Vuelta al Mundo

Afganistán, viaje de ida y vuelta

2017-10-05

Es la historia de Azad (joven que se presenta tras un nombre ficticio), que huyó a...

 

ROSA MENESES / El Mundo 


Los Gobiernos europeos han aumentado las devoluciones a Afganistán de personas solicitantes de asilo de esta nacionalidad, pese al peligro de sufrir tortura, secuestro, homicidio o persecución. Una práctica que viola el derecho internacional. Es lo que denuncia la ONG Amnistía Internacional en un informe que publica hoy y en el que detalla graves casos de afganos devueltos a su país desde Noruega, Países Bajos, Suecia y Alemania que tras su regreso forzoso han sido víctimas de ataques terroristas, secuestros o de persecución religiosa o por su orientación sexual.

Es la historia de Azad (joven que se presenta tras un nombre ficticio), que huyó a Países Bajos con su hermano y fue forzado a regresar a Afganistán en mayo de 2017. El chico, que se identifica como homosexual, tiene miedo de que su orientación sexual sea descubierta: "Aquí intento ser un hombre. Me estoy volviendo loco. Paso mucho miedo por la noche; estoy aterrorizado". Su miedo le llevó incluso a intentar suicidarse antes de ser deportado.

Sadeqa (también su nombre ha sido cambiado para proteger su identidad) huyó de Afganistán en 2015 cuando su esposo sufrió un traumático secuestro del que pudo salir tras pagar un rescate. La familia llegó a Noruega buscando un futuro mejor, pero las autoridades rechazaron su solicitud de asilo y les forzaron a retornar a Afganistán. Meses después de regresar, el marido de Sadeqa desapareció. Luego supo que lo habían asesinado sus antiguos secuestradores. "Tengo tanto miedo que no me atrevo ni a llevar a mis hijos a visitar la tumba de su padre", declaró la mujer a la ONG.

Según datos oficiales de la Unión Europea, entre 2015 y 2016, el número de personas afganas devueltas a este país por diferentes autoridades europeas se triplicó, pasando de 3.290 a 9.460, informa Amnistía Internacional. Este aumento tan drástico de las devoluciones se produce en paralelo al descenso en picado del número de solicitudes de asilo aceptadas, que ha pasado del 68% en septiembre de 2015 al 33% en diciembre de 2016. Amnistía Internacional cruza estos datos con un tercero: el creciente número de víctimas civiles en Afganistán, según la Misión de Asistencia de la ONU para el país (UNAMA). En 2016 se registraron 11.418 muertos y heridos en ataques contra civiles, en su mayoría perpetrados por grupos extremistas como los talibán o el Estado Islámico.

En 2015, Europa registró un número sin precedentes de personas -más de un millón- que llegaron al viejo continente de forma irregular, a través de peligrosas rutas desde Turquía. Aproximadamente un 20% de ellos provenía de Afganistán, señala Amnistía Internacional en su documento. El Gobierno alemán es el que más afganos ha devuelto al convulso país asiático, pasando de menos de 500 en 2015 a casi los 3,500 un año después. Le sigue Grecia, Suecia, Reino Unido, Noruega y Francia.

"Decididos a aumentar el número de expulsiones, los Gobiernos europeos están aplicando una política irresponsable e ilegal. Cerrando los ojos voluntariamente ante el hecho de que la violencia está en niveles sin precedentes y no hay un solo lugar seguro en Afganistán, están exponiendo a personas a la tortura, el secuestro, el homicidio y otros horrores", señala Anna Shea, investigadora de esta ONG internacional defensora de los derechos humanos.

Los afganos huyen de un contexto de grave deterioro de los derechos humanos y de la devastadora inseguridad que vive el país como resultado del conflicto persistente desde hace décadas. La tortura y la persecución son serios peligros que se complementan con un clima de corrupción y de impunidad, según afirma Amnistía Internacional. Además, Afganistán sufre una crisis humanitaria que afecta a 9,3 millones de personas, según la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA). Todo ello hace que estas personas tengan derecho a solicitar asilo en otro país, según la Ley Internacional. Sin embargo, las autoridades europeas devuelven a los refugiados afganos aun a pesar de reconocer que "la situación de seguridad está empeorando" y la posibilidad de que aumenten los "niveles récord de ataques terroristas y de víctimas civiles", según un documento de la UE.



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