Policrato Philodemos

Caminando a la decadencia

2015-04-22

Responder sin adornos ni justificaciones a estas preguntas significa definirnos como pueblo,...

El fracaso educativo en México

"Educad a los niños y no será necesario
castigar a los hombres"

Pitágoras

"Abriendo más escuelas
podremos cerrar las cárceles"

Hay eventos en la vida que trastornan la visión del futuro, volviéndola imprevisible y sin esperanzas… el pasado Miércoles 18 de Marzo de 2015, al amanecer, en la Ciudad de Veracruz y escuchando el noticiero de la mañana por la radio, se convirtió en uno de esos días.

Fue provocado tanto por el contenido de la noticia como por la manera en que fue transmitida, y ambos ingredientes constituyeron una especie de firma de identidad de la clase de pueblo que somos.

Se informaba sobre un choque en el cruce de la vía del ferrocarril con la carretera, cerca de la acería de "TAMSA",  entre un tren de carga y un camión que remolcaba dos secciones de cajas del tamaño de las utilizadas en los barcos mercantes ("contenedores"), cargadas con mercancía variada entre ropa, artículos electrónicos para el hogar, lencería y  televisores, destinados a una de las grandes tiendas departamentales que existen en la zona conurbada  Veracruz-Boca del Río. El impacto provocó que las cajas de los contenedores se abrieran, dejando regada y expuesta la mercancía.

No tuvo que pasar mucho tiempo para que una gran cantidad de personas vecinas al lugar del siniestro acudiera, no para auxiliar a posibles lesionados por dicho evento, sino en su mayoría para robar la mercancía que se encontraba expuesta, parecían hormigas acarreando lo que iban encontrando, como si estuvieran recogiendo algún regalo enviado por la providencia, mientras los menos solo observaban con curiosidad el espectáculo.

Cabe señalar que los objetos que robaban no eran comestibles que necesitaran para saciar el hambre, sino artículos que de ninguna manera llenaban alguna necesidad vital para la familia o el individuo, ya que se trataba de lencería, televisores y electrodomésticos.

En un arranque de "corrección política", el locutor que narraba el suceso lo describía diciendo que los "vecinos del lugar levantaban los objetos regados", en un intento de suavizar el hecho, tratándolo como si constituyera algo "normal" o cotidiano y no un delito sancionado por las leyes.

Analizando este escenario degradante, que hacía evidente la ausencia de valores tanto de estos ladrones oportunistas como del narrador, al omitir llamarle por su nombre a este acto para suavizarlo y/o exculpar a los ladrones, difícilmente podemos evadir el planteamiento de las preguntas que necesariamente surgen ante dicho espectáculo, como son las siguientes:

¿Qué clase de gente es la que compone la mayoría del pueblo de México?.... ¿En que momento se perdió el espíritu de solidaridad que hace posible la relación de respeto y armonía en la sociedad? Si es que alguna vez esto existió.... ¿Cuál o cuáles han sido las posibles causas que han degradado la convivencia social en México?... ¿Cuáles serán los valores que predominan entre nuestro pueblo?... y por último… ¿Con esta calidad de población será posible remontar el subdesarrollo y la inequidad, como sociedad organizada?

Responder sin adornos ni justificaciones a estas preguntas significa definirnos como pueblo, señalando las lacras que arrastramos con desperdicio de un potencial útil de civilidad, que hemos venido arrojando al basurero de la indignidad y la corrupción, lo que seguramente nos han impedido surgir como la nación poderosa que debiéramos ser, si atendemos a la riqueza y situación de nuestra geografía y nuestros recursos naturales, aunque también esta respuesta nos dará la oportunidad de vernos en el espejo de nuestra realidad, misma que nos podría hacer recapacitar seriamente para enmendar el camino hacia un progreso verdadero y sustentable.

Para responder a la primera pregunta… ¿Qué clase de gente es la que compone la mayoría del pueblo mexicano?...  No se requiere buscar en enciclopedias voluminosas ni en textos eruditos de sociología, sino solamente recoger algunos párrafos e imágenes de los medios de difusión masiva, cuando informan de los mítines con acarreados políticos (espectáculo común en tiempos electorales), que venden o trafican su futuro (el voto), por cualquier baratija, o los videos sobre el comportamiento vandálico de los muchos pseudo ácratas que aprovechan cualquier manifestación pública de protesta para destruir o saquear todo lo que van encontrando a su paso, o las consuetudinarias noticias de abusos y corrupción de las autoridades, de los líderes sindicales, de los comerciantes (con kilogramos de 800 gramos, litros de 900 mililitros, acaparando mercancía, con publicidad engañosa, la impuntualidad crónica, la venta de plazas de trabajo, las escuelas "patito", la irresponsabilidad e impuntualidad crónica del mexicano, etc. etc.),  para después hacer una interpretación del perfil de esa gente que son mayoría en México.

