Automotriz

Las grandes ciudades se quedan sin taxis durante la huelga contra Uber y Cabify 

2017-05-30

Madrid amaneció este martes sin taxis en la calle. Los taxistas comenzaron a concentrarse a...

Hugo Gutiérrez, Amara Santos, Antonia Laborde, Josep Catà Figuls

El País


Madrid amaneció este martes sin taxis en la calle. Los taxistas comenzaron a concentrarse a las 8.30 en la estación de Atocha, donde se prepararon para la manifestación convocada a mediodía. “¡Cucaracha!” gritaban varios taxistas a los vehículos de transporte con conductor (VTC) que pasaban, identificados con una pegatina roja en el cristal trasero. Cabify operó — pero sin servicio de reservas— en Madrid y Barcelona. En la aplicación de Uber, un cartel advertía de que sus coches no estaban disponibles por la huelga.

“Los taxis legales estamos unidos en toda España. Nos oponemos a Uber y Cabify, que juegan con el pan de más de 100,000 familias”, explicó Antonio Gil, un taxista de Barcelona. Óscar, también catalán, estimó que cerca de 400 taxis se trasladaron a Madrid. “Y cada uno viene con cuatro pasajeros. Somos más de los que se ven”, afirmó.

En el aeropuerto de Madrid-Barajas los turistas que acababan de aterrizar no entendían la situación. Elena, argentina de 77 años, llegó con sus primos, ambos en silla de ruedas. “En el aeropuerto nos dicen que cojamos el metro o el autobús, pero no estamos en condiciones”, lamentaba. Krista y Guy Kaerts, de Bélgica, iban a la Puerta de Alcalá. Los taxistas que orientaban a los turistas les dijeron que cogieran un bus. Subieron al que indicaba Alcalá. Pero era Alcalá de Henares. El autobus exprés, con destino al centro, duplicó su frecuencia y se formaron colas en la puerta.

A las 12.00, miles de taxistas provenientes de Bilbao, Málaga, Islas Baleares, Barcelona, Benidorm y hasta de Francia y Bélgica, iniciaron una marcha de dos horas hasta la Plaza de Neptuno. El ensordecedor sonido de los petardos y el humo colorido de las bengalas acompañaron la marcha. Las pancartas que más abundaban eran las que decían: “1 VTC cada 30 taxis”, la proporción que exige el sector y que ahora, con 64.763 licencias de taxi y 5.865 de VTC, no se cumple.

En la Plaza de Neptuno, donde acababa la marcha, hubo momentos de tensión entre los manifestantes y la barrera policial que impedía el paso al Congreso, donde seis representantes de los taxistas entregaron sus quejas. Algunos manifestantes lanzaron huevos, latas y plásticos a la policía. No se registraron incidentes graves, pero hubo cuatro detenidos.

En Barcelona, que vivía su cuarta huelga de taxis en 2017, casi no se veían coches negros y amarillos. En la estación de Sants, solo uno daba servicio a las personas con movilidad reducida. El resto de pasajeros tuvieron que buscar alternativas: “Tenemos que entrevistarnos con un cliente, hay que llegar como sea”, contaban resignados tres empresarios. En el aeropuerto no había ningún taxi esperando a los turistas, que formaron largas colas para coger el metro o el aerobús.

En Sevilla y Bilbao el panorama era similar: ni rastro de taxis en las paradas del centro y pocos o ninguno en los aeropuertos. En Valencia, el paro fue de dos horas, de 12 a 2. En esa franja, el carril taxis se quedó desierto.

Pulso entre taxistas y chóferes de VTC

El sector del taxi ha parado este martes la actividad en la mayoría de grandes ciudades de España y se manifestó de forma masiva en Madrid. Una protesta contra plataformas como Cabify y Uber, que usan licencias VTC para realizar sus servicios. Es decir, no operan sin autorización, como clamaban en la marcha. Eso sí, son dos colectivos, con una autorización diferente, que compiten por un mismo negocio: llevar a pasajeros de un lado a otro.

La petición más repetida en la concentración ha sido el cumplimiento del ratio entre taxis y licencias VTC. Según la ley de transporte, debería haber una autorización de VTC por cada 30 taxis, aunque matiza que “las comunidades podrán modificar la regla de la proporcionalidad”. La realidad es que hay un vehículo de alquiler con conductor por cada 11 taxis. Es decir, en España hay 64.763 licencias de taxi y 5.865 de VTC, según el Ministerio de Fomento a fecha de 3 de mayo (última actualización disponible). En la provincia de Madrid, por ejemplo, la diferencia es todavía más baja y hay un VTC por cada 6,80 taxis.

El Gobierno, a este respecto, ha asegurado que se van a aumentar las inspecciones. “Hay que defender el sector del taxi; hay que ver de qué forma hay que incrementar los controles para tener una mayor garantía de que se cumple el marco legal”, ha dicho este martes Íñigo de la Serna, ministro de Fomento. Por otro lado, César Ramos, portavoz de Fomento del PSOE en el Congreso, pidió al Gobierno que se siente a negociar un nuevo marco para que puedan “competir en las mismas condiciones”.

La expedición de nuevas licencias se ha detenido. En estos momentos, ni la mayoría de municipios emiten nuevas autorizaciones de taxi, ni las comunidades autónomas de VTC. Solo se pueden conseguir con la negociación entre propietarios, lo que hace que los traspasos tengan un precio elevado. En el caso de las de taxi, valen unas tres veces más, porque los vehículos de alquiler con chófer tienen ciertas limitaciones. En Madrid, por ejemplo, los anuncios de los taxistas que buscan jubilarse indican que traspasan sus licencias por entre 150,000 y 170,000, aproximadamente. Los anuncios de VTC, más escasos, hablan de cerca de 40,000 euros.

Tanto taxistas como chóferes de VTC suelen ser trabajadores autónomos. Con la aparición de este nuevo actor, los precios de las licencias de taxi están cayendo. A mayor oferta, menores precios. Algo que afecta directamente a la inversión realizada por los taxistas, para los que la venta de su licencia supone el sustento de su jubilación.

Entre las diferencias entre ambos servicios destaca que los VTC solo pueden realizar un servicio cuando se les solicita previamente. Es decir, si un cliente quiere parar a un vehículo por la calle y que lo lleve a un lugar, solo lo podrá hacer con un taxi.



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