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Testigos de la masacre de Saná cuentan el horror que siguió al bombardeo

2016-10-09

Jaled Abdalá

Saná, 9 oct (EFE).- Cadáveres calcinados, heridos portando sus propios miembros amputados, gritos, oscuridad y polvo fue lo que siguió al ataque de ayer en Saná contra un funeral en el que murieron 140 personas y 525 resultaron heridas, según el relato de quienes sobrevivieron al bombardeo.

Wahib al Sarari cuenta a Efe que "el primer misil impactó (contra la sala en la que tenía lugar la ceremonia) antes de que se escuchara el ruido de ningún avión".

"Al parecer lo lanzó desde detrás de la montaña", dice Al Sarari mientras camina sobre las ruinas del salón donde se celebraba el funeral de la madre del ministro del Interior del Gobierno de los rebeldes hutíes, Yalal al Ruishan, en la calle Al Jamsín.

Al Sarari, vecino de la zona, explicó que el segundo misil impactó "mientras la gente se agolpaba en la entrada para intentar salir".

"Al entrar, los cadáveres se encontraban esparcidos por el suelo de la sala, la gente pasaba por encima, y en el primer piso los cuerpos de los muertos estaban calcinados por completo", asegura.

Tras los bombardeos oyó el ruido de aviones, pero no pudo confirmar el estallido de otros dos misiles, como aseguran algunas fuentes.

La comandancia de la coalición árabe comandad por Arabia Saudí ha negado tener ninguna responsabilidad en lo sucedido y ha asegurado que abrirá una investigación.

"Los heridos caminaban mientras agarraban sus propias piernas mutiladas y sus estómagos desgarrados. Fue una situación indescriptible", añade Al Sarari a Efe.

Por su parte, Abdalá Al Hamri, uno de los supervivientes del ataque, cuenta que estaba sentado en la esquina de la sala, que se encontraba repleta de personas que habían acudido a presentar sus condolencias a la familia de la difunta, cuando todo saltó por los aires.

"Cuando estalló el primer misil se desataron los gritos y reinó la oscuridad y el polvo", dijo.

Tras un primer momento de confusión, explica, se apresuró con otros sobrevivientes a rescatar a los heridos. "Pero a los 10 minutos, estalló el segundo misil, cuando estábamos en la salida", agrega.

Los bomberos todavía intentaban esta mañana apagar un nuevo incendio desatado en la sala, mientras expertos de la Policía criminal reunían pruebas entre los escombros.

En una zona, los agentes han amontonado las partes mutiladas de los cuerpos que los servicios de emergencia aun no han recogido, junto con objetos personales, carnés de identidad, pistolas o fusiles Kaláshnikov que portaban algunas de las víctimas.



JMRS
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