Poker de Ases

Peña Nieto: refrito de los años 70

2017-02-03

El energúmeno Trump no sólo humilla al inquilino de Los Pinos (en público y en...

Carlos Fernández-Vega, La Jornada

Con la originalidad que lo caracteriza, el gobierno peñanietista decidió lanzar una creativa campaña propagandística, ideada y puesta en marcha… casi medio siglo atrás. Es el echeverriato redivivo: "lo hecho en México (está bien hecho)", salvo que en el sexenio de "arriba y adelante" México defendía la tesis de que la sustitución de importaciones era la vía idónea para el desarrollo industrial de la nación, mientras ahora fanáticamente se promueve el sistema de libre comercio y fronteras abiertas, por mucho que el país dependa en grado sumo (85 por ciento) del vecino del norte.

El energúmeno Trump no sólo humilla al inquilino de Los Pinos (en público y en privado), ofende a los mexicanos y sacude a la de por sí endeble economía nacional, sino que el terremoto por él provocado de golpe rompió la burbuja de confort del gobierno mexicano y lo agarró con los dedos en la puerta: no sabe qué hacer ni por dónde empezar.

Y el problema se acrecienta porque de plano la creatividad no es el fuerte de la actual administración, la de "mover a México", pues no sólo ha retomado la práctica de los viejos "pactos" (el primero de ellos en el arranque mismo del sexenio, que no sirvió más que para hacer negocios privados y apuntalar la corrupción) y repetido hasta el cansancio la frase célebre de las "medidas dolorosas, pero necesarias" acuñada por Miguel de la Madrid más de tres décadas atrás, sino que, al igual que en aquellos tiempos, Peña Nieto y sus genios han pasado a cuchillo a los mexicanos.

Con todos sus defectos, errores y excesos, aquel modelo de sustitución de importaciones hincó los pilotes para que en un futuro no lejano nuestro país pudiera convertirse en una potencia industrial, proceso que se truncó con la llegada de los neoliberales. Por aquellos ayeres (que se crecía a una tasa anual de 6 por ciento) se puso en marcha la campaña propagandística de "lo hecho en México está bien hecho", siempre con el objetivo de consumir productos nacionales y mejorar su calidad con vistas a la exportación.

A partir de 1982, Miguel de la Madrid y sus tecnócratas dieron un giro de 180 grados al modelo económico y arrasaron con el sector industrial nacional ("reconvertido" a mero importador), dando cuerpo y perspectiva a la República maquiladora que hoy es México, en la que cada día se importa más (comenzando con lo básico: alimentos) y se produce menos.

A lo largo de seis sexenios el gobierno se aferró a la "fórmula exportadora" (maquiladora, en realidad) y a la tesis de que era necesario "ver hacia afuera" (léase hacia Estados Unidos) para estructurar el futuro nacional. A partir de entonces, la economía nacional "crece" a una tasa anual promedio de 2 por ciento, tres veces menos que en el sueño industrializador, pero con la corrupción a todo galope.

Pero bueno, casi medio siglo después de la campaña original, Enrique Peña Nieto y sus socios de la iniciativa privada piden a los mexicanos que se "pongan la camiseta" y que consuman "lo hecho en México"… sin importar el origen del capital (qué más da si la ganancia se va para afuera). Todo ello, desde luego, aderezado con un discurso patriotero de ocasión: nuestro país "vive un momento histórico donde la unidad florece como la gran fuerza nacional y se muestra generosa y solidaria" (EPN dixit). ¡Ole!

Pero bueno, como el país "florece", los recortes al pronóstico de crecimiento económico están en el orden del día. El Banco de México dio a conocer los resultados de la más reciente encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, correspondiente al cierre de enero de 2017, y de nueva cuenta las tijeras salen a relucir, para dejar en claro –por si existiera duda– de que crecer, lo que se llama crecer, no es el fuerte de la "floreciente" economía mexicana.

Como lo hace mes tras mes, el Banco de México consultó a 34 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero, y el consenso fue reducir, una vez más, el "potencial" de crecimiento del país e incrementar la expectativa inflacionaria, para 2017 en ambos casos.

Así, la economía mexicana "crecería" 1.49 por ciento (con ganas de que esa proporción se reduzca a lo largo de 2017), mientras la inflación escalaría a 5.25 por ciento, espoleada, principalmente, por el avance en los precios de los combustibles. De igual forma, los especialistas pronostican un tipo de cambio promedio de 21.70 pesos por dólar –mayor al estimado un mes atrás– y una tasa interbancaria superior a 7 por ciento.

Otra muestra de la "floreciente" economía mexicana la aporta la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad): en 2016 la inversión extranjera directa (IED) captada por México se desplomó 20 por ciento con relación al registro de un año atrás. Dicha proporción resultó sustancialmente mayor al promedio internacional, que fue de 16 por ciento. Y ello sucedió antes de Trump.

En cambio, en el año que recién concluyó las remesas enviadas por los paisanos registraron un monto récord: 26 mil 970 millones de dólares, casi 9 por ciento mayores a las captadas en 2015.

Las rebanadas del pastel

Cuidado con los tuitazos: en el noticiero matutino de Carmen Aristegui, la colega Dolia Estévez, corresponsal en Washington, reveló que durante la conversación entre Donald Trump y Enrique Peña Nieto del pasado 27 de enero, el energúmeno de la Casa Blanca le habría dicho una sarta de barbaridades al inquilino de Los Pinos, entre las que destacan que “Estados Unidos no necesita a México ni a los mexicanos… Vamos a construir el muro y ustedes van a pagar, les guste o no… Si las fuerzas armadas mexicanas son incapaces de combatir a los cárteles de la droga, quizá tenga que enviar tropas para que asuman esta tarea… Los militares mexicanos no sirven para su tarea de combatir el narcotráfico…La actitud de Trump fue humillante, nunca constructiva” y EPN apenas balbuceó. Por la tarde, la agencia estadunidense Associated Press añadió que Trump le habría advertido a Peña Nieto que enviaría tropas a México “para detener a los bad hombres, a menos que el Ejército mexicano haga un mayor esfuerzo para detenerlos”. De inmediato la Secretaría de Relaciones Exteriores desmintió todo y dijo que tales señalamientos "no corresponden a la realidad". Pues bien, más fácil es que la SRE rápidamente divulgue la transcripción completa de la citada conversación telefónica, porque el gobierno peñanietista corre el peligro de que Trump se le delante de nuevo y le arme otro escándalo. ¿Recuerdan el "comes y te vas"?



yoselin