Vuelta al Mundo

..Y ahora un pacto por Colombia

2016-02-06

De nada nos van a servir, sin embargo, los apoyos extranjeros, la generosidad de las palabras de...

Diana Calderón, El País

Colombia logró en Washington hace pocas horas que el acompañamiento que por 15 años hizo Estados Unidos en nuestro país para la guerra en la lucha contra el narcotráfico y la insurgencia, en el conocido como Plan Colombia, se convirtiera en Paz Colombia. La nueva versión de la colaboración gringa, esta vez por 450 millones de dólares, debe aprobarla el Congreso norteamericano al gobierno de Barack Obama.

, quien además convocó al establishment de su país al evento de conmemoración en la Casa Blanca, al que solo faltó el expresidente Alvaro Uribe, quien ha debido asistir porque el Plan Colombia es quizá la única alianza política de Estado que sobrevivió tres gobiernos desde Andrés Pastrana (1998-2002) hasta Juan Manuel Santos desde el 2010, pasando por los ocho del jefe uribista.

Obligatorio recordar también que el entonces Plan Colombia, que terminó pasando de la lucha antinarcóticos a la contrainsurgente, fue definitivo en un momento en que Colombia estaba al borde del abismo, pero jamás como han querido decir por estos días puede aceptarse que solo con esos 10 mil millones de dólares evitamos ser un estado fallido. Los muertos, lo sabemos, los pusimos nosotros. Y los costos también. No hay discusión. Y algunos fracasos innegables como el componente de la justicia que precisamente es uno de los retos del posconflicto.

Bienvenido el Plan Colombia II o Paz Colombia como le llamó Obama, y más aún si se concentra en el gran desafío que implica el desminado, los programas de desarrollo alternativo y nuevamente en fortalecer la rama judicial. Falta ahora ver que los republicanos en el Congreso, aliados en las épocas de guerra, no se opongan en las de la paz. Deberían pensar que entre las victorias militares también está ver a la guerrilla reconociendo que fracasó por la vía de las armas.

De nada nos van a servir, sin embargo, los apoyos extranjeros, la generosidad de las palabras de Obama y el reconocimiento al presidente Santos si en Colombia no logramos hacer un Pacto por la Paz. Mientras en Washington se anunciaba el renovado compromiso, en Colombia empezaron a revelarse los nombres de quienes ya vienen trabajando en lograr que todas las fuerzas políticas rodeen el proceso. Nada fácil pero sí esperanzador. Desde el opositor Centro Democrático, figuras como Carlos Holmes Trujillo; desde el Polo izquierdo, el senador Jorge Enrique Robledo y desde los conservadores, el ala que volvió recientemente a la Unidad Nacional, encabezada por David Barguil, están en esa tarea.

Incluso Holmes Trujillo ya se reunió con Álvaro Leyva y Enrique Santiago, el asesor de las FARC mientras la atomizada izquierda parecía una sola en un desfile infinito de visitas a La Habana para reunirse con los negociadores farianos e incluso hablar de cambio climático.

El propio expresidente Uribe ha expresado que avala esas reuniones de sus compañeros para discutir sobre el proceso de paz. Obviamente el fin último parece ser acordar una asamblea constituyente que les permita reformar los acuerdos a los que se llegue con las FARC, punto en el que la derecha se termina uniendo con la guerrilla, que también la quiere pero no para reformar sino para garantizar su implementación.

¿Se abre el camino para un plebiscito refrendador y una constituyente que implemente? Parecería que por lo menos es un tema a discutir. Lo que sí está pasando es que hay desde las diversas fuerzas políticas quienes advierten que sin un Pacto Político por Colombia en Paz, como los que ha hecho el país en otros momentos de su historia no será posible. Grandeza y valentía necesitamos para una paz estable.



JMRS
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