Del Dicho al Hecho

La Venezuela de Maduro entra a una realidad paralela

2017-11-03

Pero incluso un incumplimiento puede no derivar en que el desventurado y cada vez más...

Por Martin Langfield, Reuters

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, entró en una realidad paralela. El líder socialista del país miembro de la OPEP quiere reestructurar la deuda externa de una nación en problemas y ha puesto a un presunto narcotraficante a cargo de resolver lo que las sanciones de Estados Unidos hacen virtualmente imposible.

Pero incluso un incumplimiento puede no derivar en que el desventurado y cada vez más autoritario exconductor de autobuses abandone el poder.

Maduro preside una economía mal gestionada que fue duramente golpeada por el final del auge del precio del petróleo en 2014. Ahora el gobierno no puede garantizar que haya suficientes alimentos o medicinas para sus ciudadanos, pese a sus enormes reservas de crudo. Sin embargo, la estatal Petróleos de Venezuela dijo el jueves que pagará 1,100 millones de dólares que vencía ese día.

También pidió al vicepresidente Tareck El Aissami que encabece una comisión que estudia cómo reestructurar todas las obligaciones futuras. El Aissami hizo un llamado a los acreedores de bonos para que se reúnan en Caracas el 13 de noviembre para discutir cómo podría hacerse.

El incumplimiento podría aliviar la presión doméstica sobre Maduro al permitirle usar dólares escasos para importar más suministros médicos, alimentos y otros bienes básicos. Sin embargo, puede provocar que los acreedores incauten embarques y activos venezolanos de petróleo en el exterior, como la refinería estadounidense Citgo de PDVSA.

Para contrarrestarlo, el Gobierno de Maduro podría intentar canalizar de alguna manera las exportaciones de petróleo a través de su aliado Rusia, o tratar cerrar más acuerdos de canje de efectivo por petróleo, como los que ya tiene con Rusia y China. Podría tratar de cumplir con los pagos de la deuda de PDVSA para proteger los activos de la compañía, mientras deja de atender la deuda soberana.

Maduro parece cada vez más dispuesto a recurrir a la represión. La elección de una Asamblea Nacional Constituyente ofreció como resultado un cuerpo todopoderoso atestado de fieles al Gobierno.

Los políticos de la oposición alegaron fraude en los recientes comicios para gobernador, pero perdieron mucho y parecen incapaces de unirse en su contra. Parece poco probable que una votación presidencial el próximo año sea libre o justa. A menos que el descontento entre sus propios aliados en las fuerzas gubernamentales termine a Maduro, puede acabar presidiendo una extraño crepúsculo de la economía en los años venideros. (Editado en español por Javier López de Lérida)


 



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