Encontraremos entonces que lo "normal" y lo "común" del comportamiento, es el de la trampa oportunista y "gandaya", producto de una ausencia absoluta de valores, agravado por el "importamadrismo" que ignora deliberadamente las consecuencias de sus actos, confiando en  que los "usos y costumbres", la corrupción del sistema jurídico-policial que garantiza impunidad lo banalizarán y lo toleran.

Sobre la segunda pregunta… ¿En que momento se perdió el espíritu de solidaridad que hace posible la relación de respeto y armonía en la sociedad?.. Si es que alguna vez existió.

Para empezar, se puede responder que en México sí ha existido dicha relación de respeto al otro, recordando la forma en que se vivía en los años sesenta y setenta del siglo pasado, cuando todavía se honraba la palabra empeñada y existía la confianza que hacía más tersas las relaciones humanas… yo mismo, debido a mi edad, pude ser testigo de ello.

En cuanto al momento en que dicho respeto (derivado de los valores predominantes), se empezó a perder, puede señalarse que coincidió con el cambio social que se inició durante la implementación del neoliberalismo como doctrina política y económica, ya que privilegia el lucro por encima de la justicia social, en donde los valores, que cohesionan a la sociedad, empiezan a ser un estorbo y son abandonados, excluyéndolos del sistema educativo que deja de "formar" ciudadanos responsables, lo que prostituye las relaciones al interior de la sociedad, además de facilitar la concentración de la riqueza en pocas manos, creando un ámbito de inequidad social y de rencor de quienes quedan marginados y menos tienen, los que cada vez se vuelven mayorías en un proceso continuo de socialización de la miseria.

A la tercera pregunta de… ¿Cuál o cuáles han sido las posibles causas que han degradado la convivencia social en México?... se podría responder que el problema es multicausal, pues fueron varias las que contribuyeron a su creación, aunque todas se deben a la pérdida de valores.

Para una mejor comprensión de lo expuesto hasta aquí, estimo necesario hacer un alto, para definir y entender claramente el significado de lo que es un "Valor" en este contexto, ya que tanto ha sido citado en este breve ensayo.

Al respecto se puede definir con un alto grado de certeza y claridad, que los "Valores son construcciones abstractas, ideales, y exclusivos de la raza humana, que permiten medir el grado de civilidad alcanzado por el individuo o la comunidad, además de darle orientación y sentido a la vida.

Los valores matizan, suavizando el ejercicio instintivo del poder, generando conductas filantrópicas, heroicas, y de colaboración racional que reducen y/o eliminan el egoísmo innato de los instintos, que difícilmente se da en las demás especies vivientes, los valores dan cohesión al grupo social o étnico, y generan el sentido de identidad y de pertenencia a la sociedad que los adopta como norma de convivencia, de donde nace el respeto a la vida, a los derechos de los demás, a la libertad individual, a la solidaridad, empatía en el grupo, y a todo aquello que armoniza las relaciones sociales, promoviendo la paz y el bienestar general.

Retomando la búsqueda de las causas que han degradado la convivencia social en México, podemos añadir que la principal causa ha sido la pérdida de valores, debido a la degradación que han sufrido los programas educativos, en otras palabras, al abandono de la vertiente formativa en los planes de educación oficial del futuro ciudadano mexicano, olvidando que la raíz histórica que origina la creación de las escuelas (en toda la historia de la civilización), ha sido la de formar individuos capaces de vivir en armonía con los demás, colaborando con su esfuerzo para el bienestar común, aspecto que se logra solamente cuando se comparten los valores que dan identidad y pertenencia de grupo.

El fracaso educativo se debe al abandono de su vertiente axiológica (los valores), y constituye el origen del principal problema que sufre nuestro país… "La corrupción", que ha podrido todas las actividades de la sociedad mexicana (hasta en el lenguaje), a tal profundidad y durante tanto tiempo, que en la visión popular ya se le considera como una conducta normal y "obligada" en toda transacción que se haga, tanto en el ámbito del sector público, como en del privado, en el comercial, y en el magisterial de la educación escolar.

Para quienes han alcanzado edades superiores a los 50 años, que fueron formados dentro de un sistema educativo que incluía los valores, es verdaderamente lastimoso, y desalentador cuando se trata de vislumbrar el futuro de nuestro país, el escuchar la pobreza y estrechez de vocabulario que manejan actualmente los jóvenes para comunicarse entre ellos, especialmente cuando se trata de niñas y adolescentes en su mayoría estudiantes, quienes como timbre de "modernidad y desenvoltura", acostumbran con desenfado la utilización de un vocabulario a todas luces ausente de valores por lo soez y patibulario, que haría enrojecer a los parroquianos de una taberna.

