Disparates y Desfiguros

Omar Fayad se raja

2015-11-04

Difícilmente se podía defender una iniciativa manchada por la sospecha; ni siquiera...

José Cárdenas, Excelsior

El senador priista quien desató una tempestad en redes sociales por su iniciativa —dizque personal— de una "Ley para Prevenir y Sancionar los Delitos Informáticos", da marcha atrás.

No soportó la presión de miles y miles de usuarios de internet, activistas derecho-humanistas, expertos en libertad de expresión y medios de comunicación.

Si bien la #LeyFayad —como fue bautizada con sarcasmo— proponía atacar y perseguir delitos tan graves como el robo, fraude, extorsión, abusos sexuales, pornografía y terrorismo cibernético contra sistemas públicos o privados —por demás necesario— sucumbió ante la ambigüedad para definir las faltas que ameritarían cárcel y multas para quienes las cometan, lo cual daba cabida a malévolas interpretaciones.

Por ejemplo, muy peligroso e impreciso resultaba el espíritu del artículo 21 de la iniciativa, referente a la "intimidación", para sancionar "a quien, a través de medios informáticos, acose, hostigue, intimide, agreda
o profiera cualquier forma de maltrato físico, verbal o sicológico en contra de usuarios de internet, de forma reiterada y sistemática".

Lo mismo ocurría con el artículo 22, sobre "Divulgación de Información de Carácter personal" que se prestaba a confusiones para el trabajo de servidores públicos y periodistas al pretender castigar a quien revelara, "información sensible".

La redacción ambigua de la #LeyFayad confundía libertades; implicaba disciplina al interior del gobierno, sí, pero también aparentemente coartaba el derecho humano a la crítica de funcionarios públicos confundiéndolo con ataques, acosos, hostigamiento e intimidación.

Denunciar abusos de gobernantes y funcionarios ¿podría ser interpretado como un delito de agresión o maltrato?

De entrada, la #LeyFayad se entendió como una #LeyMordaza, diseñada para censurar a particulares y medios de comunicación  por cuestionar al poder y por dar la impresión de intentar convertirse en una ley punitiva para regular el uso de redes sociales a conveniencia del poder, desde luego con tentaciones de censura.

Difícilmente se podía defender una iniciativa manchada por la sospecha; ni siquiera su autor material e intelectual pudo lograrlo.

EL MONJE LOCO: Omar Fayad, vapuleado por los cuestionamientos a su ideota, la descarta; trata de salir como puede del hoyo… no vaya siendo que sus aspiraciones a la gubernatura de Hidalgo también salgan tatemadas como su frustrada intención de imponer una sospechosa "ley mordaza".



LAL
Utilidades Para Usted de El Periódico de México