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Los mensajes de las víctimas de la Torre Grenfell: "Mamá, gracias por todo lo que has hecho por mí" 

2017-06-16

Algunas historias han tenido un final feliz. Como la de un hombre que sujetó a una...


EL MUNDO.- Poco a poco, se van conociendo las caras de la tragedia de la Torre Grenfell de Londres. Historias de héroes que salvaron vidas y de otros que no tuvieron esa suerte y que mientras estaban atrapados entre las llamas lanzaron mensajes desesperados a sus familias. El incendio, que se desató en la madrugada del miércoles, costó la vida a 30 personas, aunque la cifra podría superar las 60, según los medios británicos. Además, algunos cuerpospodrían no ser identificados nunca.

Un refugiado sirio de 23 años, Mohamed Alhajali, ha sido reconocido por su familia como una de las 17 víctimas mortales. Alhajali escapó a los bombardeos en su ciudad natal de Daraa y llegó hace tres años a la capital británica, donde estudiaba Ingeniería. Su hermano mayor, Omar, de 25 años, estudiante de Empresariales, sobrevivió al fuego y se recupera en un hospital. Omar contó a su familia cómo los dos intentaron escapar, pero su hermano no lo logró y se quedó dentro del edificio.

"Me estoy muriendo, no puedo respirar", fueron las últimas palabras que Omar escuchó de su hermano, con quien estaba hablando por teléfono, según apunta la BBC. La conversación que mantuvieron antes de morir fue durísima: "Dile a nuestros padres que me perdonen". En medio de su último aliento, Mohamed fue capaz de grabar un mensaje de voz de wassap en el que se dirigía a su familia: "Adiós. Os amo".

-Por favor, dile a papá y a mamá que me perdonen-, le dijo Mohamed.

-¿Qué te tienen que perdonar?-, le contestó su hermano. "Siempre fue un chico increíble".

-Por favor, dilo...

Algunas historias han tenido un final feliz. Como la de un hombre que sujetó a una niña, que había sido arrojada por la ventana desde un quinto piso por su madre, y le salvó la vida. La pequeña, de 4 años, se encuentra sana y sin heridas, después de que el hombre, llamado Pat, la cogiese como a un balón de rugby y le apretase sobre su pecho.

"La madre tenía la cabeza de la niña envuelta en una toalla y le sostenía por la ventana, mientras pedía ayuda. El fuego le estaba alcanzando. Eran sobre las 2 de la mañana y el piso estaba lleno de humo", ha relatado una testigo, llamada Kadelia Woods, a The Daily Mirror.

"Entonces, mi vecino Pat, que tiene unos 40 años, empezó a gritarle: 'Suéltala. No te preocupes que yo la cojo'. Y la madre gritaba: 'No, no. No puedo, no puedo'. Pat siguió tranquilizándole y luego la chica cayó. Nuestros corazones se pararon y nos temíamos lo peor. Pero Pat logró atraparla en el pecho como si fuese una pelota de rugby y se aferró a ella", ha manifestado la vecina.

Según su testimonio, la chiquilla llevaba una bata rosa y chillaba de manera histérica al perder de vista a su madre. "Los paramédicos intentaban ponerle una mascarilla de oxígeno, pero ella gritaba y gritaba. No creo que su madre haya sobrevivido. Cuando volví a a mirar arriba, el piso estaba en llamas", ha aseverado la testigo.

Últimas llamadas

Atrapados y enfrentados a la muerte, los italianos Gloria Trevisan y Marco Gottardi llamaron a sus familias para darles el último adiós. Gloria se despedía así de su madre: "Gracias, mamá, por todo que has hecho por mí".

En un principio, Marco intentó calmar a su familia cuando la llamó a las 3.45 de la mañana y luego a las 4. Así fue la conversación, según ha relatado su padre al periódico Il Mattino di Padova: "En su primera llamada, Marco nos dijo que no nos preocupásemos, que todo estaba bajo control. Estaba intentando minimizar lo que había pasado, probablemente para no preocuparnos".

Posteriormente, le confesó que el humo se estaba elevando a su alrededor y que podía ver las llamas subiendo por las escaleras. "Papá, aquí hay tanto humo", fue la frase desesperada que lanzó Gottardi a su padre Giannino. "Estuvimos en el teléfono hasta el último momento ... A las 4.07 am nos dijo que su apartamento estaba inundado de humo y que la situación se había convertido en una emergencia". Ya nunca más volvió a coger el teléfono.

Los novios italianos, ambos arquitectos de 27 años, se mudaron a Londres hace tres meses para buscar trabajo y quedaron fascinados por las vistas de la capital que tenían desde su 23 piso de la Torre. Ella había colgado numerosas fotos de las vistas de su piso en su cuenta de Instagram, incluido un precioso arcoiris en Londres al que había añadido el mensaje: "Espectacular". Sus últimas palabras, muy emotivas, dejaron a sus padres sin la esperanza de que sobreviviesen al incendio.

El fuego pudo haber sido provocado por un fallo eléctrico en la nevera de un taxista etíope, que logró escapar a tiempo del pavoroso incendio. Según esta hipótesis, el taxista, llamado Behailu Kebede y que vivía en la cuarta planta, llamó a la puerta de su vecina Maryann Adam a las 12.50 de la noche para decirle que había un fuego en su cocina.

Khadija Saye es otra de las víctimas que ya están identificadas. Esta fotógrafa profesional acababa de presentar su último trabajo en la Biennale de Venecia. Sus últimas palabras fueron vía facebook, donde alertó a sus amigos de que era incapaz de salir de su piso y de que el humo era demasiado denso.

