Cultura

Día de los Muertos entre ruinas 

2017-10-31

Las celebraciones de los Santos Difuntos en México suelen ser verdaderas fiestas enmarcadas...

   
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 31 OCT - Los habitantes de la zona golpeada por el sismo del 7 de septiembre pasado, en el estado sureño de Oaxaca, uno de los más pobres y con mayor cantidad de población indígena, instalaron sus ofrendas por el "Día de Muertos" bajo sus carpas y entre las ruinas de sus viviendas.
    
Las celebraciones de los Santos Difuntos en México suelen ser verdaderas fiestas enmarcadas en un sincretismo religioso donde se mezclan elementos de la cultura prehispánica y española.
    
El terremoto de 8,2 grados Richter, más poderoso ocurrido en un siglo, que dejó gran devastación sobre todo en el Istmo de Tehuantepec, la franja más angosta del territorio mexicano, sobre todo en la localidad de Juchitán, habitado por indígenas de la etnia zapoteca, no impidió que los habitantes dejaran de festejar a Todos los Santos.
    
Desde ayer, entre escombros y bajo techos de plástico y de tela, los oaxaqueños colocaron vistosas ofrendas y altares donde sobresalen las flores de amarillo encendido o "cempasúchiles".
    
En Oaxaca los altares ahora sin embargo lucen menos vistosos porque las personas cuentan con poco dinero para financiar la compra de todos los elementos, sobre todo de la fruta, chocolate y de platillos de compleja y costosa elaboración como el mole.
    
Aún así, se esfuerzan en no dejar pasar esta fecha que representa un poco de alivio y de paz, en medio de la tristeza y tensión que han vivido a lo largo de las últimas semanas tras el feroz terremoto que les dejó una honda huella en sus vidas.
    
Margarita, conocida como "Güera Paloma", que habita el barrio de Las Limas, en Juchitán, arregló con su familia en un pequeño cuarto una ofrenda para recibir a su madre.
    
"Con mucho sacrificio hicimos con lonas y láminas este cuartito para recibir a mi madre, sobre todo por petición de mi padre, él insistió que era necesario recibirla", dijo Virginia, hija de Margarita, citada por el diario El Universal.
    
"Aunque no tengamos una casa, teníamos que recibirla con su comida y sus rezos, y aquí estamos esperándola, pobremente, pero la esperamos porque la amamos", señaló.
    
En el centro de las ofrendas hay siempre una foto del o los difuntos a quienes se pretende honrar, con candelas, y alimentos y bebidas que solían gustarle a los difuntos.
    
Según las antiguas creencias, el "cempasúchil" y las velas suelen iluminar el camino de los fallecidos desde "el inframundo" o "el más allá" para visitar a sus seres queridos cada año.
    
Las fiestas del "Día de Muertos" se celebran desde hace siglos en México en coincidencia con una de las fechas más representativas del ciclo agrícola. Tradicionalmente en Oaxaca los días de muertos suelen adquirir una característica especial, como ocurre también con otras regiones de México, porque la fecha coincide con el fin del calendario religioso de los zapotecas y es conocido como "biguie".
    
La tragedia del 7 de septiembre se convirtió en un motivo para recordar a las más de 100 personas que fallecieron en Oaxaca y Chiapas .
    
El 31 de octubre se cree que las almas de los niños que ya murieron bajan del cielo en forma de ángeles, para visitar el hogar donde un día vivieron, jugaron o donde sus padres viven. Como el trayecto es largo y cansado, se les coloca un camino de flores que los guía hacia el altar lleno de frutas, bebidas, sobre todo agua pero también licores como el tequila y el mezcal, y comida que les gustaba, y donde hayan solaz y tranquilidad.
    
También se suelen encender sahumerios con copal (incienso) para purificar el ambiente durante las 24 horas en que los difuntos conviven con sus familias.
    
La creencia popular dicta que si no se coloca una ofrenda así el alma del ser querido no regresa y se pone triste al sentirse abandonada por su familia.
 



regina
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