Internacional - Política

Inquietud en Hong Kong y Taiwán por la permanencia de Xi Jinping en el poder

2018-02-28

Activistas, profesores y políticos hongkoneses mostraron su temor a que la...

 

Hong Kong/Taipei, 28 feb (EFE).- La propuesta para extender el mandato de Xi Jinping, que podrá seguir como presidente de China tras 2023, ha generado críticas e inquietud en Hong Kong y Taiwán, dos territorios que temen una mayor presión de Pekín en su intento de asimilarlos.

Activistas, profesores y políticos hongkoneses mostraron su temor a que la continuación indefinida de Xi en el poder implique un mayor control de Pekín sobre la excolonia británica, donde la llegada de Xi al poder trajo la multiplicación de las protestas por la intromisión del Gobierno central en este territorio autónomo.

La propuesta anunciada el domingo por el Comité Central del Partido Comunista de China para modificar la Constitución y eliminar el límite de dos mandatos de cinco años para los presidentes será votada este mes de marzo en Pekín por el pleno anual de la Asamblea Nacional Popular (Legislativo), aunque se da por hecha su aprobación.

La primera voz disonante en Hong Kong provino del activista hongkonés Joshua Wong, quien pasó varios meses en la cárcel por liderar las protestas de la "Revolución de los Paraguas" de finales de 2014 que pedían más apertura democrática contra las políticas de control ordenadas desde la capital china.

Wong usó Twitter para denominar a Xi como el "emperador", un término que están censurando en China las autoridades.

Una perpetuación de Xi en el poder podría acelerar el fin del concepto de "un país dos sistemas", el régimen por el que se rige Hong Kong tras su devolución a China, que le permite gozar de libertades inexistentes en la parte continental y que tiene vigencia hasta 2049, según coinciden las voces críticas.

"Un tirano como Xi solo puede ir a más. Para Hong Kong, que es relativamente más abierto y diverso que el resto de China, el futuro de la libertad académica, la libertad de prensa, la libertad de expresión y los derechos políticos será más precario", dijo hoy a Efe Kenneth Chan, profesor de Estudios Internacionales en la Universidad Baptista de Hong Kong.

"Habrá más 'compensaciones' hacia China a favor del interés o la seguridad nacionales. Las élites gobernantes de la ciudad tendrán que usar la autocensura para evitar problemas", vaticinó Chan, quien auguró que al movimiento a favor de la democracia que surgió hace tres años le espera un horizonte cada vez más precario.

En Taiwán, aunque no se ha producido, como era de esperar en un tema tan sensible, una reacción oficial, el liderazgo de la isla, comprometido con la democratización como seña de identidad, considera negativa la medida y teme una mayor intimidación política y militar, aseguraron hoy expertos.

Algunos académicos ven la medida como señal de que China no está dispuesta a seguir el sendero de la democracia y no cejará en aplastarla en Taiwán y Hong Kong.

"La presión sobre Taiwán continuará aunque, por un tiempo, Xi estará más ocupado en consolidar definitivamente su liderazgo, eliminar la oposición interna y manejar las diferencias con Estados Unidos", dijo a Efe Joyce Lin, directora del Centro Asiático de la Universidad Tamkang de la isla.

Para Lin, la perpetuación de Xi en el poder refuerza el afán chino de "protagonismo internacional como gran potencia y su intento de conformar un nuevo orden mundial con reglas del juego diferentes a las imperantes, promovidas por Estados Unidos".

Con este cambio constitucional, Taiwán y el mundo "enfrentan un hombre fuerte, con gran determinación y políticas de largo calado y a largo plazo, con muchos instrumentos a su alcance", explicó a Efe el director del Instituto de Posgrado en Estudios Estratégico de Tamkang, Li Da-jong.

Xi es una persona con gran aplomo y que no muestra fácilmente sus cartas, y ha llevado a China a una emergencia en todos los aspectos, desde el económico y el militar al estratégico o el social, lo que le otorga un gran poder para realizar sus objetivos, dijo Li.

La consolidación de su poder convierte sus objetivos en permanentes y supone "una advertencia a Taiwán de que el liderazgo chino está totalmente comprometido con el objetivo final de la unificación y dispone de poderosos instrumentos para lograrla", dijo este experto taiwanés.

Los medios de comunicación taiwaneses han reaccionado negativamente, al considerar que el cambio constitucional chino aleja la democratización del país y da permanencia a un dirigente "fuerte", empeñado no sólo en consolidar su poder y en hacer realidad "el sueño chino" de mayor poderío internacional sino también en absorber a Taiwán.
 



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