Nacional - Política

Las bases de Morena justifican el giro conservador de López Obrador 

2018-02-21

Villanueva, parte del sector progresista de Morena, afirma estar tranquilo ante la alianza de...

Luis Pablo Beauregard, El País


Las bases del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) apuestan por el optimismo en medio del giro conservador que ha tomado el discurso de su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador. Los militantes del partido justifican y dirimen al interior de los órganos partidistas las inquietudes y molestias que han ocasionado los guiños de su líder a los sectores conservadores, quienes serán sus extraños compañeros de viaje en la alianza Juntos haremos historia (Morena-Encuentro Social y Partido del Trabajo) a lo largo de la campaña rumbo a las elecciones presidenciales del 1 de julio.

El martes, López Obrador volvió a agitar las aguas de la polémica al convertirse oficialmente en el candidato presidencial de Encuentro Social. El político dio un discurso sobre la necesidad de crear una Constitución moral para “lograr el amor y hacer el bien”. Sus palabras, con guiños religiosos y referencias al Nuevo Testamento, estaban orientadas a la base de esa organización, conformada por núcleos de iglesias cristianas evangélicas que trabajan en una agenda centrada en valores y en la familia tradicional. Este miércoles, hablando nuevamente a su base morenista, López Obrador aseguró que su propuesta seguía la línea de la Cartilla moral escrita por el liberal Alfonso Reyes en 1944.

A estas palabras se sumó, horas después, la noticia de la supuesta llegada a las filas del partido del senador ultraconservador José María Martínez, que fundó en la Cámara alta la Comisión de la Familia y Desarrollo Humano. El legislador provida del Estado de Jalisco renunció este martes al conservador PAN. Algunas versiones periodísticas aseguran que su destino es la organización lopezobradorista, que ya ha abierto sus puertas a otros apóstatas del panismo como la senadora Gabriela Cuevas y el expresidente nacional Germán Martínez. Una persona cercana a la dirigencia ha confirmado a EL PAÍS que este legislador está negociando su aterrizaje en Morena con senadores del grupo parlamentario.

“Hay malestar. Pero es un enojo institucional que se expresa hablando con la dirigencia, en comunicados, exigiendo posturas claras”, asegura otro militante de Morena de la Ciudad de México. El simpatizante cree que la llegada del senador Martínez es “acertada en términos territoriales”. La influencia del legislador podría aportar votos en Jalisco, un territorio hostil para Morena y bastión de Movimiento Ciudadano, el partido que forma parte de Por México al Frente junto al PAN y el izquierdista PRD. Sin embargo, reconoce que este eventual nuevo fichaje es “contradictorio” por la agenda ultraconservadora que defiende.

Los militantes de Morena confían en que los órganos internos digieran la avanzada conservadora. “Nosotros hemos decidido anticiparnos dejando claro que quien llega al partido tiene que asumir nuestros ideales y principios”, asegura Temístocles Villanueva, secretario nacional de Diversidad Sexual de Morena, una oficina que se ha hecho muy visible ante las dudas expresadas por la militancia por la política de alianzas. Morena es la única organización política que nació con una sección dedicada a la defensa de los derechos de la comunidad LGBTI. El PRI siguió el ejemplo en 2015 y el PRD lo hizo en 2016. “En esta agenda no hay margen de negociación”, agrega.

Villanueva es uno de los militantes originarios de Morena, que nació en 2011 siendo una asociación civil conformada por activistas de izquierdas cercanos a López Obrador. Estos simpatizantes han sido testigos del impulso pragmático que el aspirante presidencial ha dado a la organización en su tercer asalto al poder. “Como activistas hay un compromiso con los derechos humanos, pero tenemos una responsabilidad histórica. Haremos todo lo que sea necesario para ganar la presidencia siempre que no comprometamos los ideales”, afirma.

Villanueva, parte del sector progresista de Morena, afirma estar tranquilo ante la alianza de López Obrador con los sectores conservadores. “No hay nada que temer. No habrá discriminación institucional”. Como ejemplo cita la propuesta de llevar al Gabinete para coordinar la política interior de la progresista exministra de la Suprema Corte, Olga Sánchez Cordero.

Los militantes, no obstante, también le exigen contrapesos en el Congreso ante los perfiles antiderechos que podrían llegar al Poder Legislativo. Este fin de semana, el partido incluyó en su lista de diputados plurinominales (de representación proporcional) a Celeste Ascencio Ortega, una joven lesbiana originaria de una comunidad indígena de Michoacán. “Tiene claridad sobre la agenda de defensa de los derechos”. “Nos preocuparía estar fuera, pero estamos dentro con la dirigencia y con las candidaturas”, agrega.

Los militantes de Morena han justificado el acercamiento con Encuentro Social como parte del diálogo plural convocado por López Obrador. “Las reformas legislativas no lograrán el cambio cultural que necesitamos. Solo el diálogo nos va a permitir el reconocimiento de la diversidad sexual. La prioridad es la suma de todos los actores”, dice el secretario general.

Algunos simpatizantes se conforman con la invitación a la tolerancia que López Obrador ha hecho a la base de Encuentro Social. En diciembre de 2017 dijo a los cristianos que lo escuchaban: “Muchos de ustedes han padecido de discriminación. Por eso estoy seguro de que ustedes no van a optar por discriminar a nadie que piense diferente. Vamos a garantizar las libertades de todos y vamos a buscar el diálogo ecuménico”. Todavía queda un largo trecho hasta el día de la elección. La necesidad de votos podría modificar el mensaje de López Obrador en su campaña más pragmática.



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