Ese mismo fracaso educativo, en su otra vertiente, que es la informativa, también se encuentra degradada bajo un falso concepto de la democracia, que torcidamente en los niveles de decisión se ha pretendido entender como el reparto masivo de títulos académicos sin el aval del conocimiento respectivo y menos aún de la excelencia del mismo, bajando los niveles académicos en un alarde populista (o populachero), con la finalidad de inflar las cifras estadísticas y presumir políticamente el número de egresados en nuestras escuelas y universidades.

Para la cuarta pregunta, que inquiere sobre los valores que predominan entre nuestro pueblo… se puede contestar, ante las evidencias cotidianas y las del hecho narrado al principio de este ensayo, que son aquellos que caen en el nivel de "antivalores", ya que en vez de cohesionar y dar identidad de grupo, disgregan el tejido social.

Esta afirmación, al parecer exagerada, es posible comprobarla fácilmente leyendo y escuchando las noticias de la prensa, ya sea directamente u observando el comportamiento cotidiano de la mayoría en las calles, por la forma descuidada y antisocial como manejan sus desechos, y la basura, que indolentemente arrojan de manera descuidada en la vía pública, la manera como conducen los vehículos (especialmente los chóferes de servicio público, trátese de camiones o de taxis), sin respetar reglas de tránsito, ni los derechos y la seguridad peatonal, usando las banquetas y aceras como estacionamientos, o burlando los límites de velocidad e ignorando los señalamientos de los semáforos, invadiendo con el vehículo los pasos peatonales, o peor aún, conduciendo como verdaderos "cafres del volante", evidenciando su desprecio absoluto de cualquier norma o el derecho de los demás.

Dicho comportamiento es el usual de las mayorías que no respetan nada y están predispuestos al abuso (que se da especialmente entre los servidores públicos y la clase política), sumado a la indolencia de las autoridades respectivas (educadas en el mismo crisol formativo de valores degradados), provoca que continuamente el individuo, o grupo, rebase la línea que separa una falta administrativa de un delito, como lo es el robo, la extorsión, o el fraude, conductas y riesgos que constituyen el pan de cada día con que se enfrentan los pocos ciudadanos honestos que sí respetan la ley y a sus congéneres, quienes además se encuentran en una indefensión "de facto", dada la corrupción existente y descarada del sistema judicial y las comisiones de "derechos humanos" existentes en nuestro país, que se han convertido en extensiones y "tapaderas alcahuetas" del crimen organizado, respectivamente.

Este escenario cotidiano donde la "gandayez" y la corrupción son conductas dominantes, es el resultado del abandono de la enseñanza de los valores, tanto en el sistema educativo oficial, como en la mayoría de los hogares, que ha sido el germen de la preponderancia de los "antivalores" y del primitivismo egoísta que subyace en la visión neoliberal, donde el fin supremo del hombre parece descansar en un desmedido afán de lucro, que ha sido impuesto y rige actualmente las relaciones de la sociedad y de autoridades con sus gobernados, olvidando que los puestos públicos son para servir, no para servirse de ellos.

Actualmente se confunde, torcida y convenientemente, que los servicios del gobierno los paga el pueblo con los impuestos y que no son "negocios" para lucrar (limpia pública, recolección de basura, agua, electricidad, drenaje, derecho de vía, etc. etc.), como pregona el neoliberalismo y la rapacidad de los vividores incrustados en el gobierno y en las cámaras legislativas, que han alcanzado notoriedad por sus desafortunados aforismos, como "Un político pobre es un pobre político"… "El que no transa no avanza"…. "Yo no quiero que me den sino que me pongan donde hay"… y otros muchos que circulan y son del conocimiento popular.

Los valores fundamentales solo son recordados y usados como piezas de oratoria barata y demagógica, por los candidatos a algún puesto de elección popular en los tiempos de campaña previa a los comicios.

Por último, la respuesta a la pregunta … ¿Con esta calidad de población será posible remontar el subdesarrollo y la inequidad, como sociedad organizada?... es definitivamente … NO…. Sino que nos llevará a la decadencia y a la miseria económica y moral que destruye a las naciones y las convierte en neo-colonias tecnológicas de los países desarrollados.

Como colofón a este ensayo, y para poner en menos palabras la esencia y el mensaje que pretende dejar, me estoy permitiendo añadir un breve cuentecillo, escrito por uno de los grandes de la literatura mundial y latinoamericana.



EEM
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