Internacional - Finanzas

Las empresas de lujo vuelven a estar de fiesta

2017-01-26

La robusta facturación anunciada este mes por Cie. Financière Richemont, propietaria de...

Matthew Dalton, The Wall Street Journal

PARÍS—Una acelerada recuperación entre las empresas de lujo, impulsada por una reducción de los temores sobre atentados terroristas en Europa y posibles recortes de impuestos para los más ricos en Estados Unidos, ha abierto el apetito de los inversionistas.

Esa combinación de fuerzas globales ha generado expectativas de que los principales conglomerados de lujo presenten sólidos resultados en las próximas semanas.

“Es el negocio de la felicidad”, afirma Mario Ortelli, analista de Bernstein. “Uno compra esta clase de productos cuando la situación es estable”.

Se espera que el grupo francés LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton revele hoy una aceleración de las ventas en el segundo semestre de 2016, que habrían subido 6,3% para alcanzar 20,200 millones de euros, alrededor de US$21.660 millones. Los analistas prevén que las ganancias, en tanto, crecerán 15% a 2,300 millones de la divisa europea.

El Índice Global de Lujo de S&P ha ascendido 4,5% este año. Buena parte del optimismo representa una apuesta a un mayor dinamismo de los dos mayores mercados del mundo para el sector de lujo: China y EU

“Hay un interés mucho mayor de los inversionistas en el sector en estos momentos”, asegura Thomas Chauvet, analista de Citigroup en Londres. “Lo que ocurrió en el tercer trimestre hace pensar que la industria le dio la vuelta a la esquina en el ciclo”.

La robusta facturación anunciada este mes por Cie. Financière Richemont, propietaria de Cartier y un portafolio de marcas de relojes, fue un primer indicio de que la recuperación de la industria cobró fuerza durante el cuarto trimestre. Las ventas del grupo aumentaron 6% para ascender a 3.090 millones de euros en los últimos tres meses de 2016.

Los analistas advierten, en todo caso, que las empresas de lujo no repetirán el desempeño que tuvieron entre 2010 y 2014, cuando el alza de la demanda en China y el repunte de la economía estadounidense tras la crisis financiera generaron un crecimiento promedio de 5% o más al año. Una de las razones es el importante enfriamiento que ha sufrido la economía china desde 2012.

“Las ventas seguirán creciendo, pero a un promedio de entre 2% y 3% al año”, estimó Marc-André Kamel, director de la práctica minorista en Europa de la consultora Bain & Co.

Los últimos años no han sido fáciles para los fabricantes de bienes de lujo.

En EU, una agitada campaña presidencial y la volatilidad del mercado bursátil probablemente mermaron el gasto en artículos de lujo el año pasado, según los analistas. A su vez, los atentados terroristas en París, Bruselas y Niza frenaron la llegada a Europa de compradores chinos y estadounidenses mientras que los propios europeos no han llenado el vacío.

Es menos probable que los turistas chinos y estadounidenses que no viajan al exterior compren un bolso de Louis Vuitton, señala Ortelli.

Los vientos en contra, sin embargo, parecen haber amainado en los últimos meses. Los turistas están volviendo paulatinamente a viajar a Europa, indican los analistas, aunque el terrorismo sigue siendo una amenaza significativa.

Si Trump implementa algunas de las medidas económicas que ha prometido, “eso ayudaría a fortalecer el ánimo de los consumidores en EU”, dice Ortelli. El presidente ha prometido promulgar un paquete de recortes de impuestos significativos que dejarían más dinero en los bolsillos de las familias más acaudaladas, además de un plan de infraestructura que podría impulsar el crecimiento, según economistas.

Los desafíos que el sector afronta en China, mientras tanto, son más de largo plazo después de dejar atrás una década en la que se benefició de una mayor demanda por las marcas de mayor reconocimiento.

Como parte de la campaña del gobierno contra la corrupción, la oficina de aduanas está confiscando bienes de lujo con que los turistas ingresan después de salir de compras al extranjero. Otro problema es que los consumidores chinos se han vuelto más exigentes a medida que el mercado ha madurado. El simple hecho de inaugurar una tienda ya no es suficiente para propulsar las ventas, advierten los expertos.

“Los consumidores chinos se han vuelto más exigentes de modo que hay que ser más inteligente”, afirmó Luca Solca, analista de Exane BNP Paribas. “Lo que servía hace cinco años ya no sirve”, enfatizó.

Una de las empresas que está bien posicionada para abordar los cambios del mercado chino es LVMH, dicen los analistas. Su amplio portafolio de marcas le permite ofrecer diferentes precios. Givenchy, por ejemplo, está orientada a los clientes de mayor poder adquisitivo mientras que Louis Vuitton representa un caso de “lujo asequible” para las personas que recién ingresan a la clase media.

“Estas personas no están en posición de gastar tanto como quienes adoptaron el lujo al principio, que eran mucho más pudientes”, agrega Solca.

El otro gran conglomerado de bienes de lujo, Kering S.A., tiene la tarea de hallar una nueva fuente de crecimiento que complemente el buen momento que atraviesa su marca principal, Gucci.

Impulsadas por el éxito de su director creativo, Alessandro Michele, las ventas de Gucci se han disparado en los últimos dos años. Entre las otras marcas en la cartera de Kering figuran el fabricante de accesorios Bottega Veneta y la empresa de vestuario masculino Brioni.

“La historia de Gucci es bien entendida”, señala Ortelli, y “será importante ver cuáles son los otros motores de crecimiento”.



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