Panorama Norteamericano

TRUMP: Traslado, Remesas, USA, Muro y Proteccionismo

2016-10-25

amás se había visto un candidato presidencial que combine la posición...

Jorge-Tuto Quiroga, El País

Nuestra región latinoamericana contempla azorada como un candidato a la presidencia en EE UU ha basado su campaña en insultarnos y denostarnos. No denigró sólo a los latinos, con la misma saña su verbo vomitivo descalificó a un soldado musulmán que murió joven en Irak, así como a un veterano senador que fue prisionero de guerra en Vietnam. Se mofó de un periodista con discapacidad, así como de una presentadora de TV por su ciclo menstrual. Descalificó como foráneos a Obama por ser afroamericano y a un juez federal por tener padres mexicanos. Insultó a sus competidores Republicanos y se burló de algunas cónyuges sin pudor alguno.

En las últimas semanas este megalómano, racista y narcisista, fue más allá de ser un mero machista, al demostrar que las mujeres encajan en sólo dos categorías con él: las que que acosa físicamente o las que abusa verbalmente, las que asalta o las que insulta. Trump pulverizó la decencia y pisoteó la civilidad.

Más preocupante que sus insultos recurrentes, su llamativo andamiaje capilar o nuestra dignidad herida, es su propuesta programática basada en destruir la integración en nuestro hemisferio y demonizar a México y toda nuestra América Latina. Jamás se había visto un candidato presidencial que combine la posición migratoria de la ultraderecha xenófoba con la posición comercial de la ultraizquierda proteccionista. Trump es un candidato ambidiestramente antilatino.

En el curso de la campaña ha modulado varias de sus demenciales propuestas, pero ha mantenido invariable su posición contra América Latina, buscando culparnos de los males que aquejan a su país con mentiras y distorsiones que contravienen todos los análisis rigurosos de criminalidad, comercio y migración. Pero datos y cifras en manos de este demagogo tergiversador terminan siendo parte de la "conspiración" que él supuestamente enfrenta.

El eje de su propuesta programática seria un tsunami destructivo que arrasaría nuestra región, carece de sustento y se resume en el apellido del candidato: T, R, U, M, P.

T por el traslado masivo y forzoso de millones de latinos que seríamos deportados en su administración.

R por las remesas que envían hermanos desde EE UU a nuestros países, que Donald pretende incautar para financiar la cuarentena física que va a imponer en contra de nuestra región, atentando contra el programa más efectivo, liberal, y directo de desarrollo en el hemisferio.

U por USA o los EE UU, donde quiere aplicar sus descabelladas ideas.

M por el muro que va a construir con el dinero que confiscará a los mexicanos (y latinos) de las remesas. Este es el primer muro en la historia de la humanidad que será construido con dinero del país agredido o afectado, siendo esto tan perversamente cruel como obligar a un castigado a comprar con sus recursos el látigo con que será azotado.

P por el proteccionismo comercial, imponiendo aranceles de 35% a productos manufacturados mexicanos, para después abrogar el acuerdo comercial de Norte América vigente hace más de veinte años.

Esa es la propuesta, reiterada recientemente con inequívoca claridad: deportar latinos, incautar remesas, construir muro y cerrar el comercio. Trump singulariza retóricamente a México, pero varias veces se ha referido a toda nuestra región. Las remesas de EE UU van principalmente a México, pero también las recibimos centroamericanos, caribeños y sudamericanos. El mentado NAFTA ha sido replicado con varios países de nuestro hemisferio y si se abroga el acuerdo con México, el resto de los países sufrirán las mismas consecuencias, desatando una recesión regional racista.

La dictadura de Maduro en Venezuela se beneficiaría de vincular simbólicamente al repudiado y deleznable Trump con el rabioso, trillado y vacío discurso "antiimperialista". Esto sería paradójico y contradictorio. Trump encajaría perfectamente en la ALBA Madurista porque tienen posiciones parecidas: ambos son amigos y admiradores de Putin; a los dos les gusta cerrar fronteras, deportar extranjeros y enterrar el comercio libre; ambos autócratas disfrutan encarcelando opositores, amenazando a la prensa y desconociendo resultados electorales desfavorables. Se parecen en la forma, por la retórica limitada y la lengua viperina, pero mucho más en el fondo y las posiciones que comparten.

Otra paradoja cruel seria que Trump prevalezca en el estado que representa su última y remota esperanza de ganar, Florida, con el voto de hermanos cubanos, venezolanos y colombianos, para llegar al poder y destrozar a todos los mexicanos y latinoamericanos.

Para evitar esto debemos recordar que en los últimos 60 años EE UU ha tenido dos íconos paradigmáticos, uno Demócrata, el otro Republicano. Ambos pronunciaron recordados discursos en el Muro de Berlín. El primero, John Kennedy en 1963 a 120,000 ciudadanos: “Ich bin ein Berliner – Soy Berlinés”. El segundo, Ronald Reagan en 1987 dirigiéndose a la Unión Soviética: “Tear down this Wall – Derribe este muro”.

En este momento crítico todos los latinoamericanos, dentro y fuera de EE UU, debemos decirle a este aprendiz de tirano: “Ich bin ein Americano, Centro Americano, Sudamericano, Norteamericano….Derribe su Muro”, el que quiere construir y el que tiene en la cabeza.



JMRS