Curiosidades

¿Tu mascota necesita un oftalmólogo? 

2017-06-20

A diferencia de sus dueños, las mascotas no pueden responder a preguntas sobre con...

Susan Jenks, The Wall Street Journal

Cuando Bear, el rottweiler de 44 kilogramos de Kathy Ouelette, comenzó a chocar contra las cosas –ella incluida–, supo que algo estaba mal. Su veterinario le recomendó a Daniel Priehs, un especialista en males oculares en Animal Eye Associates en Florida.

Priehs, uno de solo 400 oftalmólogos veterinarios en Estados Unidos, determinó que el perro había desarrollado cataratas, lo que puede desembocar eventualmente en ceguera si el animal no recibe tratamiento.

Después de determinar que los delicados nervios en la espalda del perro diabético de 7 años podían soportar la cirugía, Priehs implantó nuevos cristalinos en un procedimiento increíblemente parecido a la cirugía de cataratas realizada en humanos. Días después, Bear parecia no tener problemas para ver a las ardillas en el patio trasero, aunque todavía requiere gotas diariamente para mantener sus ojos húmedos, dijo Ouelette, una agente fiscal retirada.

Los animales comparten muchos de los aproximadamente 30 padecimientos más comunes identificados en humanos, dijo Priehs, incluyendo heridas, infecciones, cataratas y glaucoma, así como algunas raras y hereditarias.

Pero a diferencia de sus dueños, las mascotas no pueden responder a preguntas sobre con qué claridad ven las letras de diferentes tamaños usadas en los exámenes de la vista, así que determinar que un animal tiene un problema ocular puede ser difícil. Priehs compara su trabajo con el de un oftalmólogo pediátrico. “Las mascotas no pueden decirnos qué está mal”, dijo. “Examinamos los ojos y el comportamiento”.

Si frecuentemente trata de forzar la vista, hay cierta opacidad o irritación en el cristalino o la córnea o choca mucho contra objetos, especialmente en la noche, esas pueden ser señales tempranas de padecimientos oculares en las mascotas, dijo Michael Paulsen, un oftalmólogo veterinario de Animal Eye Clinic en Arlington, Texas.

Los problemas de la vista se detectan con mucha mayor facilidad en perros que en gatos. “Los gatos son mucho más tranquilos”, y frecuentemente compensan pérdidas en la vista al usar sus bigotes para navegar, dijo Paulsen. “Antes de que nos demos cuenta, podrían estar casi ciegos”.

Por ello, dueños de gatos y algunas otras mascotas deben prestar más atención a cualquier cambio en la apariencia de los ojos o señales de dolor.

Priehs calcula que los problemas con los ojos son la causa del 10 por ciento de las visitas al veterinario. Aunque sus pacientes más frecuentes son los perros, también ha atendido murciélagos, morsas y hasta canguros del parque Disney World. “Nuestros más grandes éxitos quirúrgicos son con las cataratas”, dijo Priehs.

Muchos más perros que gatos necesitan el tratamiento. Ya sea por condiciones heredadas –incluyendo cataratas o glaucoma, que afectan a razas de alto riesgo como los cocker spaniels, basset hounds, poodles o terriers– o adquiridas causadas por traumatismos, infecciones o trastornos metabólicos como la diabetes. Las heridas en la córnea, que afectan la superficie transparente al frente del ojo, y la resequedad del ojo, que puede causar dolor, inflamación y pérdida de la vista, son particularmente comunes en los perros.

Las lesiones pueden ocurrir cuando los dueños dejan a sus perros sacar la cabeza de la ventana del auto mientras ellos manejan, lo cual expone al ojo al polvo y fragmentos en el aire.

La herencia desempeña un papel mucho menor en la salud del ojo en perros y gatos, dijo Priehs. La mayoría de los problemas oculares de los gatos se relacionan con heridas por peleas con otros animales o infecciones, especialmente con el virus del herpes, el cual se puede esconder en las neuronas de los gatitos expuestos al virus y brotar muchos años después.

Aunque si surge un problema ocular, aunque sea en una nueva mascota, no hay necesidad de ir corriendo con un especialista, dijo Brady Beale, una oftalmóloga veterinaria e instructora clínica en la escuela de medicina veterinaria en la Universidad de Pensilvania. Dijo que en vez hay que llevarlo con el veterinario general para que la examine primero.

La mayoría de los veterinarios incluyen el examen de la vista durante la revisión anual, y la mayoría pueden tratar infecciones simples como la conjuntivitis y heridas leves que pueden ser atendidas con medicamentos. Cuándo ver a un especialista depende en gran parte si una mascota necesita cirugía o el diagnóstico no tiene la suficiente certeza.

Un especialista puede dar seguimiento con uno o más pruebas. Una es el examen de la vista Schirmer, que mide la producción de lágrimas para detectar problemas de ojo seco. Otra, hecha con una mancha fluorescente en el ojo, mide la salud de la córnea. Un tercer examen, tonometría, mide la presión intraocular para detectar evidencias de glaucoma incipiente o de presión acumulada dentro del ojo.

Además de la cirugía de cataratas, los especialistas de los ojos realizan una larga lista de procedimientos, como reparaciones de los párpados y de la retina, injertos en la córnea y microcirugías con diminutas agujas e hilo que permiten suturar con precisión heridas por perforación. También se pueden efectuar trasplantes de córnea, aunque “en los perros, lo hacemos para salvar un ojo de sufrir un daño para preservar la vista; no para mejorar la vista, como en los humanos”, dijo Beale.

Ninguno de los tratamientos son baratos. La cirugía de cataratas para un ojo cuesta alrededor de 2500 dólares o 3500 por ambos —el costo puede aumentar dependiendo de en qué ciudad vive el dueño—. Ouelette calcula que la cirugía y los medicamentos para Bear, que todavía acude a revisiones con frecuencia, le han costado de 6000 a 7500 dólares. Pero es dinero que a ella y a su esposo no les molesta haber gastado. “Es nuestro muchacho”, dijo ella.



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