Internacional - Finanzas

Así responden Starbucks, Apple y Ford al veto migratorio de Trump

2017-02-01

Una parte importante de la comunidad tecnológica, que depende de inmigrantes altamente...

The New York Times

La reacción de las principales empresas estadounidenses a la orden ejecutiva del presidente Trump que restringe el ingreso a Estados Unidos de ciudadanos de siete países predominantemente musulmanes y a todos los refugiados ha oscilado entre el silencio y la indignación. ¿Qué dijeron las empresas? En buena medida, depende de la industria.

Industria tecnológica: La voz de la oposición

Una parte importante de la comunidad tecnológica, que depende de inmigrantes altamente calificados, acudió “a las barricadas” después de que Trump firmó la orden ejecutiva. Casi todos en Silicon Valley, el corazón de la industria, provienen de algún otro país o son hijos o hijas de alguien que proviene de otro país o que está casado con un inmigrante.

Entre las grandes empresas de tecnología, Microsoft, Amazon y Expedia han sido las que han expresado su postura con mayor fuerza, al declarar su apoyo a la Fiscalía General del Estado de Washington, que va a presentar una demanda ante los tribunales federales para detener la orden de Trump.

Airbnb, Uber, Lyft, Facebook, Google, Apple, Amazon y algunas empresas más han dicho que están en contra de la prohibición o han expresado su preocupación por las consecuencias de la orden.

Tal vez una de las reacciones que más ha llamado la atención es la de Sergey Brin, el fundador de Google que emigró de la Unión Soviética a los seis años. Brin asistió a una protesta espontánea el sábado por la noche en el Aeropuerto Internacional de San Francisco.

Finanzas: Una respuesta más moderada

Los bancos más grandes del país que, al igual que la industria de la tecnología, dependen de inmigrantes altamente calificados han adoptado un tono más moderado. Wells Fargo dijo que estaba “revisando” la orden, y Morgan Stanley dijo estar “prestándole mucha atención a lo que sucedía”.

Sin embargo, Citibank, manifestó estar “preocupado por el mensaje que la orden ejecutiva envía, así como el impacto que las políticas migratorias podrían tener en nuestra capacidad de servir a nuestros clientes y contribuir con el crecimiento”.

Y BlackRock, un gigante de las inversiones, dijo: “Nosotros, desde luego, estamos a favor de la seguridad y el combate al terrorismo, pero creemos que debe hacerse con apego al debido proceso, a los derechos individuales y al principio de inclusión”.

Las industrias de los medios y las telecomunicaciones en su mayoría han guardado silencio en torno a la orden ejecutiva. Comcast, Verizon, Time Warner y AT&T, por ejemplo, dijeron que no podían hacer una declaración pública.

Chris Dodd, exsenador y presidente de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos, emitió una declaración el lunes: “Creemos firmemente que nuestro país puede proteger su seguridad nacional y al mismo tiempo abrir sus puertas a aquellos que respeten nuestros valores”.

Las seis principales empresas del rubro, entre las que se encuentran Sony, Paramount y Universal, también han guardado silencio en este tema, lo cual concuerda con las prácticas habituales de Hollywood.

Hay varias razones por las que las compañías mediáticas no desean hacer comentarios públicos sobre la prohibición migratoria. Algunas temen ser blanco de ataques del presidente, ahora o en el futuro. Otras tienen negocios importantes que aguardan escrutinio regulatorio y quieren pasar inadvertidas.

Hay otras fuerzas en movimiento, por supuesto. Time Warner quiere que se apruebe su adquisición de AT&T. Bob Iger, el director ejecutivo de Disney, tiene una invitación al foro de políticas de Trump donde se encontrará con los pesos pesados de otras industrias. La mayoría de los estudios de cine son propiedad de conglomerados que tienen áreas de noticias en las que deben pensar.

Unos cuantos editores de noticias como Bloomberg News, The New York Times, 21st Century Fox y Buzzfeed decidieron expresar su opinión, pero se limitaron a expresar su apoyo a sus empleados alrededor del mundo.

Productos de consumo y minoristas: Starbucks contraataca

Cualquier respuesta de las marcas minoristas y de consumo se queda corta ante la de Starbucks, que le dijo a sus empleados que contrataría a 10,000 refugiados.

Sin embargo, Nike también habló fuerte contra esa política. En una carta a sus empleados, dijo: “Esta es una política que no apoyamos”.

Se trató de una opinión de la que hizo eco Muhtar Kent, el director ejecutivo de Coca-Cola: “No apoyamos esta prohibición de viajar ni ninguna política que sea contraria a nuestros valores y creencias fundamentales”.

Procter and Gamble, un gigante de los productos de consumo, dijo que les daría a sus empleados “todo su apoyo y asistencia durante este periodo de incertidumbre”, según su vocero, Damon Jones. P&G opera en algunos mercados afectados por la orden, pero ninguno de sus empleados fue afectado por ella, dijo Jones.

Walmart, en una declaración a sus empleados, dijo: “Estamos vigilando muy de cerca la situación y evaluando el posible impacto en nuestros negocios, pero principalmente entre nuestros socios y sus familias”.

Erika Winkels, portavoz de Target, dijo que la empresa “tenía como objetivo trabajar directamente con los miembros afectados de su equipo”, pero se negaron a dar mayores explicaciones.

Al igual que en la industria de los medios y las telecomunicaciones, las empresas minoristas y de productos de consumo se muestran temerosas por las posibles consecuencias. Los ejecutivos podrían enfrentar el enojo de los consumidores que están a favor de la prohibición migratoria. El lunes, la etiqueta #BoycottStarbucks fue una de las principales tendencias de Twitter.

Industria pesada y sector energético: Una mezcolanza

Las empresas energéticas han sido cautas en su respuesta. Chevron declaró: “Estamos revisando la orden ejecutiva para entender sus implicaciones entre nuestros empleados”.

Exxon Mobil, ConocoPhillips y Marathon no respondieron a solicitudes de hacer comentarios. Las petroleras estadounidenses tienen pocos negocios en los siete países que aparecen en la lista de refugiados; sin embargo, Exxon Mobil sí opera en Irak y Chevron tiene operaciones en el Kurdistán iraquí.

En su mayoría, las empresas tienen entre sus socios a petroleras nacionales y de servicios locales que suministran a la mayoría de los trabajadores de campo.

Immelt le dijo a su personal en un blog interno que “compartía su preocupación” y añadió: “Somos un equipo muy globalizado y nos mantendremos unidos a medida que la situación política mundial siga evolucionando”.

Entre los fabricantes de automóviles, Ford fue quien tomó la postura más fuerte pronunciándose en contra de la orden ejecutiva. Ford tiene su sede en Dearborn, Michigan, un suburbio de Detroit con una amplia población musulmana.

En una declaración conjunta, William Clay Ford Jr., el presidente ejecutivo de Ford, y Mark Fields, el director ejecutivo de la empresa, dijeron: “El respeto a todas las personas es un valor fundamental de Ford Motor Company y nos sentimos orgullosos de la enorme diversidad de nuestra empresa en casa y en todo el mundo. Es por ello que no apoyamos esta política ni alguna otra que vaya en contra de nuestros valores empresariales”.

General Motors dijo que apoyaría a los empleados que pudieran verse afectados. Fiat Chrysler dijo que no tenía comentarios.



JMRS
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