Internacional - Política

May impone el Brexit duro con apoyo de laboristas rebeldes 

2017-09-12

Theresa May se mantuvo cuidadosamente al margen del debate, procuró no reavivar las...

CARLOS FRESNEDA / El Mundo

La "premier" Theresa May ha logrado el apoyo del Parlamento británico a la Ley de Salida de la Unión Europea, que trasplanta a la legislación británica miles de normas comunitarias, por 36 votos de diferencia. Por 326 votos a favor y 290 en contra, May ha logrado imponer su visión del Brexit "duro" por la mínima y en un intenso pulso parlamentario con su rival, Jeremy Corbyn, en medio de profundas divisiones en los dos grandes partidos.

Corbyn había pedido el voto en contra por considerar que la ley del Brexit ha sido aprovechada por la "premier" para dar un "golpe de poder" y gobernar a golpe de decreto, abusando de la así llamada "cláusula de Enrique VIII" y evitando la supervisión de Westminster.

Theresa May se mantuvo cuidadosamente al margen del debate, procuró no reavivar las tensiones dentro del Partido Conservador y se ganó de paso el apoyo de los diez diputados del Partido Democrático Unionista (DUP) en la votación más crucial desde la pérdida de la mayoría absoluta el pasado mes de junio.

May dejó el trabajo "sucio" en manos de su ministro para el Brexit, David Davis, que llamó a los "tories" a cerrar filas en torno al Gobierno y advirtió que el boicot a la ley provocaría "una situación caótica" y socavaría gravemente la posición negociadora del Reino Unido ante Bruselas.

Pese a las reservas expresadas en la antesala del debate, todo parecía indicar que las deserciones entre los conservadores serían mínimas, mientras varios diputados laboristas confirmaban de antemano su decisión de romper la disciplina de partido y desoír la orden de Corbyn de votar en contra de la Ley de Retirada de la Unión Europea.

El desafío más notable al líder laborista llegó por boca de Caroline Flint, ex ministra para Europa en el Gobierno de Gordon Brown. "Nuestro deber es mejorar esta ley y no no matarla", dijo en la Cámara de los Comunes. "Estamos posiblemente ante la pieza legislativa más importante que se ha debatido desde el Acta de Adhesión a la Comunidad Europea en 1972", advirtió Flint, en el momento de alinearse con un reducido número de laboristas euroescépticos.

La "rebelión" de los laboristas estuvo en cualquier caso encabezada por Katie Hoey, la diputada que hizo causa común con la campaña Vote Leave, que advirtió que votar en contra de la ley sería como traicionar el espíritu del referéndum y dinamitar la voluntad popular desde el Parlamento.

La también ex ministra laborista Heide Alexander justificó sin embargo así el voto mayoritario en contra de la oposición: "Aprobar esta ley es permitir que nos saquen del mercado único de un plumazo, sin un voto directo en el Parlamento y sin que los votantes tengan nada que decir".

El debate llegó precedido de unas declaraciones de Jeremy Corbyn a la Radio 4 de la BBC en las que por primera vez se mostraba "abierto" a la posibilidad de que el Reino Unido se incline por el "modelo Noruega" y opte por la permanencia en el mercado único. Keir Starmer, su mano derecha para asuntos europeos, anticipó hace unos días el volantazo en la postura oficial de los laboristas, que aspiran a tomar posiciones como el partido del Brexit "blando".

El Partido Liberal-Demócrata y el Partido Nacional Escocés (SNP) boicotearon la ley y advirtieron de los riesgos de un Gobierno autocrático, aprovechando la trasferencia de poderes de la UE. "El Gobierno de los "tories" pretende no solo recuperar el control de Bruselas, sino también de Edimburgo, Belfast y Cardiff", advirtió el portavoz para Europa del SNP Stephen Gethins.

"Estamos ante una ley profundamente peligrosa y antidemocrática", advirtió por su parte la diputada del Partido Verde Caroline Lucas. "El Gobierno pretende que nuestro país esté regido por una especie de "legislación zombie", con imperdonables vacíos de poder en temas como la protección ambiental".

La conservadora Sarah Wollaston fue una de las voces críticas del Partido Conservador: "No creemos que el objetivo del Gobierno sea obstruir el debate, pero somos muchos los que estamos dispuestos a aprobar esta ley tan sólo si se introducen enmiendas sensatas".

El también conservador Conor Burns pasó a la ofensiva y puso sobre la mesa las profundas contradicciones de la postura laborista: "El líder de la oposición dice que la libertad de movimientos se tiene que acabar, pero su ministra "a la sombra" de interior apoya esa medida. El vicelíder defiende la permanencia en el mercado único, mientras el ministro "a la sombra" de Economía dice que hay que salir para respetar la voluntad del referéndum... La política del Brexit del Partido Laborista no aguanta dos días. Que aguantara dos semanas sería ya pensar a largo plazo".



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