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Últimas horas con Neymar: de promoción en China 

2017-07-31

Fue rumbo a Shanghai, en un viaje del que ha ido dando cuenta con vídeos en su Instagram. Es...

ANDRÉS CORPAS / El Mundo

Neymar ya se conjuga en pasado en el Barcelona. Firmó para ser el sucesor de Leo Messi, y se irá siendo un mero aspirante. Uno del montón. Su marcha del Camp Nou es uno de esos secretos que todo el mundo sabe pero nadie se atreve a decir hasta que su propietario lo explique. De hecho, va siendo hora de que el interesado abra la boca, cerrada con una cremallera desde que se destapó que el Paris Saint-Germain apuntaba a ser su nuevo hogar. Salvo un derrape de última hora que le devuelva al vestuario azulgrana de cabeza, su despedida se concretará en los próximos días. Son sus últimas horas con ese escudo en el pecho, a menos que cambie de opinión.

De momento, no volvió con la expedición azulgrana a Barcelona. Fue rumbo a Shanghai, en un viaje del que ha ido dando cuenta con vídeos en su Instagram. Es más, como ya hiciera en la gira por Estados Unidos, se fotografió con todo famoso que se puso por delante de su móvil. Esta vez fue el turno de Jackie Chan. Y mientras, su padre se enfurruñaba con los micrófonos, las cámaras de televisión y de fotografía que se aglomeraron en el aeropuerto de El Prat. Como ha repetido en la gira americana, el progenitor y agente del brasileño selló sus labios y no dijo ni mu.

Esta semana se antoja clave para el futuro del hijo y el padre en el Camp Nou. Mientras tanto, el Barcelona tiene una postura difícil, aunque al mismo tiempo fácil. Menuda diatriba. Por una parte, perder a Neymar significa debilitar el potencial de un equipo que pide a gritos una reforma y separar a la mejor tripleta ofensiva del planeta. Además, pone en riesgo el mandato de Josep Maria Bartomeu, más si cabe tras los eventos de las últimas fechas. Sin embargo, su postura es firme: no piensa negociar por el brasileño. Si el PSG quiere al jugador, deberá abonar su cláusula de rescisión, a riesgo de que los azulgrana le denuncien por incumplir el juego limpio financiero ante la UEFA. Es más, el máximo organismo europeo ya anda detrás de la operación para investigar cada movimiento, aunque no se haya presentado todavía denuncia alguna.

El puñetazo será de dimensiones épicas, ya que los parisinos han dicho que no a toda propuesta azulgrana por sus jugadores mientras están a un suspiro de contratar a uno de sus pilares: ni Thiago Silva, Marquinhos o, hace unas semanas, Marco Verratti, acabaron con la camiseta azulgrana. A lo sumo Lucas Digne, y porque es suplente habitual. El cambio de rol barcelonista se confirmará en cuanto se cierre la operación, puesto que el club poderoso quedará en entredicho por los millones de Qatar Sports Investments (QSI) en el PSG. Su unión con el Barça se rompió hace un mes con el adiós de Qatar Airways, por cierto.

Su precio, en el aire

Quedará también la duda: ¿mereció la pena el calvario por Neymar? El precio final de su traspaso parece el regulador del aire acondicionado: su temperatura fluctúa. Parece claro que esos 57,1 millones de euros que se defendieron hace cuatro veranos no conforman la cantidad definitiva, aunque dependiendo de quién hable en el Camp Nou, la cantidad varía. La última, en Navidades y por boca de Bartomeu, fue de 24,6 millones.

Por el camino, el Barça aceptó dos delitos fiscales para exonerar a Bartomeu y al ex presidente Sandro Rosell, gran responsable de la contratación del brasileño, a quien quería convertir en su nuevo Ronaldinho. No ha sido así. También se tuvo que abonar una multa de 5,5 millones de euros, mientras el caso Neymar 2 está pendiente de celebración. Y además, se le consintieron caprichos al muchacho, como llegar una hora y 19 minutos tarde a un evento mundial con un patrocinador principal sin mediar explicación alguna por boca del interesado hasta que fue preguntado por los periodistas.

Al menos, los nervios han sido calma para el Barcelona en los partidos amistosos (tres victorias), aunque se ha notado la tensión de Neymar tras abandonar una sesión por un enganchón con Semedo. El brasileño ha eclipsado la mano firme de Ernesto Valverde, quien pronto se ha dado cuenta de dónde se ha metido. No lleva ni dos semanas y ya ha vivido más que en los últimos 10 años. Para empezar, perderá a una estrella a menos que suceda un milagro.



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