Internacional - Población

La infraestructura sanitaria siria vuelve a ser pasto de las bombas 

2017-10-05

Médicos Sin Fronteras ya alertó la semana pasada del grave peligro que vuelve a...

LLUÍS MIQUEL HURTADO / El Mundo

Cruz Roja advierte este jueves del retorno a cotas de violencia no vistas en Siria desde la expulsión de los opositores de Alepo, hace diez meses. En un comunicado, su Comité Internacional ha informado de que al menos diez hospitales han sufrido daños en los últimos días por bombardeos intensos. En consecuencia, alerta la organización médica, cientos de miles de personas se están viendo privadas de acceso a atención sanitaria básica.

"Durante las últimas dos semanas hemos presenciado un repunte preocupante de operaciones militares correlacionado con altos niveles de bajas civiles", ha dicho Marianne Gasser, responsable de la delegación de Cruz Roja Internacional en Siria. "Mis colegas relatan historias horrendas, como la de una familia de trece que huyó de Deir Ezzor sólo para perder a diez de sus miembros por ataques aéreos y explosivos dispuestos en el camino".

Médicos Sin Fronteras ya alertó la semana pasada del grave peligro que vuelve a correr la raquítica infraestructura sanitaria del país en guerra, particularmente en las zonas fuera de control del Gobierno. "Es evidente que los hospitales no están a salvo [...] es indignante", lamentó Brice de le Vingne, director de operaciones de esta ONG. Las instalaciones más afectadas se encuentran en Idlib y Hama, escenario recientemente de una nueva ofensiva, liderada por grupos afines a Al Qaeda, contra los leales a Bashar Asad.

Una táctica habitual en la sangrienta guerra siria ha sido castigar la infraestructura civil y a la población más indefensa por la acción de los grupos armados, a fin de disuadir a los últimos en su empeño. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos aseguró a principios de semana que el pasado septiembre fue el mes más mortífero de 2017, con 3.055 muertos. Cerca de un tercio eran civiles. Más del 70% del total, matizó, murió en ataques oficialistas o bien bajo bombardeos de la coalición internacional contra el Estado Islámico (IS).

Gran parte de Siria es, seis años y medio después del inicio de la guerra, un inmenso campo de batalla donde cada cual hace la guerra por su banda y los débiles de todos los rincones pagan el precio más alto. Idlib, al noroeste, contiene el mayor pedazo de suelo que conserva la oposición armada, subyugada por el yihadismo tras duras luchas intestinas. La aviación Rusa ataca intensamente la zona desde hace un mes, como también hace en la provincia oriental de Deir Ezzor, donde combate al IS.

Por otra parte, en el norte, las Fuerzas Democráticas Sirias, una milicia que cuenta con el apoyo de Washington, está culminando su operación para acabar con la presencia del IS en Raqqa, la mayor ciudad siria bajo su control, también con un número de bajas civiles lo suficientemente alto como para preocupar a Naciones Unidas.

El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado este jueves del lanzamiento de diez misiles tipo Kalibr, desde submarinos situados en el Mediterráneo, contra posiciones de la organización apocalíptica en Deir Ezzor. Cruz Roja, que ha informado de que los campos de desplazados de Deir Ezzor y Raqqa están recibiendo más de un millar de civiles diarios huyendo de los combates, ha dicho que este tipo de operaciones militares "no deben despreciar el destino de los civiles y la infraestructura vital de la que depende su supervivencia".

Nuevo hallazgo químico

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW) ha encontrado trazas de gas sarín en una población norteña siria próxima a Jan Sheijun, objetivo de un ataque químico con este compuesto el cuatro de abril pasado. De acuerdo con lo detallado el jueves, los investigadores de la OPCW han hallado "sarin o químicos ligados al sarín" en Ltamenah, escenario de un ataque ocurrido cinco días antes del de Jan Sheijun - a menos de 25 Km - que dejó 50 víctimas, ninguna mortal.

Está previsto que a finales de este mes se publique un dosier de conclusiones sobre la masacre de Jan Sheijun, donde murieron más de 80 personas, elaborado por una comisión conjunta de la OPCW y Naciones Unidas. Todas las investigaciones realizadas hasta el momento han culpado de la matanza al Gobierno sirio, que, junto a Rusia, ha señalado como responsables a los grupos armados alzados. Según la versión oficialista, la reacción química mortal se produjo tras un bombardeo a un almacén de armas químicas.



yoselin

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