Para Reflexionar en Serio

¿Hacia dónde camina Occidente?

2013-06-22

¿De dónde venimos? Es decir sintetiza los antecedentes culturales inmediatos al siglo...

Autor: Andrés Martínez Esteban

Donde está Dios, allí hay futuro (Benedicto XVI)

Cuando comencé este blog, hace ya casi dos años (¡cómo pasa el tiempo!) pensé en hacer tres secciones. Una sería "A la luz de la Palabra"; otra "Algo en lo que pensar"; y "Algo para leer", donde pensaba reseñar algunos libros que podrían ser interesantes. Luego la realidad se impuso y hacer un blog con tanta sección me hubiera llevado más tiempo del que dispongo. Me conformé con la primera que, poco a poco, ha ido tomando forma.

Cuento esto porque en la entrada de hoy voy a comentar un libro que me parece imprescindible, aprovechando que se acerca el verano y siempre hay algo más de tiempo. Se trata de ¿Hacía dónde camina Occidente? Pasado, presente y futuro de la cultura del siglo XXI, escrito por Aurelio Fernández y publicado en la Biblioteca de Autores Cristianos. Enseguida diré porqué me parece un libro necesario y excelente, pero primero: ¿de qué trata?

El autor dice que éste es un libro imposible. Lógico, primero porque ni el autor, por muy bueno que sea, ni nadie, salvo Dios nuestro Señor es capaz de responder con verdad a la pregunta del título. Aurelio Fernández, ¿qué hace entonces? Primero hace un recorrido por lo que han sido los orígenes y desarrollo de la cultura occidental tal y como la conocemos ahora: la aportación de Grecia y de Roma; el Cristianismo; la modernidad y los avances sociales, políticos, filosófico y teológicos del siglo XX. Son nuestros precedentes históricos.

A continuación responde a la pregunta: ¿De dónde venimos? Es decir sintetiza los antecedentes culturales inmediatos al siglo XXI: el cambio sociocultural del mayo del 68; los nuevos movimientos intelectuales; y el pensamiento católico posterior al Concilio Vaticano II.

Después el autor se pregunta ¿Dónde estamos? Es un magnífico análisis de la realidad del siglo XXI. Abarca todos los aspectos que afectan a la vida del hombre: cultura, medios de comunicación, economía,  matrimonio y familia, educación, religión y cristianismo… La conclusión es que la situación en la que nos encontramos es, en expresión de Habermas, de descarrilamiento.

Ante esta crisis brutal que afecta a todos y a cada uno de los aspectos de la vida del hombre y al hombre mismo, Aurelio Fernández se pregunta: de seguir así ¿Occidente será capaz de remontar la crisis y reencontrarse de nuevo consigo mismo? Aquí trata de lo que Benedicto XVI ha llamado la cuestión antropológica.

Y, por último, ¿A dónde queremos llegar? Es decir, a pesar de todo el pesimismo que pueda haber en el momento presente, la respuesta a esta pregunta es un final feliz. Ahora bien, para eso plantea una serie de retos y objetivos, como son recuperar a Dios; Jesucristo como camino para el encuentro del hombre con Dios; la mediación de la Iglesia; rescatar la antropología; la necesidad de unir razón, verdad, ética y prestar atención a la educación, matrimonio y familia, medios de comunicación.

Después de todo esto, puedes pensar: ¡menudo ladrillo! Pues no, te equivocas. Aurelio Fernández combina varios elementos, hoy en día difíciles de encontrar juntos, es un sacerdote magnífico, brillante, con una larga experiencia pastoral y académica, con capacidad de síntesis y, además, sabe contar las cosas al público general. ¿Se puede pedir más?

Y, ¿por qué recomiendo este libro? Primero porque todo cristiano, católico y hombre (y también mujer, para que no digan) de buena voluntad, debe tener criterio propio y buen criterio. Esto significa que debe conocer el mundo en el que vive y al que tiene que evangelizar. Segundo, porque es importante leer y leer libros buenos que ayuden a formarse. Tercero, porque hay que estar informado, pero es imposible abarcar todo lo que nos llega, mucho menos en un mundo globalizado como en el que vivimos, por eso es importante acudir a personas solventes que sabemos que no nos van a dar gato por liebre. Y, por último, porque el Cristianismo tiene la conciencia cierta de poseer la Verdad y que ésta es la que garantiza el futuro del hombre y de la humanidad.

La solución está, pues, en que afirmando el valor de las realidades terrestres, es imprescindible redescubrir los valores trascendentes que elevan la existencia del hombre a horizontes más elevados que aquellos que marcan la inmediatez del deseo. Y a ello contribuye de modo eficaz el retorno a Dios, él es la fuente de la vida, de la felicidad y de la esperanza. Dios da luz, ofrece sentido y altura al vivir humano. Tal es la realidad que experimentan quienes tienen la gracia de encontrarse con él[1].


[1] Aurelio Fernández, ¿Hacía dónde camina Occidente? Pasado, presente y futuro de la cultura del siglo XXI, 525.



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