Nacional - Política

Mucho ruido a 4 meses y medio de elecciones

2018-02-15

Para algunos críticos, las precampañas dirigidas sólo a los simpatizantes de...


(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 14 FEB - La primera fase del proceso electoral mexicano, llamado eufemísticamente "precampañas", culminó en medio de un ruido excesivo por la avalancha de mensajes de los aspirantes.

El ambiente, sobrecargado de propuestas, no hizo otra cosa que alimentar la confusión y el hartazgo en los ciudadanos contra la partidocracia, de acuerdo con especialistas.

A cuatro meses y medio de las presidenciales, las más concurridas de América Latina, con un universo de votantes potenciales superior a los 85 millones, los mexicanos parecen poco convencidos sobre la solidez de las propuestas de los aspirantes a cargos electivos.

En estas históricas consultas, se elegirá un presidente de la República, 128 senadores y 500 diputados federales, además de 2.818 autoridades locales, entre ellas 9 gobernadores, incluido el de la capital del país.

Para algunos críticos, las precampañas dirigidas sólo a los simpatizantes de los partidos, pero en realidad extendidas al resto de la población, fueron "un exceso y una simulación", que encubre a un abierto proceso de proselitismo.

En rigor, exponen, son resultado de la sobrerregulación del marco jurídico mexicano en la materia, por la desconfianza de los ciudadanos en la partidocracia.

El abrumador alud de mensajes (en 60 días, se difundieron 11,1 millones) y el derroche de recursos (1,5 millones de dólares) generaron un ambiente cada vez más adverso hacia los aspirantes.

Salvo algunos pocos lemas de ingeniosos creativos publicitarios, realmente poco queda de esa gran operación propagandística, supuestamente destinada solamente a la militancia de las fuerzas políticas cuando ya prácticamente todos los partidos contaban con su precandidato presidencial.

Enrique Villarreal, analista político y columnista del diario Excélsior, señaló a ANSA que las precampañas, aunque son el equivalente a las "primarias" o internas que se estilan en las formaciones políticas de otros países, se celebraron cuando ya todos los partidos contaban con sus aspirantes presidenciales. "Se supone que las hicieron para evitar las campañas anticipadas, pues ha habido personajes que han tomado la delantera y se han apropiado de las candidaturas de sus partidos", afirmó.

Se refería al aspirante izquierdista Andrés López Obrador, favorito de las encuestas, que lleva años en campaña y aventaja entre 6 y 10 puntos a sus competidores.

López Obrador, de una coalición liderada por su partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena, izquierda), se postula por tercera vez para el cargo, después de que la segunda estuvo a medio punto de ganar, en 2006.

"Esta idea de las precampañas de origen es fallida. Se supone que fueron concebidas para que los aspirantes convencieran a la militancia de que eran las mejores opciones y a final de cuentas votaran por ellos", pero esto no es posible cuando ya todos los partidos cuentan con candidatos, afirmó el analista.
    
El académico Ulises Corona, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló por su parte a ANSA que las precampañas dejaron "un mal sabor de boca, un ambiente de descontento". "Vimos agravios, chismes, dimes y diretes, críticas de los unos contra los otros, como se agredían unos a otros acusándose de deshonestos, de falta de credibilidad", afirmó.

"Las precampañas no funcionan cuando hay un solo candidato elegido de antemano", afirmó el académico, quien acusó a la clase política de velar "solo por sus intereses", sin importar la ideología, y expuso que "por eso la gente está enfadada".

Los analistas proponen una "cirugía mayor" en la legislación electoral, porque está sobrerregulada, con disposiciones que se sabe no se van a cumplir.

La siguiente etapa es de "intercampaña" previa a la campaña propiamente dicha que comienza el 30 de marzo, última oportunidad para que el conservador Ricardo Anaya, coaligado con un partido de izquierda y el oficialista José Antonio Meade, intenten alcanzar a López Obrador.

Sin embargo, empieza a cundir la idea de que su triunfo parece irreversible. 



yoselin
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