Internacional - Política

La inmigración y el tiroteo racista crispan la campaña electoral italiana

2018-02-28

El ex primer ministro Silvio Berlusconi, en coalición con la Liga Norte de Matteo Salvini y...

Gonzalo Sánchez

Roma, 28 feb (EFE).- La inmigración ha protagonizado la campaña de las elecciones del próximo 4 de marzo en Italia, con partidos que piden el voto con sus posiciones y lemas xenófobos y con el tiroteo racista de Macerata como punto álgido del tenso debate electoral.

Este asunto marcó de principio a fin toda la legislatura, iniciada en 2013, dada la llegada masiva de inmigrantes desde las costas de África, un fenómeno que ha convertido al Mediterráneo en un cementerio de agua y ha desbordado el sistema de acogida.

Tanto preocupa la cuestión que partidos como la Liga Norte (LN) han crecido enormemente gracias a sus críticas a la inmigración, culpando al Gobierno del Partido Demócrata (PD, centroizquierda) de permitir una "invasión" y aumentar la inseguridad en las calles.

Precisamente a esta formación perteneció el autor del tiroteo racista que sacudió la campaña electoral desde el 3 de febrero.

En la mañana de ese día, Luca Traini, antiguo militante de la LN y de ideología ultraderechista, tomó su coche en la tranquila ciudad de Macerata (centro) y tiroteó indiscriminadamente a todas las personas negras que se encontraba, dejando seis heridos a su paso.

Lo hizo, según confesó posteriormente, para vengar el brutal asesinato de la joven Pamela Mastropietro, presuntamente a manos de un traficante de drogas nigeriano, ya detenido por las autoridades.

La inmigración ha centrado así una tensa campaña electoral, con ataques entre grupos de ideologías extremas y advertencias sobre el posible resurgir del neofascismo, y en la que los partidos se han mostrado divididos a la hora de abordar la crisis migratoria.

Y eso que en la actualidad el fenómeno, tras años de llegadas y desembarcos continuados, se encuentra a la baja gracias a los pactos -controvertidos- entre Roma y los Estados africanos para contener a los inmigrantes y combatir a las mafias de trata de personas.

Desde el 1 de enero de 2018 hasta el 26 de febrero desembarcaron en puertos italianos 5.247 inmigrantes, un 41,64 % menos que en el mismo periodo de 2016 (8.981) y un 60,96 % inferior al 2017 (13.439), de acuerdo a los datos del Ministerio del Interior.

El ex primer ministro Silvio Berlusconi, en coalición con la Liga Norte de Matteo Salvini y otras fuerzas de ultraderecha, tachó la situación de "bomba social" y avanzó su intención de repatriar a 600,000 inmigrantes irregulares en caso de que su alianza gane, algo posible pues los sondeos la dan a la cabeza aunque sin mayoría.

Mucho más tajante se ha mostrado Salvini, cuya campaña llevó por lema "Los italianos primero" y que ha asegurado que su intención es expulsar a medio millón de "clandestinos" y "blindar" las fronteras italianas porque ese tipo de inmigración significa "delincuencia".

Por su parte, el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), que los sondeos sitúan como partido más votado en solitario, sin coalición, tradicionalmente ha criticado la gestión del fenómeno por parte del PD y en su programa aborda ampliamente la cuestión.

Su objetivo, en caso de gobernar, será hacer que los inmigrantes no tengan que llegar a Italia para solicitar asilo, sino que puedan hacerlo en las embajadas de sus países o en delegaciones de la Unión Europea (UE) en África, entre otras medidas.

Pero, como es habitual, desde el M5S, han basado su campaña en criticar la gestión del PD y también de Berlusconi en el pasado.

Su líder, Luigi di Maio, calificó a dicho partido y al ex Cavaliere de "traidores de la patria" por bombardear la Libia de Muamar Gadafi en 2011, lo que derivó en el Estado fallido actual y el descontrol en sus costas, y por firmar el "obsceno" Tratado de Dublín.

Y es que si algo ha unido a la mayoría de partidos en la campaña es la petición de cambiar dicho protocolo europeo, que estipula que la gestión del flujo migratorio compete a los países que lo reciben, por lo que Italia ha cargado con gran parte del peso de la crisis.

El secretario del PD y ex primer ministro, Matteo Renzi, por su parte ha culpado a Berlusconi de la situación porque, al contrario de lo que ha afirmado el magnate, fue él quien firmó el tratado en 2003 y porque también fue quien se sumó a la intervención en Libia.

Tras el atentado de Macerata, el líder socialdemócrata denunció que la derecha, vinculando el crimen de la joven con la inmigración, instrumentaliza el tema con fines políticos e instó a los partidos a unir esfuerzos para tratar de cambiar las reglas europeas.

Y expresó su "orgullo" por haber salvado vidas en el Mediterráneo mientras Europa permanecía inmóvil, en respuesta a sus detractores, que le acusan de favorecer la "invasión" de inmigrantes en Italia en sus mil días de Gobierno, entre febrero de 2014 y diciembre de 2016.

Por eso en su programa lleva la gran asignatura pendiente de la legislatura pasada, la ley para otorgar la nacionalidad a los hijos de extranjeros nacidos en Italia, durante cuya fallida tramitación el Parlamento acabó a empujones. 



yoselin