Editorial

¿Qué hay detrás de la opinión pública?

2016-03-16

Si reconocemos que buena parte del periodismo mundial sobrevive sometido a poderes...

Fernando Pascual

Los medios de comunicación tienen un peso importante a la hora de configurar la mentalidad de millones de personas. Con sus informaciones y con sus omisiones alimentan y promueven lo que llamamos "opinión pública".

Los medios tienen tanta fuerza que han recibido el nombre de "cuarto poder", una fórmula que algunos restringen a la prensa clásica pero que también podría valer para algunos de los fenómenos que caracterizan el mundo de Internet.

Detrás de los medios, sobre todo detrás de las grandes agencias de noticias, existen personas concretas, con intereses y con necesidades, algunas de las cuales están sometidas a la presión de otros poderes, como el de grupos económicos o de autoridades políticas.

Por lo mismo, detrás de la opinión pública no sólo existen medios informativos populares (prensa, radio, televisión, Internet, etcétera), sino hombres y mujeres. Unos, honestos y amantes de la verdad. Otros, interesados en defender sus propias ideologías personales. Otros, quizá en un número mayor del que pudiéramos imaginar, viven sometidos a las indicaciones de sus jefes, que determinan sobre qué temas "informar" y bajo qué punto de vista.

El mito (algunos lo creen todavía) del periodismo independiente es simplemente eso: un mito. Porque muchos periodistas trabajan o con el material que ofrecen las grandes agencias informativas (muchas de ellas llenas de intereses y de ideologías), o con material propio que busca sea aceptado y publicado por el medio informativo que le ha contratado. De esta manera, esos periodistas viven atados a las ideas de otros, pues sólo así será posible no perder el contrato que les permite recibir un salario a fin de mes.

Si reconocemos que buena parte del periodismo mundial sobrevive sometido a poderes económicos e ideológicos, habremos dado el primer paso para adquirir un espíritu más crítico ante tantas "noticias" que no lo son, y ante tantas noticias reales que llegan revestidas de un fuerte lastre ideológico y deformante.

Al mismo tiempo, empezaremos a buscar fuentes alternativas de información, como las que surgen desde auténticos amantes de la verdad, hombres y mujeres autónomos que no dependen económicamente de otros ni se doblegan a las ideologías de moda.

Tal vez esos "periodistas alternativos" encuentren en Internet o en algunos otros medios espacios para divulgar noticias no manipuladas y bien sopesadas, y para transmitir reflexiones profundas y enriquecedoras. Si los encontramos, nos beneficiaremos de su trabajo y tendremos acceso a un mundo de informaciones válidas y bien analizadas. Esa es la meta propia de un periodismo auténtico y libre, gracias al cual será posible avanzar hacia una "opinión pública" madura y bien formada.



LAL