Cabalístico

Jesucristo desaprueba todo acto fruto de celos humanos

2015-09-28

En él, los discípulos viendo a uno que expulsaba demonios en el nombre de...

Autor: Padre José Medina

En este 26º Domingo del Tiempo Ordinario del Ciclo B, el pasaje evangélico de san Marcos, capítulo 9, versículos 38 al 50, nos muestra la intención eficaz de Dios de derramar su Espíritu no sólo sobre algunos hombres escogidos, sino sobre toda la humanidad.

En él, los discípulos viendo a uno que expulsaba demonios en el nombre de Jesús, se lo prohíben, por el simple hecho de que no es uno de ellos. Pero el Señor, desaprueba este acto fruto de celos humanos, porque todo el que obra el bien en nombre suyo, aunque no pertenezca a la Iglesia, demuestra que está espiritualmente cerca de ella y que tiene al menos un germen de fe, por eso se le ha de respetar y tratar con benevolencia esperando confiadamente que ese germen madurará.

Por eso dice: "El que no está contra nosotros está a favor nuestro". Y para atestiguar que cuanto se hace en su nombre tiene siempre valor, añade: "El que os dé a beber un vaso de agua porque seguís al Mesías, os aseguro que no quedará sin recompensa".

La menor obra buena hecha por Cristo, no se perderá, aunque la haga quien no pertenece aún a la comunidad. Y si se hace a favor de los hermanos o de quien representa a la Iglesia del Señor, él la tendrá y recompensará como hecha a sí mismo.

Después de haber hablado de los deberes de los discípulos para con los extraños, habla Jesús de los que tienen para con los creyentes, y para consigo mismo.

Dentro de la comunidad los discípulos son especialmente responsables de la fe de los "pequeños" o sea de la gente sencilla, a los que deben edificar con su conducta y nunca escandalizarles con la misma.

Porque no hay que pasar superficialmente sobre la propia conducta, sino meditarla con seriedad y gobernarla, para que no haya en ellas palabras o actitudes que puedan turbar la paz de los pequeños y sencillos.

Por esto nos llama Jesús a guardarnos de los escándalos precedentes tanto del exterior, como de las propias pasiones: "Si tu mano te escandaliza, córtatela; más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al infierno".

El fin de tal amonestación es el dar a entender que el verdadero discípulo de Cristo debe estar pronto a toda renuncia con tal de evitar el pecado que lo separa del Maestro; y dispuesto a consolidar todo aquello que lo una a Él, como el sarmiento que unido a la vid, da fruto, y su fruto perdura.

Jesús, que no hace acepción de personas, nos llama a todos a esta comunión de vida y de amor, ¿qué le respondemos?



EEM
Utilidades Para Usted de El Periódico de México