Vox Populi

Abril es el mes más cruel

2016-04-10

Una deslumbrante tormenta de papel –un millón y medio de documentos– cayó sobre el...

León García Soler, La Jornada

Una deslumbrante tormenta de papel –un millón y medio de documentos– cayó sobre el mundo de la globalidad financiera y la desigualdad criminal que concentra la riqueza en el 0.01 de la población de la Tierra. Los papeles de Panamá, #PanamaPapers, de la Internet insaciable, exhibieron el libre flujo de dinero sin regulación alguna, de los muy ricos, de evasores de impuestos a los que lujosos despachos de abogados y grandes bancos facilitan la tarea.

Un notable y numeroso contingente de periodistas trabajó durante casi dos años en la lectura y clasificación de ese apabullante número de documentos, de cifras y nombres, así como del diálogo con el informante que les proporcionó el material que puso al descubierto lo que era, dijo un analista en estos enloquecedores días, un secreto a plena vista, algo que todos sabíamos. El informante reveló la trama, movido por el afán de hacer justicia, exponer a los poderosos al tenor la libre información y a la justicia de cada una de las naciones donde se originó la fuga y evasión del capital. Formidable y generosa visión. Jefes de Estado y de gobierno exhibidos, puestos en la picota de la opinión pública.

Y, desde luego, un interminable listado de empresarios, artistas, deportistas, de quienes habitan el espacio de los ricos y famosos o de los famosos por ser famosos. Cayó uno de los jefes de gobierno. En Islandia, el pueblo que no aceptó el rescate de bancos y banqueros, cuando padecieron los efectos terribles de la gran crisis de los 90, los nórdicos que decidieron quedarse sin bancos, manifestaron su indignación, llenaron las plazas, demandaron la renuncia inmediata del gobernante expuesto por las revelaciones de #PanamaPapers. Y la obtuvieron.

La tormenta primaveral desnudó al rey de Marruecos, a numerosos allegados de Vladimir Putin; al conservador primer ministro de Gran Bretaña, James Cameron; a la ultraderechista francesa Marine Le Pen. Putin, el poderoso heredero del Kremlin y perseguidor de los afamados oligarcas que se llevaron sus capitales al mundo deslumbrante de la Unión Europea, respondió de inmediato, con el estilo inalterable del pasado soviético. Es una trama de la CIA, dijo. En México no tuvieron tiempo nuestros pretenciosos oligarcas de la ortodoxia neoconservadora y sus intelectuales inorgánicos, de alegrarse por el presunto retorno de la guerra fría. En las listas hay mexicanos, de esos que demandan a Pemex el pago de más de 120 mil millones de pesos que debe a la patriótica iniciativa privada mexicana. No es delito invertir en el extranjero, afirma el SAT, que ya investiga si hay evasión de impuestos.

Hasta el momento, no aparecen nombres de los poderosos ciudadanos del país más rico del mundo, Estados Unidos. Esperen, todavía hay más, dicen los del consorcio de periodismo de investigación que logró la fantástica acumulación de pruebas documentales, pero abril es el mes más cruel y, ante tan sospechosa ausencia y las acusaciones de Vladimir Putin, el vocero del Departamento de Estado en Washington informó que los periodistas recibieron dinero de la Agencia Estadunidense para el Desarrollo Internacional (AID). En cuanto se ve la palabra aid, se respira un aire de sumisión en los países marginados, los del subdesarrollo, los que han visto a sus gobernantes recibir dicha ayuda y someterse a la voluntad imperial. Pregúntele a Felipe Calderón o a Ernesto Zedillo o a cualquiera de los que habitaron en Los Pinos desde que se decidieron a recibir la primera oferta generosa de aid proveniente de nuestro vecino del norte.

Los integrantes del consorcio que desató la tormenta de papel que ha puesto a temblar a ricos y poderosos, seguramente no han sido víctimas de lo que Putin llama trama de la CIA. Habrá quien diga que los multimillonarios y los dueños de los grandes bancos, aseguradoras y agencias de bolsa no necesitan los servicios de un bufete de abogados de Panamá; que ellos pagan muy bajos impuestos. Warren Buffet, uno de los que encabezan las listas de Forbes, llamó a corregir el injusto sistema fiscal en el cual su secretaria paga más impuestos que él. Su notable ejemplo no tuvo seguidores. Hay que esperar los nombres que anticipan los de #PanamaPapers. La derecha triunfalista de la República Argentina aportó ya el nombre del presidente Mauricio Macri, alegre empresario sometido a investigación por el fiscal federal Federico Delgado.

¿Sabes por qué no ha habido golpes de Estado en Estados Unidos? Porque en Washington no hay embajador de Estados Unidos: cosecha irónica del agridulce humor mexicano. En los archivos del bufete panameño Mossack Fonseca filtrados en Los papeles de Panamá, aparece información de cuantiosas comisiones pagadas por Petrobras a una empresa opaca de consultoría, propiedad de una fundación fantasma registrada en Suiza. En Brasil acusan a la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, de recibir donaciones irregulares por 2 millones 500 mil dólares en su campaña para las elecciones de 2014, y la oposición derechista exhibe en el Congreso pancartas en las que exigen inmediato juicio para destituirla.

No tienen todavía los votos necesarios para aprobar la destitución. Y Lula, ex presidente, obrero que buscará volver al poder, combate a los ricos, a la prepotencia golpista de los reaccionarios que aseguraban fracasaría un obrero metalúrgico en la presidencia de Brasil, pero hay gran malestar en los pueblos de la globalidad toda. Desconfían de los partidos políticos y de los gobiernos; cunde una peligrosa confusión entre la clase política y el poder de los dueños del dinero. Después de escuchar el discurso de Obama en Cuba y de leer las palabras de Fidel Castro en Gramma, parecíamos avizorar el imperio del sentido común, la coexistencia pacífica de las ideologías.

No queda sino esperar los nombres que faltan. Aunque es muy posible que el de Donald Trump no alteraría la desaforada ambición de llegar a la Casa Blanca y someter al resto del mundo a la envilecida voluntad del demagogo cuyos desahogos han sembrado el miedo en el mundo entero. Hay un límite a la estulticia. Las encuestas recientes aseguran que siete de cada 10 ciudadanos tiene opinión negativa de Trump; sean hombres o mujeres de cualquier origen étnico, jóvenes o viejos. Se acaba el viaje sicodélico del señor Trump. Hillary Clinton o Bernie Sanders derrotarán al candidato de lo que quede del Partido Republicano.

Al que se quema con leche hasta al requesón le sopla. Trump expuso la desconfianza y el coraje que hay en grandes sectores de la población marginada, sin seguridad social, sin empleo, ambiente propicio para el nido de la serpiente, del racismo, del odio a la otredad, para seguir el llamado del nazi-fascismo, pero nada justifica que nuestro gobierno caiga en la trampa y explique el cambio intempestivo del embajador en Washington a la posibilidad de que triunfara Trump en las elecciones o la semilla de odio expuesta desatara la persecución de nuestros compatriotas allende el Bravo.

¡Caray! Trajeron de largo retiro a Miguel Basáñez, cuya actividad política empezó y acabó al lado de Alfredo Del Mazo, en 1987. Eso bastó para enviarlo a Washington, y ahora aseguran que lo sustituyeron con un embajador de larga carrera, por temor al fantoche Trump.

Y todo eso ante las elecciones en 13 entidades: 12 gubernaturas, 239 diputaciones de mayoría, 209 de representación proporcional (60 del constituyente hechizo de CDMX) y 965 ayuntamientos. Abril es el mes más cruel.



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