Internacional - Población

Violencia brutal en Siria tras vencer al Estado Islámico

2018-02-20

A lo largo de ese eje, quedan reductos de opositores armados, casi completamente controlados por...


(ANSA) - BEIRUT, 20 FEB - La derrota militar del Estado Islámico no puso fin a la guerra en Siria, que comenzó mucho antes del advenimiento de ese grupo terrorista en 2013, y está destinada a seguir por mucho tiempo mientras las células jihadistas se reorganizan en la clandestinidad, en zonas "liberadas" controladas por ejércitos regulares, milicias, señores de la guerra sirios y extranjeros.
    
En la Siria desgarrada por el conflicto bélico se disputan dos frentes principales: uno al oeste, donde Rusia, Irán, Turquía y Jordania se están repartiendo los territorios que van del extremo sur a la frontera con el Reino Hachemí, al extremo norte en la frontera turco. El otro es al este, a lo largo del valle del Éufrates, en la parte más rica desde el punto de vista energético, donde Estados Unidos apoya al PKK kurdo para frenar el avance ruso-iraní hacia Irak. En los acuerdos firmados en Astana, en Kazajistán, Rusia llegó a un acuerdo con Turquía e Irán el año pasado en el que los tres países establecían líneas de demarcación entre sus respectivas áreas de influencia. Así, a Turquía le correspondía el noroeste, incluso si se tiene que romper el nudo del enclave kurdo de Afrin y el distrito de Manbij, conquistado por los kurdos pero reclamado por las poblaciones árabes.
    
A Rusia, en tanto, le corresponde la zona costera, con importantes bases militares, aéreas y marítimas en el Mediterráneo, y amplias zonas de Siria central y del área de Damasco. Irán, por su lado, tiene la zona en torno al Líbano, donde opera la milicia filo-iraní Hezbolá, presente en Siria desde hace años, y vastas áreas en las inmediaciones de las Alturas del Golán, controladas por Israel pero reivindicadas por Siria.
    
A lo largo de ese eje, quedan reductos de opositores armados, casi completamente controlados por actores externos: por Turquía en el noroeste, por Jordania en el sur, por Qatar y por Arabia Saudita en el norte y en el centro del país. En el este y el noreste, el ala siria del PKK, con el apoyo de la Coalición liderada por Estados Unidos, se ha expandido a áreas no kurdas pero mixtas o completamente árabes, como Raqqa , antigua capital de Isis en Siria, y a la orilla oriental del distrito de Dayr az Zor, tradicionalmente un feudo de tribus sunitas vinculadas con las de la vecina región iraquí de Anbar, durante 15 años la cuna del yihadismo.