Como Anillo al Dedo

Un gigante dorado Goliat' llamado Donald Trump 

2017-09-22

El presidente de Zimbabue recurrió a un texto bíblico para cargar sin...

Sandro Pozzi, El País

En la institución por excelencia de la diplomacia, los discursos de los mandatarios se miden al milímetro. También las formas. Pero siempre hay alguien que se desvía del protocolo. En los anales de la historia de la Naciones Unidas quedó ya el “aquí huele a azufre” que espetó el presidente venezolano Hugo Chavez al hablar de George W. Bush en plena guerra de Irak. Este jueves tuvo su momento Robert Mugabe.

“¿Está volviendo Goliat, amenazando con la extinción de otros países?”, se preguntó Mugabe ante el plenario, que rompió en aplausos

El presidente de Zimbabue recurrió a un texto bíblico para cargar sin compasión contra el estadounidense Donald Trump, por el apocalíptico discurso que dio el martes ante la Asamblea General, en el que hablaba de la destrucción total de Corea del Norte. Es, dijo el veterano líder de 93 años, como el retorno del “Gigante dorado Goliat”. Las políticas del republicano, añadió, son “vergonzosas y aterradoras”.

Los delegados no pudieron contener la risa. Pero Mugabe hablaba muy en serio, con un tono pausado y al estilo de un predicador. “¿Está volviendo Goliat, amenazando con la extinción de otros países?”, se preguntó ante el plenario, que rompió en aplausos. Después pidió a Trump que, "por favor, haga sonar su trompeta” por la unidad, paz, cooperación, confluencia y diálogo.

El líder de Zimbabue recordó al presidente republicano que esos son los valores sobre los que se sustenta la grandeza de la ONU, “por los que siempre bregamos”. Los dos representantes de la delegación estadounidense que seguían del debate se quedaron pasmados. Mugabe, que lleva 37 años gobernando, mantiene unas relaciones muy tensas con los países occidentales por las sanciones que se pusieron a su país.

La Biblia cuenta que Goliat fue un guerrero gigante que amenazó con la destrucción de Israel. David le venció con una honda y una piedra, “sin tener espada en su mano”. Es la metáfora a la que se recurre por todo el mundo para referirse a de la victoria del pequeño frente al grande, del desvalido frente al poderoso. El equivalente en la diplomacia sería el rechazo de la injerencia externa.

El presidente Mugabe aprovechó siempre el estrado de las Naciones Unidas para criticar duramente el intervencionismo de EE UU, Reino Unido y Francia, las tres potencias con veto en el Consejo de Seguridad junto a China y Rusia. En su último discurso ante la ONU este jueves, habló de cómo Zimbabue derrotó a los “monstruos del imperialismo” y que el próximo, da igual como se llame, sufrirá las mismas consecuencias.

Es el mandatario más viejo de todos los que ocupan el cargo de jefe de gobierno en el mundo. Al acercarse al estrado se le vio con dificultad para poder andar sin ayuda. En lugar de sentarse mientras esperaba que el presidente de la Asamblea General le diera el turno, se mantuvo en pie apoyado en la silla que se encuentra junto al estrado. El discurso contrasta con el guiño que hizo en mayo a la retórica nacionalista de Trump.



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