Internacional - Política

Un nuevo libro sobre la Casa Blanca describe el "trastorno desafiante" de Trump

2018-01-22

Las malas relaciones entre el exestratega radical, Stephen Bannon, y otros como Kushner o Ivanka,...

Nicolás Alonso, El País

A las pocas semanas de que Fire and Fury (Fuego y Furia) agitara la Casa Blanca, un nuevo libro promete rescatar el retrato caótico de la Administración de Donald Trump. Los primeros extractos de Locura Mediática: Donald Trump, la prensa y la lucha por la verdad, de Howard Kurtz, obtenidos por The Washington Post, revelan un sinfín de anécdotas sobre cómo se toman decisiones en el Despacho Oval y el llamado “trastorno desafiante” del presidente, la expresión que utilizan sus asesores para referirse a las arrebatos impulsivos de Trump.

El libro, escrito por un presentador del canal proTrump, Fox News, detalla situaciones en las que el presidente, que llegó a la Casa Blanca sin experiencia en la política, toma decisiones por sí solo, contradice a sus asesores públicamente —vía Twitter— y desoye sus consejos. Pero Kurtz es más suave que Michael Wolff, el autor de Fuego y Furia, cuyas descripciones tan negativas de Trump llevaron al presidente a tacharlo de libro falso. Kurtz, sin embargo, habla bien de asesores como Ivanka Trump y su marido, Jared Kushner, o la portavoz Kellyanne Conway.

El texto confirma la imprevisibilidad con la que opera esta Casa Blanca. “Oh Dios mío”, dijo Reince Priebus, ex jefe de Gabinete de Trump, cuando el presidente tuiteó su decisión de prohibir a los transgénero en el Ejército, minutos ante de reunirse con él para repasar las opciones. “La reunión fue cancelada”, escribe Kurtz en Locura Mediática: Donald Trump, la prensa y la lucha por la verdad, a la venta a partir del 29 de enero.

Cuando una mañana de sábado en marzo, el presidente acusó falsamente a Barack Obama de haberle pinchado el teléfono y espiado durante la campaña electoral, Priebus y otros asesores se despertaron por las alertas de las redes sociales. Ajenos a sus motivos para levantar tal polvareda, los más cercanos a Trump tuvieron que trazar de cero una estrategia para defender algo que nunca han podido demostrar. “Nadie sabía qué tenían que hacer. Los asesores estaban confundidos y sorprendidos”, anota el veterano periodista.

Las malas relaciones entre el exestratega radical, Stephen Bannon, y otros como Kushner o Ivanka, de posturas más moderadas, también se hacen hueco en las páginas de Kurtz. Un ambiente rocoso y tenso —aparentemente suavizado tras la llegada del jefe de gabinete, John Kelly, y la destitución de Bannon y otros— caracterizó los primeros meses de Administración. Las filtraciones a la prensa eran frecuentes y el presidente ordenó una inspección interna para determinar quiénes eran los culpables. En una discusión, Bannon acusó a Ivanka de ser una de las filtradoras. “Bebé, creo que Steve tiene razón en esta”, afirmó Trump en una reunión, defendiendo al estratega frente a su hija.

Pero ni Kelly ni los meses de experiencia han logrado que el presidente se convierta en “presidencial”: que abandone los tuits erráticos, las decisiones sin consultar, o las referencias a países africanos como “países de mierda”. Las filtraciones siguen continuando y la percepción es la de un ala oeste plagado de carencias. Por más que busque culpables, el presidente es, según sus críticos, el problema. “El presidente también filtra información a periodistas, según creen sus asesores. A veces sin querer: Trump habla con tantos amigos y conocidos que informaciones clave se divulgan rápidamente a los reporteros”.



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