Internacional - Política

Los iraníes comienzan a votar en elecciones presidenciales entre largas filas

2017-05-19

En una advertencia que refleja las tensiones políticas ante las señas que indican lo...

Por Parisa Hafezi y William Maclean

DUBÁI (Reuters) - Millones de iraníes votaban el viernes en unas disputadas elecciones presidenciales y esperaban en largas colas para escoger entre Hasan Rouhani, el actual mandatario que quiere normalizar las relaciones con Occidente, y un juez conservador respaldado por sectores fuertes.

"Todo el mundo debería votar en estas importantes elecciones... El destino del país lo decide la gente", dijo el líder supremo del país, el ayatolá Ali Khamenei al votar en Teherán mientras se formaban largas colas a lo largo del estado, de 80 millones de habitantes.

En una advertencia que refleja las tensiones políticas ante las señas que indican lo inesperadamente ajustado de la carrera presidencial, Rouhani ha instado a la poderosa élite iraní de la Guardia Revolucionaria, que se cree que apoya a su opositor conservador Ebrahim Raisi, a que no se inmiscuya en la votación.

Las sospechas de que la Guardia Revolucionaria y la milicia Basij bajo su control falsificaron los resultados de los comicios a favor de Mahmud Ahmadineyad llevó a ocho meses de protestas a nivel nacional en 2009. Decenas de personas murieron y cientos fueron arrestadas, según asociaciones para la defensa de los derechos humanos, en el peor momento de tensión que ha golpeado a la república islámica.

"Estoy de camino a votar por Rouhani. Me gusta su política de distensión con el mundo. Sé que no es un reformista, pero a quién le importa. Lo que importa es que no es Raisi", dijo el empleado del Gobierno Yusef Ghaemi, de 43 años, por teléfono desde la ciudad de Kermanshá, en el oeste.

"Yo he votado ya. Voté por Raisi porque es un seguidor del imán Khamenei. No se enfrentará al líder (Khamenei) si resulta elegido. Protegerá nuestra identidad islámica", dijo Mehran Fardust, de 36 años, que dirige una tienda cerca del santuario del Imán Reza, en la ciudad sagrada de Mashhad, ciudad natal de Raisi.

Raisi, de 56 años, y Ruhani, de 68, intercambiaron acusaciones de corrupción y brutalidad en los debates televisivos con un ímpetu que no se había visto desde la Revolución Islámica de 1979. Ambos niegan las acusaciones de su oponente.

"Desde la Guardia Revolucionaria a los líderes de las plegarias de los viernes, la élite conservadora, la parte no elegida de la clase dirigente, apoya a Raisi", dijo un exoficial iraní a Reuters. "Pero es una elección arriesgada. Podría causar protestas similares a las de 2009, ya que diferentes sectores de la sociedad, que buscan la evolución de los líderes, se han unido contra Raisi".



yoselin