Internacional - Economía

Elecciones y precio del crudo complican búsqueda de alianzas de petrolera mexicana Pemex

2018-01-30

Pemex se enfocaría en proyectos menos ambiciosos pero con mayores posibilidades que aguas...

Por Adriana Barrera y Ana Isabel Martinez

CIUDAD DE MÉXICO (Reuters) - La petrolera estatal mexicana Pemex tendría que luchar este año para concretar asociaciones con otras empresas debido a los precios bajos del crudo y la incertidumbre previa a los comicios presidenciales de julio, un ambiente que contribuyó a que naufragara su alianza más ambiciosa.

Después de haber abierto el sector a la inversión privada con una profunda reforma que se puso en marcha en el 2014 en busca de aumentar la declinante producción, Pemex había anticipado para 2018 una intensa temporada de alianzas tanto para proyectos en tierra como costa afuera.

Atrasada en su calendario por un recorte de presupuesto fruto de los nubarrones en el sector, la petrolera tiene por ahora sólo en la mesa siete campos en tierra en los estados Veracruz, Chiapas y Tabasco, de mucho menor tamaño que los de aguas profundas.

“Es todo lo que tenemos formalmente”, dijo a Reuters Juan Carlos Zepeda, jefe de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), el regulador del sector. Zepeda estimó que el proceso para esos proyectos podría arrancar al fin de la primavera boreal para ser adjudicados hacia finales del año.

La petrolera, que sufre un desplome histórico de su bombeo de crudo y gas, ha visto sus emprendimientos de exploración y extracción afectados por el fuerte recorte al gasto en los últimos años, en medio de una mayor competencia.

Pemex se enfocaría en proyectos menos ambiciosos pero con mayores posibilidades que aguas profundas porque necesita elevar su producción de hidrocarburos lo antes posible.

La empresa consideraría “un éxito” si logra conseguir socios en los campos en tierra, no tan riesgosos y que requieren menos inversión, dijo un funcionario de Pemex que pidió el anonimato.

Sobre todo en los que tienen infraestructura cercana, que son más interesantes en estos momentos para los inversores y para la petrolera, agregó el funcionario.

Pemex ha logrado alianzas en Trión, en aguas profundas del Golfo de México, y en los campos en tierra Cárdenas-Mora y Ogarrio. Pero no pudo seducir a socios para Ayin-Batsil, en aguas someras, ni para el proyecto Nobilis-Maximino en aguas profundas, cuya licitación fue cancelada en diciembre por falta de interesados.

Además de estos emprendimientos, en su plan de negocios 2017-2021 esperaba concretar el año pasado alianzas, o “farm outs” en el proyecto de crudo extrapesado Ayatsil-Tekel-Utsil y en Chicontepec, en tierra. Pero tampoco se cristalizó.

Otro factor que podría diferir los planes son los cambios en la gerencia de la empresa. Su director general, José Antonio González Anaya, dejó el cargo en noviembre para asumir la cartera de Hacienda que dejó vacante su amigo José Antonio Meade para buscar la candidatura del gobernante PRI a la presidencia.

A cargo de la empresa quedó Carlos Treviño, la mano derecha de González Anaya. La semana pasada, el director de Finanzas de Pemex, Juan Pablo Newman, también dejó la estatal para sumarse al equipo de González Anaya en Hacienda.

¿MEJORES CONDICIONES?

Pemex sufrió un duro golpe con el fracaso de la licitación de Nobilis-Maximino, ubicado justo en la frontera marítima con Estados Unidos, con el que buscaba su segunda mayor asociación tras haberse aliado a fines del 2016 con el gigante australiano BHP Billiton en Trión, un proyecto de 11,000 millones de dólares.

Luego de la cancelación, Pemex explicó que no existían condiciones para asegurar una amplia participación debido a la expectativa de precios bajos del crudo de largo plazo, aunado a la complejidad geológica del bloque y la competencia en Brasil, y dijo que evaluaría el momento oportuno para relanzar el proyecto.

Zepeda dijo que aunque Pemex aún no ha solicitado una nueva licitación para Nobilis-Maximino, que requiere inversiones de casi 11,000 millones de dólares, puede hacerlo cuando lo desee.

Funcionarios y empresarios consultados por Reuters dijeron que uno de los mayores problemas fue el monto del “acarreo”, o la inversión ya realizada que se le reconocería a Pemex, sin que su socio pudiera discutir los gastos de exploración asociados a esa inversión, una práctica conocida como “libros abiertos”.

“Nadie va a dar dinero a México sin libros abiertos”, dijo un directivo de una importante petrolera privada. “Pemex es bien conocido por su ineficiencia”, añadió al explicar por qué algunas firmas querrían revisar los gastos de la estatal.

En un inicio Pemex solicitó un “acarreo” (carry) de 815 millones de dólares para Nobilis-Maximino, monto que redujo finalmente a 632 millones de dólares. También disminuyó su participación en la asociación al 40 por ciento desde el 49 por ciento con tal de generar mayor interés.

En el caso de Trión, Pemex pidió un “acarreo” de 570 millones de dólares pero redujo su participación en el proyecto al 40 por ciento desde el 45 por ciento solicitado en un inicio. También eliminó una garantía de 10,000 millones de dólares que había pedido a los interesados en la asociación.

“Nobilis-Maximino, Ayin-Batsil y otros proyectos importantes siguen sobre la mesa”, dijo esta semana a periodistas el subsecretario de Hidrocarburos de México, Aldo Flores.

“Pemex aprendió valiosas lecciones de esas dos licitaciones que no resultaron como esperaba y está haciendo el trabajo para ajustarlas y hacer más competitiva su propuesta”, añadió.



regina