La familia de Farah Hamdan y Osmar Belkadi tampoco pudo evitar la tragedia. El matrimonio y sus dos hijos se encontraban en la 20ª planta cuando ocurrió el siniestro. De la pareja, nada se sabe. Los dos niños han sido encontrados en un hospital: uno de ellos en coma y el otro con fuertes traumatismos. "Nadie sabe lo que pasará con ellos", ha declarado un familiar.

La fortuna de los Wahabi, de momento, también es inexistente. Tanto los padres, Abdulaziz y Faouzia, como sus niños, Nurhouda, Yassin y Medhi, no han dado señales de vida. La hermana de Abdulaziz fue la última en hablar con ellos: "Me dijo que estaban dentro del edificio, que se estaban resguardando todos en una habitación y que habían puesto toallas en la puerta. Le dije que se fueran, pero me contestó que había mucho humo. La última vez que lo vi ellos estaban haciendo gestos en la ventana", narra para The Guardian.

Más desaparecidos

Adriana Urbano es la madre de una de las desaparecidas. Regresaba de su trabajo como limpiadora de oficinas cuando su hija Jessica le llamó para decir que había un incendio en su edificio. "Estaba durmiendo en nuestro piso cuando algo le despertó -no sé si fue el humo o la alarma de incendios-. Así que me llamó a las 1.39 mientras iba camino de casa tras salir de mi trabajo", según reseña The Telegraph.

Adriana instó a su hija a que corriese por las escaleras del bloque de la torre y que tratase de encontrar a un bombero que la llevase a un lugar seguro. "Le dije que saliera de allí tan deprisa como pudiera y le comenté: 'Corre tan rápido como puedas', pero entonces la línea se cortó". Desde entonces, no ha vuelto a saber nada de su hija: "Estamos desesperados por tener noticias pero no hemos escuchado nada. No tenemos ni idea de lo que le ha pasado. Estamos muy preocupados", ha declarado.

Otro de los desaparecidos es un niño de cinco años. Se llama Isaac Shawo. Su familia no tiene noticias de él. Ha recorrido todos los hospitales y todos los centros de emergencia, pero ni una noticia del pequeño. Lo último que saben de él, según han declarado a The Guardian, es que se perdió durante el incendio, mientras intentaban llegar al exterior de la torre desde su piso, situado en la planta 18.

No es el único niño desaparecido. Ya que en la torre vivían muchísimas familias. Es el caso de Lucas James. Este chico de 12 años se encontraba en la casa de uno de sus vecinos. Su familia no sabe nada de él. Su hermana y su madre, que vivían en el 8º, fueron capaces de escapar, pero James se encontraba en el 17º. "No sabemos nada de él, no podemos encontrarlo. Hemos visitado montón de hospitales...", declaraba su hermana al The Guardian.

Pidiendo ayuda por Facebook

Todos los testimonios e historias que se están haciendo públicos son de una crueldad infinita. Rania Ibraham, de 30 años, es otra de las desaparecidas. En medio del humo, con la torre rodeada por las llamas, esta mujer subió un vídeo a Facebook donde se la puede ver intentando abrirse paso entre el humo. De sus dos hijas pequeñas, de momento, no se sabe nada. El padre se encontraba de vacaciones.

Inundé el baño

Algunas de las personas que estaban en el edificio durante la fatídica noche tuvieron mejor suerte. Por ejemplo, Natasha Elcock, de 39 años, que decidió inundar el baño y eso pudo salvar su vida, la de su novio y la de su hija de 6 años. Natasha se encontraba en el 11º piso cuando el edificio empezó a encontrarse rodeado de llamas.

Entonces tuvo una idea sorprendente: "Dejé que el baño se inundara. Esto mantuvo húmedo el suelo y puede que nos haya salvado la vida", relató a The Daily Star.

Natasha permaneció atrapada durante 90 minutos antes de que el teléfono sonara para comunicarle que podía escapar. "Probamos la puerta, pero hacía demasiado calor. Teníamos a nuestra niña en el suelo húmedo y fuimos a la habitación más fría. La puerta se doblaba y las ventanas están agrietándose. Era terrorífico", ha manifestado.

Ella pidió ayuda 100 veces y fue transferida a un centro de llamadas telefónicas en Glasgow. Finalmente, un equipo de bomberos logró acceder hasta Natasha y su familia, que fueron trasladados a un hospital donde se les atendió por inhalación de humo. Una historia con final feliz enmedio de la enorme tragedia.

"Tropezaba con los cadáveres"

Christos Fairbairn ha sido otro de los supervivientes. Este hombre de 41 años fue alertado de las llamas por uno de sus vecinos. Fairban estaba tan tranquilo viendo la televisión cuando un vecino comenzó a golpear su puerta.

Tras enterarse de lo que estaba sucediendo, su primer impulso fue ir hacia una ventana, pero cuando intentó abrirla fue incapaz: era imposible porque se había fundido.

Según cuenta al tabloide The Daily Mail, Fairbain, que vivía en el 15º piso, comenzó a bajar por las escaleras tropezando con cuerpos que estaban inertes en el suelo. Pero llegó un momento en el que era tal la cantidad de humo que había que se desmayó. Seguramente, pensaría que ese iba a ser su final. Pero pudo salvar la vida porque un bombero lo encontró y logró arrastrarlo hasta el exterior del edificio: "Me derrumbé y al poco sentí que un bombero me había agarrado (...) Me siento afortunado (...) No volveré a vivir en una torre".



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