Reportajes

Cinco formas en las que la guerra en Siria cambió el mundo

2016-03-13

Por PHILIP ISSA

BEIRUT, Líbano (AP) — El conflicto en Siria ha tenido un gran impacto en la política global. A continuación, cinco formas en las que ha cambiado el mundo.

AUGE DEL GRUPO ESTADO ISLAMICO

Fue en el vacío de poder provocado por el deterioro del conflicto en Siria lo que permitió que una rama poco conocida y brutalmente violenta de Al Qaeda se convirtiera en el grupo terrorista más importante del planeta.

En 2014, el grupo Estado Islámico completó su toma de la ciudad oriental siria de Raqqa y siguió adelante para conquistar la iraquí Mosul. Con el tiempo se hizo con un territorio a ambos lados de la frontera entre los dos países, un área del tamaño de Gran Bretaña, y en el proceso consiguió armas, riqueza y personal. La expansión no encontró apenas resistencia del gobierno sirio, ocupado combatiendo a otros rivales en zonas más pobladas cerca de la costa mediterránea.

El grupo EI ha despertado una profunda ansiedad en la región y en todo el mundo al realizar matanzas de minorías, institucionalizar la esclavitud sexual, derrotar a ejércitos estatales y ejecutar a sus rivales en macabros espectáculos de violencia. El grupo extremista destruyó monumentos históricos como templos en la ciudad antigua de Palmira y alimentó el comercio global de antigüedades.

El grupo ha coordinado ataques terroristas en lugares que van desde Francia a Yemen, y establecido una cabeza de playa en el norte de Libia que podría sobrevivir a su llamado "califato" en Siria e Irak. Quizá lo más desconcertante es que miles de jóvenes hombres y mujeres europeos —no todos de origen musulmán— han viajado para unirse a la milicia.

EL RESURGIR DE RUSIA

"Hay un hombre en este planeta que puede poner fin a la guerra en Siria haciendo una llamada de teléfono, y ése hombre es el señor Putin", dijo hace poco el secretario británico de Exteriores, Philip Hammond.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha establecido una nueva presencia en Oriente Medio tras ver durante años cómo Estados Unidos llevaba la voz cantante en la región. El pasado septiembre, y tras proporcionar armas, asesores y asistencia económica al presidente Bashar Assad con poco efecto, Putin envió su fuerza aérea para atacar a los rivales del gobierno sirio. El reciente receso en la violencia se debe en gran parte a las instrucciones de Rusia. Los planes de Rusia para Siria siguen sin estar claros, pero quien sea que tome el relevo en el país deberá en buena parte su puesto a Putin.

Antes de Siria fueron Georgia en 2008 y Ucrania en 2014, precedentes de la actual intervención, en las que Putin no tuvo reparos en mostrar hasta dónde llegaría para proteger los intereses de Rusia. Ahora, Moscú se alza como un factor clave en una región con reservas significativas de gas y petróleo. Puede esperarse que movimientos políticos de toda clase se pregunten cómo puede Rusia favorecer sus intereses.

EUROPA DESESTABILIZADA

Cuando Europa diseñó sus acuerdos de fronteras abiertas al final del siglo pasado, no esperaba la llegada de en torno a un millón de migrantes —la mayoría, refugiados sirios— en apenas un año, como ocurrió en 2015. Miles de personas murieron tratando de cruzar a Europa por mar, lo que plantea un dilema moral para el continente. Las llegadas, que siguen sin tregua, han despertado tanto generosidad como xenofobia y en definitiva han golpeado el corazón del sistema de fronteras abiertas.

Los europeos levantan ahora cercas en la ruta migrante de los Balcanes de Grecia a Alemania, tras permitir en un principio la entrada de miles de personas. Grandes multitudes esperan en condiciones deplorables en el sureste de Europa. Muchas afrontan en un limbo legal europeo, esperando a que se procesen sus solicitudes de asilo o instalándose sin permiso de residencia.

Los atentados del grupo EI contra París en noviembre, aunque obra principalmente de ciudadanos franceses y belgas, desató críticas sobre la seguridad en toda Europa y dio impulso a los políticos nacionalistas. Estos efectos se vieron incluso en Estados Unidos, donde el favorito de las primarias republicanas, Donald Trump, consternó a muchos al proponer un veto a la entrada musulmanes en el país.

Europa estudia ahora un acuerdo para enviar a todos los migrantes que lleguen a Grecia de vuelta a Turquía, a cambio de admitir a refugiados sirios preseleccionados. La migración masiva, sumada a su crisis de moneda, está poniendo a prueba la unidad de Europa.

VECINOS TRASTOCADOS

La crisis migrante europea se ve empequeñecida por la oleada de desplazados que ha abrumado a los vecinos de Siria. Turquía, Líbano y Jordania acogen por sí solas a 4,4 millones de refugiados de Siria. En Líbano suponen más que un quinto de la población.

Los refugiados sirios han llevado capital y capacidad de trabajo y tenido resultados económicos dispares en las sociedades a las que han llegado, dependiendo de las cifras consultadas.

El conflicto en Siria también ha implicado a milicias y estados de toda la región, desestabilizando a vecinos frágiles como Líbano y reavivando la tensión étnica en Turquía, donde se ha planteado el temor a una guerra civil con los curdos.

IRAN EN ASCENSO

El conflicto en Siria ha cambiado el equilibrio de poder en la región. La esfera de influencia de la chií Irán se extiende ahora de Beirut a Teherán, con gobiernos dependientes en Bagdad y Damasco. El comandante de la fuerza de élite Qud de la Guardia Revolucionaria, el general Qassem Soleimani, ha visitado Rusia y se le ve a menudo dirigiendo despliegues en Siria e Irak. Irán tiene milicias en ambos países que se dice operan al margen de las estructuras de mando soberanas.

En Líbano, Irán se ve representada por la poderosa Jezbolá, un híbrido entre partido y milicia que expulsó a Israel del sur del país en 2000. El grupo ha enviado miles de combatientes para reforzar a Assad en Siria. Israel presencia con disgusto cómo su némesis entrena con artillería moderna junto a contingentes rusos e iraníes, y fortifica sus posiciones a lo largo de la frontera norte israelí. Jezbolá margina de forma constante a sus rivales respaldados por Arabia Saudí en el gobierno libanés.

Arabia Saudí, la potencia suní regional, está teniendo problemas por conservar el apoyo de la oposición de mayoría suní a la que apoya en Siria al tiempo que combate a rebeldes chiíes respaldados por Irán en Yemen.



JMRS
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