Internacional - Finanzas

Los inversionistas huyen de Mongolia y su elevada deuda

2016-09-14

No hay ni un rincón del mundo al que los inversionistas no estén dispuestos a viajar...

Carolyn Cui y Julie Wernau, The Wall Street Journal

No hay ni un rincón del mundo al que los inversionistas no estén dispuestos a viajar en busca de rentabilidad extra. Pero el viaje a Mongolia está resultando traicionero.

Los gestores de dinero amasaron en los últimos años grandes cantidades de activos del país con la población más dispersa del mundo ante la perspectiva que planteaban las vastas minas de cobre y oro sin explotar de Mongolia. La deuda mongola recibió un impulso adicional este año, al avanzar un 6% en julio cuando los precios de las materias primas subieron y los inversionistas buscaron alternativas a las rentabilidades bajas o incluso negativas de los países desarrollados.

Pero en agosto, el ministro de Finanzas del país dejó boquiabiertos a los inversionistas mundiales cuando dijo que la deuda estatal se situaría en el 78% del Producto Interno Bruto, muy lejos del objetivo del 55%. El anuncio provocó una oleada de ventas en los mercados mongoles y la deuda denominada en dólares del país se desplomó un 7,7% el pasado mes, mientras que la moneda registró la mayor depreciación de entre todas las divisas de economías en desarrollo, aunque este mes ha rebotado ligeramente.

“Hasta no hace mucho, Mongolia gozaba de gran interés en los mercados y no podía hacer nada mal”, dijo Bejoy Das Gupta, economista jefe de Asia-Pacífico en el Instituto de Finanzas Internacionales. “Pero cuando llega el aterrizaje forzoso, los mercados se ajustan muy rápidamente”.

Mongolia forma parte de un grupo de países que ante su prometedor futuro decidieron asumir deudas masivas en la época de entusiasmo de los inversionistas por los mercados de frontera. En 2011, la economía de la nación era la de crecimiento más rápido del mundo, ya que se expandía al 17% impulsada por el incremento de los precios del cobre, del oro y del hierro.

Los prestamistas extranjeros otorgaron miles de millones de dólares al Estado, los bancos y las mineras para ayudar a extraer la riqueza del subsuelo. Los niveles de deuda de Mongolia se dispararon un 264% en los cinco años que concluyeron en 2015, el mayor incremento del mundo en ese lustro, según Moody’s Investors Service.

Pero el pinchazo de la burbuja de las materias primas que comenzó en 2011 lastró el crecimiento del país. Ahora, la perspectiva de un aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, que podría restar atractivo a los bonos de los países en desarrollo, podría empeorar una situación ya de por sí complicada. Al cierre del primer trimestre, la deuda total de Mongolia con acreedores extranjeros ascendía a US$22,600 millones, comparada con una economía aún pequeña de US$11,800 millones.

Los inversionistas han puesto sus esperanzas en una enorme mina de oro y cobre que se espera que genere un crecimiento masivo de la economía. En diciembre de 2015, tras cuatro años de negociaciones, el Estado aprobó un acuerdo de financiación de US$4,400 millones para la segunda fase de la mina Oyu Tolgoi de Rio Tinto PLC, que se considera la reserva de cobre más infradesarrollada del mundo. Pero los retrasos de los proyectos han salido caros, ya que durante la espera los precios del cobre se han reducido a menos de la mitad.

A medida que se agravaban los problemas financieros del país, el gobierno recurrió a medidas de emergencia y en agosto anunció que pronto podría dejar de pagar a sus funcionarios y soldados y subió las tasas de interés en 4,5 puntos porcentuales para combatir los flujos de salida del capital.

Si Mongolia recurre al Fondo Monetario Internacional en busca de ayuda, podría apuntalar la confianza de los inversionistas en que logrará pagar sus deudas, según Kevin Daly, gestor de carteras en Aberdeen Asset Management. El FMI visitó el país en agosto.



JMRS

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