. Recientemente recibió US$20 millones de China para su nueva escuela de policía, dijo Zamora.

Algunos dicen que el país es por lejos el mejor preparado de la región para hacer frente al problema, pero debe actuar con rapidez.

"Los niveles de violencia y criminalidad no han alcanzado el nivel que hay en el norte" de Centroamérica, dijo Adriana Beltrán, socia del centro de estudios Washington Office on Latin America. "Pueden abordar esto sin tener que llegar a ese punto crítico".



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