Policrato Philodemos

Las comisiones de los derechos humanos

2015-10-20

Revisando la evolución y trayectoria de estas organizaciones que dicen defender los derechos...

Alm. Manuel Rodríguez Gordillo

"La usurpación de funciones constitucionales"

Paradigma político mexicano:

"Siempre que se trate de enmarañar la
solución de un asunto para entorpecer
su éxito… Hay que crear comisiones
que dupliquen funciones de organismos
ya existentes para dicho asunto"

Obligado por las circunstancias reinantes en la arena internacional durante el último tercio del Siglo pasado, y para alinearse a la moda política existente en dicho ámbito, México aceptó crear una comisión nacional de los derechos humanos con carácter oficial y sufragada con el erario público, a pesar de que tal aceptación duplicaba leyes establecidas y vigentes en nuestra Constitución General de la República, contenidas en las garantías individuales, y codificadas en las respectivas leyes reglamentarias.

El resultado de tal decisión ha sido una desproporcionada eclosión, casi viral, de comisiones paralelas tanto domésticas como extranjeras que brotan por todos los rincones de la geografía a la sombra de la moda y con diferentes disfraces humanísticos, muchas de ellas formadas por oportunistas cuya principal preocupación parece ser la búsqueda de publicidad gratuita a través de acusaciones desproporcionadas o de plano delirantes, buscando tener una mayor capacidad de convocatoria (al aumentar su presencia mediática), que los lleve a convertirse en poderes fácticos para poder negociar algún tipo de privilegio, ya sea en la arena nacional como en el campo internacional.

Dichos grupos, incluyendo la comisión de derechos humanos de la ONU, han llegado a rebasar los límites de la cordura al hacer declaraciones y emitir recomendaciones sobre supuestas o verdaderas violaciones a los derechos humanos, siempre  cometidas por autoridades (nunca por particulares, empresas, terroristas, o por criminales), como ha sido el caso reciente de la citada comisión de la ONU, que violando las formas de la diplomacia internacional y el respeto a nuestra soberanía, ha pretendido constituirse en un "Ministerio Público", suplantando funciones que solamente competen alas autoridades del Estado Mexicano, al querer "interrogar" al personal de tropa del Ejército sobre la tragedia de Ayotzinapa, Gro., asumiéndose por encima del Poder Judicial y de nuestras autoridades, como si trataran a un estado súbdito que se encuentra bajo su tutela.

Afortunadamente todavía quedan mexicanos y autoridades celosas del derecho de autodeterminación de México, país soberano e independiente, como ha sido el caso del General Cienfuegos, Secretario de Defensa, que se opuso terminantemente a tal intención de atropello, pues de haberse consumado habría sentado un vergonzoso precedente para México.

Cabe hacer la aclaración de quien esto escribe, que no está en contra del derecho y la libertad de reunión y de vigilancia de la ciudadanía, para supervisar  los actos de gobierno y señalar las violaciones que pueda cometer algún funcionario, sino que considera absurdo el que amparados en estas libertades, y argumentando juicios torcidos, suposiciones maliciosas, y/o delirantes, algunos individuos o asociaciones pretendan humillar y/o entorpecer las funciones legales del gobierno y debilitar nuestro estado de derecho, con la intención de crear condiciones favorables a intereses políticos inconfesables.

Del análisis sobre estas asociaciones "humanitarias" oportunistas, así como de los individuos que las componen y hacen de ellas un "modus vivendi", se despende también la certeza de que dichas personas (a pesar de que han evidenciado su carencia de valores y oportunismo, político y/o económico), son individuos que necesariamente saben de la existencia de autoridades oficialmente responsables de proteger las garantías individuales (que ellos insisten en llamar "Derechos Humanos"), de la sociedad, pero que en su búsqueda de notoriedad y poder, convenientemente lo olvidan y han elegido como estrategia de sobrevivencia, hacer el mayor ruido mediático posible exagerando o inventado supuestas violaciones a los derechos humanos (especialmente de la criminalidad), para medir la tolerancia de las autoridades del Estado Mexicano, y también con el fin de presentarse ante la ciudadanía desinformada, como centinelas que vigilan y defienden "los derechos humanos de la sociedad", pretendiendo hacerse los  indispensables ante el pueblo (y así poder continuar en su cómoda condición de parásitos),  ya que han hecho de esa falacia un negocio redituable y un modo de vida.

De la misma manera es sumamente sospechoso que dichas "Comisiones" de derechos humanos, generalmente estén más preocupadas en defender a los delincuentes que a sus víctimas, y en pretender que su movimiento sea subsidiado por el estado al que atacan con ferocidad mediática. Casi siempre están formadas por miembros de los partidos políticos de oposición, que fuera de la retórica populista que les caracteriza, nunca defienden verdaderamente los derechos humanos de la sociedad, y menos aún de quienes componen las instituciones del orden y seguridad ciudadana (policías y miembros de las FF.AA.) a las que cotidianamente (al igual que la delincuencia), agreden y atropellan físicamente durante sus mítines, marchas, paros, bloqueos, y actos de vandalismo que los acompañan, por citar hechos que históricamente han sido los más comunes y cotidianos.

Revisando la evolución y trayectoria de estas organizaciones que dicen defender los derechos humanos, es imposible  evitar las similitudes literarias o mitológicas conocidas, que nos hablan sobre la creación de monstruos que acaban devorando o sometiendo a sus creadores….. como parece ser el caso de las ante citadas agrupaciones "humanitarias"….. ¿Acaso serán como el Frankenstein, de Mary Shelley?.... o ¿El Golem, de la tradición judía meioeval?...... ¿O quizá como el Cronos (Saturno), de la mitología grecolatina?..... Escoja Ud. la similitud que más le agrade, ya que el resultado parece que será el mismo…. Bueno…. Mientras nuestra indolencia y apatía se los siga permitiendo.



JMRS
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